Oración eucarística
domingo 33 ciclo A
talentos
En verdad es justo y bueno darte siempre
gracias, Padre santo,
porque hay muchas personas en el mundo que
sirven a sus prójimos
con los talentos que tú les diste.
Bendito seas, Padre,
porque son muchos los que no se cansan de
luchar por la paz
a pesar de que sólo escuchan ruidos de
guerra.
Porque hay hombres y mujeres dispuestos a
querer a los demás
y a compartir siempre lo que tienen, lo que
son, un talento precioso,
aunque ven desuniones, envidias y rencores.
Gracias, Señor,
porque Jesús transmitió todos los talentos
que tú le confiaste.
Por todo esto proclamamos tu gloria
cantando todos juntos un himno a tu
santidad.
Santo, santo…
Te damos gracias porque diste a Jesús,
nuestro hermano,
un rostro humano, una existencia histórica,
para que reconozcamos en cada ser humano
la obra de tus manos, la figura de tu ser.
Te bendecimos porque nada puede
desfigurarnos de raíz:
ni el sufrimiento ni la enfermedad, ni la
opresión ni la cárcel,
ni siquiera la misma muerte,
sencillamente, porque la muerte no desfiguró
el rostro de Jesús.
Tú lo acogiste en tu vida y prolongaste su
existencia entre nosotros.
Henos aquí, Padre, en tu presencia, cargados
de recuerdos,
con la mirada puesta en aquel que nos
liberó.