Andando por el camino, te tropezamos, Señor,

te hiciste el encontradizo, nos diste conversación,

tenían tus palabras fuerza de vida y amor,

ponían esperanza y fuego en el corazón.

 

TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN,

TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN. (bis)

 

Llegando a la encrucijada, Tú proseguías, Señor;

te dimos nuestra posada, techo comida y calor;

sentados como amigos a compartir el cenar,

allí te conocimos, al repartirnos el pan.

 

Andando por los caminos te tropezamos, Señor,

en todos los peregrinos que necesitan amor;

esclavos y oprimidos que buscan la libertad,

hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.