JESÚS, UN SENCILLO TRABAJADOR
Entrevista a José María Castillo
Matías Vallés
José María Castillo (Puebla de Don
Fadrique, Granada, 1928) fue expulsado de la cátedra
de Teología de la universidad de Granada por el
entonces cardenal Ratzinger, "y todavía espero una
explicación". El teólogo abandonó la Compañía de
Jesús tras medio siglo largo como jesuita.
–¿Grabará Dios esta entrevista?
–No. Dios no es una
representación que hacemos a nuestra imagen y
semejanza, es una realidad que no conocemos ni
podemos conocer. Está fuera de nuestro alcance
porque es trascendente.
–Se es jesuita o no se es jesuita, pero no se deja
de ser jesuita.
–Es muy difícil dejar de
serlo, porque marca a las personas. Yo no tengo
palabras para agradecer lo que debo a los jesuitas,
tanto lo que soy como lo que sé. Mi problema es con
la realidad envolvente por encima de ellos.
–Un enemigo suyo dice que "José María Castillo no es
católico, pero tiene razón".
–Si por católico se
entiende a una persona que se identifica
incondicional y acríticamente con la Iglesia, no lo
soy. Si se entiende a alguien que comulga con la fe
fundamental, sí lo soy. No puedo aprobar una
institución que habla de derechos humanos pero no
los practica.
–El Vaticano cede su fascinación a la Casa Blanca.
–El Vaticano es la
última monarquía absoluta de Europa, no entiendo que
la Unión Europea lo permita. El Papa procura
mantener excelentes relaciones con los poderes
fácticos, también con la Casa Blanca. Reagan pactó
con Juan Pablo II el pago de millones al sindicato
polaco Solidaridad, a cambio de información a la CIA
sobre los movimientos de base más activos en el
Caribe.
–Lo suyo con Ratzinger era algo personal.
–No soy tan importante,
pero me informaron de que el entonces cardenal y
secretario del antiguo Santo Oficio, junto al
cardenal Suquía, citaron al general de los jesuitas
y me prohibieron la enseñanza. Tengo la profunda
herida de la calumnia que me dirigió el cardenal
Cañizares con la mejor voluntad del mundo, al decir
que yo era "un peligro para la Iglesia".
–Dios es una posibilidad, la Santísima Trinidad es
un invento.
–Tal como se explica, la
Santísima Trinidad es efectivamente un invento. No
aparece en el Nuevo Testamento. En la tradición se
habla de Dios Padre, de Jesús y del Espíritu. Más
allá de eso, las "personas" son una invención.
–Las cifras de abortos sugieren que miles de
católicas se someten a la interrupción del embarazo.
–Sí. Es más, en Granada
podría dar el nombre de alguna persona que llevaba
la pancarta en una manifestación contra el aborto, y
a la que poco antes casi se le muere una hija que
traía de abortar en Londres. Son cosas que uno no
entiende.
–¿El hundimiento de la economía salvará a la
religión?
–Puede influir, porque
sigue siendo verdad el dicho: "En las trincheras no
hay ateos". Al verse amenazada, la gente tiene una
tendencia espontánea a acudir a algo superior, la
Virgen o los santos. Además, la austeridad impuesta
por la crisis obliga a llevar una vida menos
condicionada por el consumo, y enfocada hacia
valores más importantes.
–Stalin se inspira en la Compañía de Jesús.
–Stalin fue seminarista,
y he oído que sentía una gran atracción por las
Constituciones de la Compañía de Jesús. ¿En qué
sentido me resulta comprensible? Los jesuitas no son
dictadores, muestran una gran tolerancia y respeto
hasta el punto de que en ningún partido político me
hubieran aguantado lo que ellos. Sin embargo,
también hacen hincapié en la obediencia y la
fidelidad.
–¿Qué sabe Hawking de Dios?
–Sabe lo que puedo saber
yo y cualquiera. O sea, nada. Los físicos que se
meten a teólogos van tan errados como los teólogos
que condenan a Galileo.
–Vayamos con el título de una de sus conferencias:
"¿Es posible un cristianismo no religioso?"
–No solamente posible,
sino necesario, en cuanto que las religiones son un
conjunto de prácticas y observancias con el
propósito de atrapar a la gente. Jesús fue un laico,
no fue un religioso. Estuvo en conflicto con la
religión, y por eso lo matan los sumos sacerdotes.
–¿Peca la jerarquía eclesiástica de adicción al
sexo?
–Tienen una obsesión
excesiva, ridícula y extraña con ese tema. Se
entiende por su apetencia de conquistar el poder y
de mantenerlo. Cuando controlas el sexo de una
persona, la dominas. Los Evangelios no hablan jamás
directamente de la sexualidad.
–Zapatero pagó todas las facturas de la Iglesia.
–Zapatero se equivocó
con la Iglesia, que siempre saca todo lo que puede.
No sé por qué el ex-presidente del Gobierno le
concedió tantos privilegios, pensaba seguramente en
una contrapartida.
–¿Puede sintetizar a Dios en tres líneas?
–A mí me recuerda a
Jesús de Nazaret. No a Jesucristo, que ya incorpora
al Cristo o Mesías. Un sencillo trabajador que no
expresa la divinidad, sino el anhelo de ser
profundamente humano.
Matías Vallés
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