Invitados a vivir, invitados a la alegría, invitados a re-crearnos, a re-nacer una y otra vez... las veces que haga falta, esperados por un Dios que no quiere otra cosa que a nosotros mismos, porque sólo puede querer.
Invitados a dejar la noche para vivir en la luz, a abrir los ojos para ver lo pequeño... lo que cambia la vida...
Invitados... todos, sin excepción... como el mismo Nicodemo... "en esta noche infinita en que su Amor llega a nosotros"...
Soy de los que van de noche,
de los que se creen buenos,
soy de los que no se atreven
a cambiar, a dar lo bueno
Yo soy de los que caminan,
escondiendo sus talentos,
soy de los que tienen miedo
a crecer, a estar despierto.
En la noche parece más fácil,
escuchar tu palabra y mirarte sin rubor,
vengo a decirte que deseo escucharte,
aquí estamos los dos.
En esta noche infinita,
en que tu amor llega a mí
como el dueño sin aviso,
como el amigo que me mira con ternura
como el amor... que me abraza y me sostiene.
En esta noche para mí,
un sueño y una promesa
rompe mi coraza, toca mi fragilidad
y me invita a nacer, de nuevo.
Nacer de nuevo en espíritu y verdad
para aprender a perdonar sin condiciones
para dejar en el olvido los fracasos
y hacer de un sueño la razón para vivir.
Nacer de nuevo y en la mitad de mi vida
ser como un niño que te mira y se emociona
nacer de nuevo a cada paso del camino
siendo ya grande y hay que volver a nacer.
Nacer de nuevo para tener ojos nuevos,
que me regalan vida y sol, luz y miradas
ojos de amor para acallar el sufrimiento
que abran al mundo este pobre corazón.
Nacer de nuevo para aprender que la vida
es siempre un don que hay que cuidar y proteger
ser como niños en los brazos de su madre
con confianza, gratitud, ternura y fe.
En esta noche infinita en que tu amor llega a mí...
AQUÍ ESTAMOS TÚ Y YO...
Teresa Nécega Rodríguez
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