Carta a Benedicto XVI
de la Junta Islámica de España
Santidad,
Nos dirigimos a vos después de conocer la
desautorización, de la que sin duda tenéis conocimiento,
por parte de la Conferencia Episcopal Española a las
palabras de Monseñor Ricardo Blázquez, Presidente de
dicha Conferencia, en las que manifestó que no veía
inconveniente alguno para que los musulmanes que visitan
la Catedral de Córdoba, llamada hasta hace no muchos
meses Mezquita-Catedral, pudiesen realizar la postración
de respeto y saludo cuando se visita un lugar de oración
que contiene un Mihrab; y un Mihrab como el de Córdoba
no es muy frecuente encontrarlo. De todos es sabido que
el magnetismo de la Catedral de Córdoba sería
irrelevante sin el poder de la imagen mística de la que
fue una de las más grandes y más bellas Mezquitas del
mundo y que sigue siéndolo aunque sólo sea en su
arquitectura; algo de lo que todos los españoles debemos
estar muy orgullosos.
La pregunta que Mansur Escudero, Presidente de Junta
Islámica de España, hizo a Monseñor Ricardo Blázquez no
albergaba la intención de causar ningún tipo de alarma,
y el propósito que nos animaba no es el de apropiarnos
de ese bendito lugar, sino el haber llegado a propiciar
en él, junto a vosotros y a otras confesiones, un
espacio ecuménico singular y único en el mundo, que
hubiese estado cargado de significado para ayudar a la
humanidad en el camino de la Paz.
Nuestro pensamiento es sincero y, aunque sabemos de
vuestro recelo, nuestra relación con la Iglesia Católica
y con todos los cristianos está basada en el mandato que
nos señala nuestro Profeta Muhammad (la Paz sea con él)
cuando nos dice:
'He escrito este
edicto bajo la forma de una orden para mi Comunidad, y
para todos aquellos musulmanes que viven dentro de la
cristiandad, en el Este y en el Oeste, cerca o lejos,
jóvenes y viejos, conocidos y desconocidos.
Quien no respete
el edicto y no siga mis órdenes obra contra la voluntad
de Al-lâh y merece ser maldito. Sea quien sea, sultán o
simple musulmán.
Cuando un
sacerdote o un ermitaño se retira a una montaña o a una
gruta, o se establece en la llanura, el desierto, la
ciudad, la aldea, la iglesia, estoy con él en persona,
junto con mi ejército y mis súbditos, y lo defiendo
contra todo enemigo. Me abstendré de hacerle ningún
daño.
Está prohibido
arrojar a un obispo de su obispado, a un sacerdote de su
iglesia, a un ermitaño de su ermita. No se ha de quitar
ningún objeto de una iglesia para utilizarlo en la
construcción de una mezquita o de casas de los
musulmanes. Cuando una cristiana tiene relaciones con un
musulmán, éste debe tratarla bien y permitirle orar en
su iglesia, sin poner obstáculos entre ella y su
religión.
Si alguien hace lo
contrario será considerado como enemigo de Al-lâh y su
Profeta. Los musulmanes deben de acatar estas órdenes
hasta el fin del mundo'.
Sabemos que hay hermanos en el Islam que pervierten el
mensaje expresado en la Revelación Coránica y muestran
las trazas patológicas a las que están expuestas todas
las religiones, y que desgraciadamente desconocen el
equilibrio y la moderación que contenía el corazón del
Profeta (la Paz sea con él), pero nosotros creemos que
lo que transmite este texto es el auténtico deseo del
Mensajero de Dios y esa es la enseñanza que nosotros
recogemos.
Esta es la base de nuestra actitud hacia la Iglesia.
Podemos diferir, sin duda, en algunas cosas, y aunque
para vosotros Dios se puede conceptuar y puede llegar a
ser una categoría visible e imaginable, y para nosotros
es una Realidad Única trascendente, no concretable en un
concepto, y que llena en plenitud la vida del Universo,
ante todo somos creyentes. Creyentes en un mismo Dios y
en una misma tradición, tal y como nos dice el Corán:
"Creemos en Dios y
en lo que se ha hecho descender sobre nosotros y en lo
que descendió sobre Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y
todos sus descendientes, y lo que fue entregado a Moisés
y a Jesús, y en lo que fue entregado a todos los demás
Profetas por Su Sustentador: no hacemos distinción entre
ninguno de ellos y es a Él a quien nos sometemos"
(Corán: Sura 2 al Baqara, 136).
