JMJ: LAS MONJAS SIN HÁBITO
NO PODRÁN VER AL PAPA
La reforma conciliar les
permitió quitarse el hábito con todas las
bendiciones eclesiales hace ya más de 40 años. Pero,
ahora, la organización de la Jornada Mundial de la
Juventud prohíbe a las monjas que van vestidas de
calle el acceso al encuentro que las jóvenes
hermanas van a mantener con Benedicto XVI el día 19
de agosto en El Escorial.
La circular publicada en
la web de la JMJ reza así:
"Las postulantes, las
novicias y las profesas, para poder participar,
tendrán que llevar su respectivo hábito".
Pero las excluidas no se
resignan y escriben cartas de protesta a los
organizadores y al cardenal de Madrid, Rouco Varela,
máximo responsable de la diócesis y del evento.
En España hay, en estos
momentos, 54.000 monjas. La mayoría de ellas,
especialmente las de vida activa (dedicadas a la
enseñanza, sanidad, atención a los pobres y demás
carismas) van "de calle", como suele decirse en el
argot eclesiástico, o dejan libertad a las hermanas
para vestir como quieran.
Entre ellas, las
congregaciones más importantes en número, historia,
prestigio y presencia social y espiritual, como las
salesianas, las carmelitas, las josefinas, las
corazonistas o las jesuitinas.
Molestas con la decisión
de los organizadores, muchas de ellas están enviando
cartas de protesta. Con argumentos muy parecidos.
Por ejemplo, una salesiana asegura estar sorprendida
por la medida, dado que "nosotras, en España como en
otras partes del mundo, no llevamos hábito,
simplemente la cruz, tal y como indican nuestras
constituciones". Y, en base a eso, pide a la
organización que le confirmen la obligatoriedad del
hábito para ver al Papa en el Patio de los Reyes del
monasterio de El Escorial.
'Identificarse en una
sociedad con tanto secularismo'
Las contestaciones de la
organización de la JMJ a esta y a otras monjas son
también casi calcadas. A la monja salesiana le
contestan:
"En el ordenamiento
vigente en la Iglesia los miembros de institutos
religiosos deben llevar hábito".
Y citan varios artículos
de sus Constituciones y de sus reglamentos, en los
que, según ellos, especifica:
"El hábito religioso sea
uniforme para todo el Instituto. Está admitido el
pluralismo en la tela y en el color
(negro-gris-blanco), según las exigencias de los
lugares".
Y, tras invocar "el amor
que profesas al Santo Padre por los deseos que se
adivinan en querer participar en algún encuentro con
él", la JMJ se reafirma en la obligatoriedad del
hábito talar. Y concluye:
"Esperamos que bien lo
puedas comprender y verás la experiencia gozosa de
esta manifestación pública de lo que significa en el
mundo la vida consagrada religiosa, también en el
modo de identificarse en una sociedad con tantos
signos de secularismo".
No parece ser el caso de
la hermana salesiana, que replica a los
organizadores que los artículos de sus
constituciones que citan en apoyo del hábito "llevan
modificados desde el año 1996" y, desde entonces,
dicen así:
"Consideramos el hábito
religioso y el crucifijo como signos de consagración
y pertenencia al Instituto. En el pluralismo en el
que vivimos el uso de hábitos o solamente del
crucifijo depende del contexto socio-cultural".
Y el reglamento, deja
libertad a las hermanas para llevar "hábito
religioso propio del Instituto, vestido seglar u
otro vestido según las exigencias del lugar".
'No sólo debemos
distinguirnos por el hábito'
Apoyada en estos y en
otros documentos, la hermana salesiana reprocha a
los organizadores de la JMJ que "nos hayan juzgado
tan a la ligera a las salesianas españolas y de
otros países que no llevamos el hábito, ya que, como
Don Bosco decía, no sólo debemos distinguirnos por
el hábito, sino por nuestra forma de vida".
Y concluye la hermana
salesiana subrayando que respeta a las religiosas
que van de hábito, porque "son un signo visible en
medio de una sociedad secularizada, pero nosotras no
somos menos por no llevarlo".
Y, por si no queda
claro, lo explica:
"A través de nuestras
obras y palabras igual que Jesús, somos también un
signo de la presencia cercana de Dios en medio de
los jóvenes más pobres. Y eso es lo que realmente
cuenta".
A pesar de las
protestas, la organización de la JMJ no ha dado su
brazo a torcer, al menos por ahora, y sigue
exigiendo el hábito a todas las postulantes,
novicias o monjas jóvenes que quieran asistir al
encuentro con Benedicto XVI en El Escorial. Sin
hábito no hay Papa, aunque diga el refrán que "el
hábito no hace al monje". Ni a la monja.
José Manuel Vidal
Apostilla.
No dice nada de los monjes, curas, frailes...
Igual es para distinguirlas por si hay que limpiar o
barrer algo...
¡¡Qué pena!!
Asun Gutiérrez