La dignidad y la igualdad de los seres humanos, nace de lo que somos, verdaderos hijos de Dios, y aunque el mundo ha de cambiar, no puede hacerlo solo.
La dignidad y la igualdad de los seres humanos, nace de lo que somos, verdaderos hijos de Dios, y aunque el mundo ha de cambiar, no puede hacerlo solo.