DIEZ MINUTOS EN SILENCIO   

                             
             

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Diez minutos en silencio

 

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Salmo 40 

 

Dichoso el que cuida del pobre y desvalido.

El Señor lo pondrá a salvo el día de la Verdad.

Incluso antes de ese día

(no sé cómo)

lloverá sobre sus secanos.

  

No sé cómo. Pero Dios no rompe las facturas de todo cuanto hiciste por el pobre, por el herido, por el inútil, por el marginado.

 

Nadie hace tanto bien entre los hombres y entre los que llegaron a ser humanos como el pobre, el desvalido. Con su presencia provoca que el hombre se transforme en humano. Y de ahí a ser hijo de Dios, sólo un paso.

 

Curioso. ¡Esto sí que es un misterio! Un hombre pobre, un hombre maltratado, un hombre enfermo, un hombre desechado es la mayor presencia de Dios entre los hombres.

 

Más que en el Sagrario. Más que en el Papa. Más que en el Templo.

 

Curiosidades de la fe.