EVANGELIOS Y COMENTARIOS
Lucas 1, 57-66 y 80
Natividad de San Juan Bautista
57 A Isabel se le cumplió el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo. 58 Sus vecinos y parientes se enteraron de lo bueno que había sido el Señor con ella y compartían su alegría.
59 A los ocho días fueron a circuncidar al niño y empezaron a llamarlo Zacarías, por el nombre de su padre. 60 Pero la madre intervino diciendo:
- ¡No!, se va a llamar Juan.
61 Le replicaron:
- Ninguno de tus parientes se llama así.
62 Y por señas le preguntaban al padre cómo quería que se llamase. 63 Él pidió una tablilla y escribió: “Su nombre es Juan”, y todos se quedaron sorprendidos. 64 En el acto se le soltó la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios. 65 Toda la vecindad quedó sobrecogida; corrió la noticia de estos hechos por toda la sierra de Judea 66 y todos los que los oían los conservaban en la memoria, preguntándose:
- ¿Qué irá a ser este niño?
Porque la fuerza del Señor lo acompañaba.
80 El niño crecía y su personalidad se afianzaba; y estuvo en el desierto hasta el momento de presentarse a Israel.
Comentarios de Pedro Olalde
La fiesta del nacimiento de San Juan Bautista se celebra hoy, porque tiene prioridad sobre el Domingo Ordinario correspondiente. La Iglesia Católica solamente celebra el nacimiento de Jesús y de dos santos: María (8 de setiembre) y de Juan Bautista, hoy. De los demás santos se celebra su muerte.
La razón, según la teología popular de la Iglesia, es que María no tuvo pecado original y San Juan Bautista fue santificado en el seno materno por obra del Espíritu Santo, según el relato de la visitación de María a Isabel.
Antiguamente, esta fiesta llegó a ser una de las principales del año, probablemente porque cae en el solsticio de verano o invierno, según los hemisferios, tiempo de orgías, que la Iglesia fue superando con la creación de esta fiesta, lo mismo que el otro solsticio con la de Navidad, Las fiestas cristianas eran entonces (y son todavía en muchos sitios) fiestas religiosas y civiles, todo en uno, lo cual ayudaba a superar las malas costumbres que procedían del paganismo. Así fue la Iglesia cristianizando y civilizando los pueblos.
Sabemos que los capítulos 1 y 2 de Lucas son relatos teológicos; que no nos dan datos históricos, sino revelaciones en forma narrativa. Sobre Juan Bautista nos revelan su grandeza, como el último de los profetas de la Antigua Alianza; y nos lo presentan como el precursor o heraldo de Jesús, inferior a éste, que es el único mediador e hijo de Dios.
Recordemos que durante cierto tiempo hubo una pugna entre los discípulos de Juan Bautista y los de Jesús. Juan es llamado en los evangelios Elías, el gran profeta que iba a venir en los últimos tiempos, que en los evangelios son los de Jesús, llamados también nuevos tiempos.
La Biblia usa dos medios para resaltar el nacimiento de un elegido de Dios: que sus padres son ancianos y que la madre es estéril o que nace de madre virgen. Así destaca la acción de Dios, que salta por encima de las leyes humanas.
Otro modo de destacar al elegido es decirnos que su nombre viene de lo alto, indicado por Dios. Que el niño se iba a llamar Juan fue anunciado por el ángel a Zacarías al decirle: “No temas, Zacarías, tu mujer, Isabel, te dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Juan” (Lc 1,13)
Transformación de Zacarías: cesa el castigo impuesto por el ángel Gabriel por su desconfianza ante la promesa de tener un hijo (Lc 1,20) La bendición se expresará en el cántico que viene a continuación. En todos estos hechos se ve una intervención de Dios.
El objetivo de todo este relato es mostrar que Juan Bautista era un profeta y presentarlo como precursor de Jesús.
Los vecinos y parientes aparecen en la escena congratulándose por el nacimiento del niño. Un hijo se tomaba como una muestra del favor de Dios, una bendición suya. La esterilidad se consideraba una deshonra.
Se nos dan algunos rasgos de la infancia de Juan: vida solitaria en el desierto, sin trato con los hombres. Su presentación a Israel estará motivada por un oráculo divino: “Bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, un mensaje divino le llegó a Juan, el hijo de Zacarías, en el desierto” (Lc 3,2).
Se ha especulado mucho con la posibilidad de un contacto directo de Juan Bautista con la secta de los esenios, pero no pasa de ser una conjetura.