DIEZ MINUTOS EN SILENCIO   

                             
             

 

                             cristianos siglo veintiuno
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Diez minutos en silencio

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Salmo 16

 

Aunque sondees mi corazón,

visitándolo de noche,

aunque me pruebes al fuego,

no encontrarás malicia en mí.

 

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,

y no vacilaron mis pasos.

 

Sí. Yo conozco gentes así.

Existe la bondad. Existe la gente buena.

Pienso que son muchos. Entre cristianos

y entre los demás.

La tierra está llena, también, de bondad.

Y es motivo de inmensa alegría.

 

Yo, como a escondidas,

me uno a su canto:

 

Guárdame como a las niñas de tus ojos,

a las sombra de tus alas escóndeme.

 

Levántate, Señor, y defiéndeme

de tanto fracaso que me rodea,

líbrame con tu mano de quienes piensan

que toda su suerte está sólo en esta vida.

 

Con mi oración vengo a tu presencia.

Y al despertar, me saciaré de tu cercanía.