CORREOS     

                             
                              

                              

                              cristianos siglo veintiunoPágina PrincipalÍndice

 

 

 

carta de un padre

 

LA PREPARACIÓN PARA

LA PRIMERA COMUNIÓN

  

 

Hoy me da por desahogarme con ustedes, referente a un tema que en principio puede parecer banal, pero les aseguro que en el fondo no lo es. Tal vez también parezca una lucha contra la iglesia o un párroco en especial, pero cuando uno llama a varias puertas dentro del mundo religioso, y se le quedan a medio abrir, o con el cerrojo puesto, pues la verdad es que uno piensa en muchas cosas al respecto que no son nada positivas.

 

Uno se queda si acaso más asombrado del año en el que vive. A veces, sólo a veces, algún párroco de la antigua usanza se deja llevar por sus propios postulados en vez de pensar en que vivimos en el año 2008 y que los tiempos cambian y que posiblemente la Iglesia y sus dirigentes deberían ser más consecuentes con los tiempos.

 

Toda esta introducción viene por el problema que tenemos un grupo de padres muy interesados en el tema de la Primera Comunión de sus hij@s, que este año han de prepararse para ella.

 

Nuestro centro escolar, San Enrique, es un centro concertado de Quart de Poblet, Valencia. Estando involucrados los padres tanto en la educación como en la propia educación religiosa, nos encontramos con que la Iglesia no puede dar soporte y ánimo a un colegio, ojo un colegio religioso y Carmelita, para que pueda hacer la labor (que continuamente hace por otro lado en cuanto a la educación) de instruir a sus alumnos en el proceso de formación de cara a su Primera Comunión.

 

Nosotros, los padres de esos alumnos, junto con las Hermanas de nuestro Centro, hicimos un plan de acción para poder informarnos, ver opciones y acciones a desarrollar, hablamos con los catequistas, con los tres sacerdotes de nuestro pueblo, y hasta ahí todo bien, hasta que chocamos con uno de los párrocos, precisamente el de la parroquia más importante o más grande de nuestra villa, no por eso la mejor ni mucho menos. Nos encontramos con la negativa del Párroco.

 

Su rotundo “no” nos dejó perplejos, nos informamos de qué pasos y con quién deberíamos hablar para poder solucionar este NO tan tajante y rotundo. Hablamos con el Arcipreste de la zona, con el Obispo Auxiliar de Valencia, y al final nos hemos quedado en la primera línea de partida.

 

Nosotros, los laicos, y casi me atrevería a decir que las propias hermanas Carmelitas, estamos indignados, porque no queremos de ningún modo, dejar a la parroquia de lado. No, sino todo lo contrario: colaborar con ella, formando dentro de nuestro centro a nuestros hijos, con personal cualificado evidentemente, y luego solapar el aprendizaje de nuestros hijos con la parroquia.

 

Pero no, parece que no es posible porque un Párroco, lo quiere hacer todo él, controlar toda la situación desde su parroquia. Él no ve la realidad de su parroquia, la necesidad de renovación de su postura de sumo dueño y señor.

 

En fin, nosotros no queremos tirar la toalla, porque pensamos que estamos haciendo una buena labor, tanto para la iglesia en su amplia expresión, como para nuestro colegio religioso.

 

Nosotros tan sólo queremos colaborar. Queremos implicarnos en lo que realmente nos importa y nos preocupa, aunque seria mucho más cómodo quedarnos en casa sin hacer nada. De veras que su correo de hoy me ha dado mucho que pensar en estos momentos que estamos viviendo.

 

Disculpen mi extensa carta. Pero es que hoy necesito desahogarme con alguien que creo puede comprender las inquietudes de unos padres, de un colegio, de una congregación carmelita, y en definitiva de unos niños que en los tiempos que corren, queremos que vayan a tomar la comunión con buen conocimiento de causa, con buena formación.

 

Muchas gracias por… su atención.

 

Rafa Rodrigo Ferrandis

AMPA Colegio San Enrique de Quart de Poblet

VALENCIA.



 

Querido Rafa:

 

Hace quince días, un sabio, prudente y anciano presbítero leyó uno de los comentarios sobre la eucaristía cristiana que publicamos semanalmente. Creí que lo criticaría con dureza.

 

Con sorpresa para mí, dijo: “esto debería leerlo el pueblo. Y después, levantarse en la iglesia para protestar por lo que se hace y dice diariamente por los curas.”

 

Yo no me hubiera atrevido a decirlo tan audazmente.

 

Pero creo que debe llegar ya la hora, y llegará, en la que el pueblo se levante. ¿No somos nosotros también iglesia?

 

Si no se hace no es por exceso de fe. No se hace por cobardía.

 

El futuro de la Iglesia está en los que creen y no en los que mandan.

 

Un abrazo,

 

Luís Alemán