Mt 28, 16-20
(pinchar cita
para leer evangelio)
LA MISIÓN DE JESÚS QUEDA EN NUESTRAS MANOS
Repasemos el conjunto de los relatos y textos de
la ascensión,
para poder comprenderlos mejor.
MATEO
(Lo leemos hoy como evangelio del día)
La "despedida de Jesús" se produce en Galilea,
en un monte. No se señala cuándo. El final es:
"Se me ha concedido pleno poder en el cielo y en
la tierra. Por tanto, id a hacer discípulos
entre todos los pueblos, bautizadlos
consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo y enseñadles a cumplir cuanto os he
mandado. Yo estaré con vosotros siempre, hasta
el fin del mundo."
Y no se hace ninguna mención de la Ascensión.
MARCOS
La despedida se hace en el Cenáculo, en
Jerusalén, el mismo domingo de resurrección.
Jesús les da un mensaje de misión semejante el
de Mateo. El texto termina así:
"El Señor Jesús, después de hablar con
ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la
derecha de Dios. Ellos salieron a predicar por
todas partes, y el Señor cooperaba y confirmaba
el mensaje con las señales que les acompañaban."
LUCAS
(Evangelio)
La despedida se hace en el camino de Betania, el
domingo de Resurrección. El último párrafo es:
"Después los sacó hacia Betania y, levantando
las manos, los bendijo. Y, mientras los
bendecía, se separó de ellos. Ellos se volvieron
a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre
en el templo bendiciendo a Dios"
HECHOS
(La primera lectura de hoy)
La despedida se hace desde el Monte de los
olivos, cuarenta días después de la
resurrección. Hay un sermón de misión y una
descripción de la subida de Jesús al cielo, por
los aires, con la promesa de que volverá.
JUAN
(Primera conclusión de su evangelio)
La despedida se hace en el cenáculo, ocho días
después del Domingo de Resurrección. El
"discurso de despedida" se ha puesto ocho días
antes, en la aparición sin Tomás. Dice:
"Paz a vosotros, como el Padre me envió, así os
envío yo a vosotros." Dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A
quienes perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a los que se los retengáis, les
quedan retenidos."
En la aparición con Tomás no hay
discurso de misión. No se hace mención alguna a
la "partida" de Jesús.
En el añadido del cap. 21, no hay ninguna
mención de la Ascensión.
Resumiendo las semejanzas y las diferencias:
-
Marcos, Lucas y Juan (1ª conclusión)
terminan el mismo domingo de la
resurrección, mientras que Mateo y Juan
(2ª conclusión) suponen un tiempo
intermedio indefinido, y Hechos habla
expresamente de cuarenta días.
"El Señor Jesús, después de hablar con ellos,
fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de
Dios.
"Y, mientras los bendecía, se separó de ellos."
Estas diferencias, tan notables, nos hacen
reflexionar. No es creíble que un mismo autor
cuente un suceso de dos formas que,
aunque coinciden en lo esencial, presentan
fuertes diferencias.
Ampliando esta idea, es sorprendente que los
otros testigos lo cuenten de forma tan
distinta, y que Juan no lo cuente.
Evidentemente, por todo ello, no nos encontramos
ante la simple narración de un suceso, sino de
algo más, del significado del suceso, de la fe
en lo que sucede en el fondo de lo que se ve.
En este sentido, no debemos olvidar algunas
conclusiones claras:
·
No es posible la reconstrucción de una
"cronología de la resurrección y ascensión del
Señor". No lo dan los textos.
·
No es posible ignorar el carácter de "relatos de
los sucesos de aquel fin de semana" que tienen
los primeros textos de la Resurrección (las
mujeres en el sepulcro), y el carácter de
"profesión de fe" que van adquiriendo los
relatos siguientes.
·
Los textos de la Ascensión son de género
literario "Teofanía" y “profesión de fe”, están
escritos desde la intención de manifestar la Fe
en Jesús Señor.
·
En ellos encontramos elementos simbólicos
frecuentes en el Antiguo Testamento, y usados
por los evangelistas:
ARRIBA
SENTADO A LA DERECHA
LA NUBE
LAS VESTIDURAS BLANCAS
LA VOZ DEL CIELO.
(Relatos de este género, con símbolos semejantes
son, entre otros, el Bautismo en el Jordán, la
Transfiguración y algunos de los relatos de la
infancia y nacimiento)
·
El hecho de
que Juan los omita - en paralelismo a la omisión
del mismo Juan del pasaje de la institución de
la Eucaristía - nos muestra a las claras que hay
en los evangelistas varias maneras de proclamar
la Fe en Jesús Resucitado Señor.
