DIEZ MINUTOS EN SILENCIO
Diez minutos en silencio
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Salmo 89
Señor, tú has sido mi refugio,
de tormenta en tormenta.
Antes que se levantaran los montes,
o se engendrara el planeta tierra
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó,
una vela nocturna.
Mis mentiras relucen ante mi conciencia,
mis secretos, ante la luz de tu mirada.
Viva los años que viva,
la mayor parte son fatiga inútil,
pasan aprisa y vuelan.
Enséñame a calcular mis años
para adquirir un corazón sensato.
Que baje hasta mí tu bondad
y haz rentable las obras de mis manos.
Con 30 años, no olvides que tendrás 80. Si lo tienes en cuenta, tus 30 años serán más sensatos. Aprender a calcular los años es gran sabiduría. Es buena vacuna para no coger la enfermedad de la pedantería, y la del ridículo.
Vivas los años que vivas, cuenta siempre que pasarán aprisa y volando. Y no olvides que vendrán cargados de fatigas, que más tarde aparecerán como inútiles.
Conviene crecer con un corazón sensato.