Hermanos, el Reino de Dios es como un banquete: abundancia, fiesta, fraternidad, gratuidad. Todos somos invitados también hoy, no podemos olvidarlo. La invitación es a un banquete. Oremos.
Jesús, queremos ser invitación a la fiesta.
• Que la Iglesia proclame la gratuidad de la invitación de Jesús y, como él, invite preferentemente a los pobres, a los excluidos, a los invisibles de nuestra sociedad.
Jesús, queremos ser invitación a la fiesta.
• Que todos nosotros seamos conscientes que los primeros, los más importantes a los ojos del Padre son los hombres y mujeres marginados socialmente, los que no cuentan para nadie ni para nada y sintamos la llamada a acercarnos justamente a ellos.
Jesús, queremos ser invitación a la fiesta.
• Que los que trabajan a favor de un mundo más justo e igualitario para todos se sientan sostenidos y reconocidos es sus tareas.
Jesús, queremos ser invitación a la fiesta.
• Que reine la paz entre nosotros, que seamos capaces de buscar caminos de diálogo, encuentro y paz para todos.
Jesús, queremos ser invitación a la fiesta.
• Que no olvidemos la llamada de Jesús a borrar y superar las diferencias entre las personas; que él nos lanza a una sociedad fraternal en la que todos podamos disfrutar y gozar por igual.
Jesús, queremos ser invitación a la fiesta.
Padre bueno, te damos las gracias porque nos recuerdas con insistencia que nos llamas a la fiesta, a hacer de este mundo y nuestro día a día, un espacio festivo y fraternal para todos. Concédenos la gracia de superar nuestras estrecheces de mente y corazón, te lo suplicamos por mediación de tu hijo Jesús.
Vicky Irigaray