Nuestra propuesta no está encuadrada dentro del marco de
un falso diálogo interreligioso, como ha aseguró la
Conferencia Episcopal Española en su comunicado, sino
que está animada por el optimismo que ha causado el
ejemplo de la imagen de Su Santidad en la Mezquita Azul
realizando una oración hombro con hombro, al modo
islámico, "alineado
en filas apretadas" (Corán: Sura as Saffat,
1) como lo hacen los Ángeles.
Los musulmanes españoles no tenemos que recuperar ningún
Al-Ándalus nostálgico. España es Al-Ándalus y Al-Ándalus
es España, y sólo los españoles tienen derecho a su
rehabilitación y a su responsable administración.
Con respecto a la Mezquita-Catedral de Córdoba, nos
gustaría poder compartir con vosotros una oración que,
al igual que la realizada en la mezquita Azul de
Estambul, sirviera para despertar las conciencias de
cristianos y musulmanes y demostrara que es posible
enterrar enfrentamientos pasados y construir de cara al
futuro un verdadero encuentro ecuménico. Estamos seguros
de que comprenderéis la importancia que tiene esto para
la apertura y la construcción de un diálogo
interreligioso que no es que sea falso, sino que no
existe.
Y nos permitimos decir que no existe porque creemos
firmemente, y vosotros también lo creeréis si escucháis
con atención a vuestro corazón liberándolo de prejuicios
y recelos, que el único diálogo interreligioso es la
oración. La oración común y el compartir la donación de
uno mismo a los demás, ese es el único diálogo
interreligioso posible y que hasta ahora no hemos hecho
realmente ni unos ni otros.
Os invitamos, pues, a construir un nuevo ejemplo. A
lanzar un nuevo mensaje de esperanza al mundo. Vamos a
demostrar, juntos, a los escépticos que es posible. No
temáis, juntos podemos enseñar a los violentos, a los
cerriles, a los intolerantes, a los que temen al otro,
en una u otra creencia, en una u otra cultura, a los
antisemitas, a los islamófobos, también a los que creen
que sólo el Islam tiene derecho a permanecer en el
mundo, que la oración es el arma más fuerte que el ser
humano pueda haber imaginado. Que la oración convocada
sobre un mismo punto central y desde un mismo corazón es
la del gusto de Dios, Glorificado sea, y es invencible.
"No seáis pues de
los que dudan, pues cada comunidad se vuelve en una
dirección que le es propia de la cual Él es el punto
focal, así pues rivalizad en buenas obras. Donde quiera
que estéis Dios os reunirá a todos ante Él pues
ciertamente Dios tiene el poder para disponer cualquier
cosa" (Corán: Sura 2 al Baqara, 148)
Os anunciamos, pues, que la Junta Islámica va a impulsar
una nueva serie de iniciativas encaminadas a inspirar la
conciliación entre musulmanes y católicos, y a fomentar
espacios y momentos de oración y de encuentro para lo
que desearíamos vuestro apoyo, y que vuestra respuesta
fuese positiva. Esperamos que esta iniciativa la hagáis
también vuestra y podamos concretarla en un futuro de
esperanza real, en el que borremos el miedo de nuestras
miradas mientras peregrinamos por el camino de la
adoración hasta el encuentro con el Amado.
¡Hoy es el tiempo de Dios! Hoy es el tiempo en el que
los creyentes debemos actuar y mostrar a todos qué es lo
que Dios hace con los corazones de los seres humanos que
le buscan sinceramente.
"¡Nuestra vida toma su tinte de Dios! ¿Y quién puede
teñir mejor la vida que Dios si realmente le adoramos a
Él?" (Corán: Sura 2 al Baqara, 138)
¡Dios nos ama hermanos, seamos dignos de Su Amor!
Por último, os deseamos Feliz Navidad de todo corazón.
Sentidnos cerca de vosotros en vuestra oración, pues lo
estamos.
Que Dios os bendiga a vosotros y a la Iglesia con
abundancia.
Y de nuestra parte ¡Paz!
Junta Islámica de España
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