DIEZ MINUTOS EN SILENCIO   

                             
             

 

                             cristianos siglo veintiuno
ÍndicePágina Principal

 

 

Diez minutos en silencio

47

Salmo 24

  

Enséñame tus caminos,

instrúyeme en tus sendas,

haz que camine con lealtad.

 

No olvides, Señor, que tu ternura

y tu misericordia son eternas.

 

Tú no puedes hacerte el sordo.

Ni puedes ser rencoroso.

 

Yo sí. Soy rencoroso contra mí.

Se me amontonan mis recuerdos.

No acabo de perdonarme.

 No llevo mi pasado con alegría.

No acabo de hacer las paces conmigo.

 

 

Puede que demos la paz a otros

y no nos demos la paz a nosotros.

La humildad no está reñida con la paz.

La ternura y la misericordia de Dios,

que son eternas, empiezan en nosotros.