ECLESIÁSTICO 27, 33 a 28, 9
El furor y la cólera son odiosos;
el pecador los posee.
Del vengativo se vengará el Señor
y llevará estrecha cuenta de sus culpas.
Perdona la ofensa de tu prójimo
y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas.
¿Cómo puede un hombre guardar rencor a otro
y pedir la salud al Señor?
No tiene compasión de su semejante
¿y pide perdón por sus pecados?
Si él, que es carne, conserva la ira,
¿quién expiará por sus pecados?
Piensa en tu fin, y cesa en tu enojo,
en la muerte y corrupción, y guarda los
mandamientos.
Recuerda los mandamientos
y no te enojes con tu prójimo,
la alianza del Señor, y perdona el error.
Ya conocemos este libro, del que hablamos en el
Domingo 6º. El fragmento de hoy desarrolla preceptos
del Levítico (19,17) y el Éxodo (23,4) sobre la
venganza y el perdón.
ROMANOS 14, 7-9
Hermanos: ninguno de nosotros vive para sí mismo y
ninguno muere para sí mismo.
Si
vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos
para el Señor.
En
la vida y en la muerte, somos del Señor. Para esto
murió y resucitó Cristo, para ser Señor de vivos y
muertos.
Un hermoso texto, frases especialmente conocidas y
utilizadas en las liturgias de difuntos. Vivir y
morir para el Señor.