Jesús se hace presente ante sus discípulos, ante nosotros, deseando la paz. No la paz momentánea, sino la paz que se posa en el interior y da luz a todas nuestras inseguridades e inquietudes. La paz que cambia, la paz que da fuerza, la paz que nos hace mejores, que dignifica, que conecta nuestra mirada con nuestro corazón.

No temáis, mi paz os doy, paz a vosotros.... son las palabras que Jesús dice a sus amigos, porque no puede querer otra cosa que lo mejor para cada uno de nosotros.

Paz para todos.

Sólo tu paz ahuyenta nuestras dudas
sólo tu paz alienta "esta locura"
de vivir con esperanza, con dulzura
y permanecer en Ti en las amarguras

Sólo tu paz invita a la certeza
sólo tu paz nos une y nos acerca
para tender la mano a quien espera
que alguien derribe el muro que lo aleja

DANOS LA PAZ SEÑOR, DANOS TU PAZ
DANOS LA FUERZA DE TU AMOR, DE TU BONDAD
DANOS LA PAZ SEÑOR, DANOS TU PAZ, DANOS TU PAZ
TRANSFORMA NUESTRO CORAZÓN CON TU VERDAD (BIS)

Sólo tu paz hace callar los miedos
sólo tu paz da sonido a ese silencio
que nos llena y da sentido a los deseos
que nos guía poco a poco en tu sendero

Sólo tu paz da oído a los lamentos
sólo tu paz hace temblar cimientos
forjados de injusticias y atropellos
y alza la voz que defiende a los pequeños

DANOS LA PAZ SEÑOR, DANOS TU PAZ
DANOS LA FUERZA DE TU AMOR, DE TU BONDAD
DANOS LA PAZ SEÑOR, DANOS TU PAZ, DANOS TU PAZ
TRANSFORMA NUESTRO CORAZÓN CON TU VERDAD (BIS)

Salomé Arricibita

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