DIEZ MINUTOS EN SILENCIO
Diez minutos en silencio
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Salmo 15
Me refugio en ti, mi Dios.
Los dioses y señores con los que convivo
no me convencen.
Unos son utópicos: sueñan sueños.
Otros no sueñan nunca.
Unos se apropian de la Verdad.
A otros no les importa ninguna verdad.
Dioses con fecha de caducidad.
Pero hablan y reparten prebendas.
Tú en cambio, mi Dios,
permaneces en silencio y no vendes ni compras nada.
Eres el Dios que me ha tocado.
Tú has sido mi suerte.
No quiero jugar a ninguna lotería más.
Mi corazón respira un aliento raro y alegre,
Me acompañas por el sendero de la vida.
Tú eres mi herencia.
Cuando volvieron de Egipto.
Para dejar de ser esclavos, se repartieron las tierras.
A unos les tocó monte, a otros, planicie.
A unos olivos, a otros viñedos.
Señor, mis tierras son buenas si caminas conmigo los senderos.
Son buenos los sueños, con los pies siempre en el terruño.