DIEZ MINUTOS EN SILENCIO
Diez minutos en silencio
47
Salmo 24
Enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad.
No olvides, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Tú no puedes hacerte el sordo.
Ni puedes ser rencoroso.
Yo sí. Soy rencoroso contra mí.
Se me amontonan mis recuerdos.
No acabo de perdonarme.
No llevo mi pasado con alegría.
No acabo de hacer las paces conmigo.
Puede que demos la paz a otros
y no nos demos la paz a nosotros.
La humildad no está reñida con la paz.
La ternura y la misericordia de Dios,
que son eternas, empiezan en nosotros.