En conclusión. Nos encontramos en la transición
del relato de historia - la muerte de Jesús en
la cruz - a la proclamación de la Fe en Jesús
Señor exaltado por Dios. Y todo ello, en la
perspectiva de la Misión, y con la promesa del
Espíritu.
Mientras que en los relatos de la Pasión lo
central era el suceso, lo que vieron los ojos,
en estos relatos lo central es lo que no ven los
ojos, el triunfo definitivo de Jesús.
Así pues, las tres lecturas de hoy se
mueven entre el simbolismo y el mensaje, y,
juntos, nos ayudan a comprender la Ascensión del
Señor. Demasiadas veces trivializamos la
Ascensión como si fuera un episodio de la vida
de Jesús, un "viaje final".
El nacimiento y la muerte en cruz son sucesos:
hubo testigos, creyentes o no, que podrían
atestiguarlos. La Encarnación, la Resurrección y
la Ascensión no son sucesos que los ojos vieron.
Son "sucesos de la fe". Y sus relatos no cuentan
lo que vieron los ojos, sino lo que la fe creyó.
Nuestra mentalidad tiende inmediatamente a
preguntarse ¿qué sucedió? Queremos ante
todo saber dónde tuvo lugar este suceso, cuándo
sucedió, y qué sucedió exactamente. Y esto es
una mala postura previa para la lectura de
cualquier texto. La pregunta correcta es, con
este relato "¿qué nos quiere decir el autor?".
El mensaje único de todos los textos es simple:
Jesús exaltado como Señor encomienda a los
discípulos su misión.
Mirándolos desde este punto de vista, los textos
son fuertemente coincidentes, mientras que desde
nuestra curiosidad por el mero suceso parecen
fuertemente divergentes.
TEMA PRIMERO: LA EXALTACIÓN.
Es el tema en que culmina el mensaje de la
Resurrección. La Resurrección es presentada
siempre como el triunfo sobre la muerte, la
liberación del poder del mal. La Ascensión
representa la exaltación definitiva, la
consagración como Señor. Corresponde, por
oposición, a la humillación que representa
"despojarse de su condición divina", "hacerse
pecado", "humillarse hasta la muerte y muerte de
cruz".
Es el triunfo último, la proclamación de Jesús
Primogénito en quien se revela todo el designio
de Dios: su entrega total a su misión, que pasa
por la humillación para llegar a la plenitud.
La humillación es presentada con la simbología
básica del "descenso": "bajó del cielo",
"descendió a los infiernos".... Paralelamente,
la exaltación es presentada con la simbología
básica del ascenso: "subió a los cielos". Pero
esta exaltación no es simplemente la de un
hombre. Es la manifestación definitiva del Hijo,
y por tanto, es acompañada con los signos
acostumbrados de las teofanías: la nube, la voz,
los hombres de vestidos resplandecientes, la
"situación definitiva", "sentado a la diestra de
Dios".
Encontramos por lo tanto en estos relatos el
último acto de fe de los testigos en Jesús, el
hombre lleno del Espíritu, que ha aceptado su
misión hasta la muerte y muerte de cruz, que
ahora ocupa "su lugar", el que le corresponde
por naturaleza.
La Ascensión es "colocar a Jesús donde debe
estar", y es un acontecimiento profético, el
anuncio de nuestra colocación en nuestro sitio,
exaltados a la diestra de Dios, porque "aún no
se ha manifestado lo que seremos; pero, cuando
se manifieste, veremos a Dios cara a cara".
Es importante que nos acostumbremos a la lectura
de los Evangelios superando nuestra propensión a
quedarnos en los hechos físicos sensibles. Lo
que importa siempre es el significado de los
hechos, y eso es lo que constituye el interés
fundamental del Evangelista. En los relatos de
la Ascensión nos preocupa mucho desde dónde
despegó Jesús hacia los cielos, pero lo que
importa es que mi destino es Dios y Jesús revela
la grandeza del ser humano capaz de alcanzar la
divinidad.
TEMA SEGUNDO: LA MISIÓN.
Todos los evangelistas terminan su obra con la
misión. Terminada su misión, Jesús "se va", y su
misma misión queda en manos de los discípulos,
de la Iglesia.
La aceptación de Jesús es la aceptación de la
misión. Para eso se nos manifiesta Jesús. El
sentido de la vida de los cristianos es muy
preciso: han sido elegidos para la misión, para
dar a conocer a todos lo que han recibido.
Se puede no aceptar la misión. Se puede no ser
cristiano. El que acepta, es para convertirse en
mensajero de Jesús.
CONCLUSIONES
La Ascensión no es un hecho físico. "Arriba"
está la estratosfera, no la residencia de los
dioses. Los astronautas no están más cerca de
Dios. "Abajo", pero ¿en qué dirección? ¿A partir
del polo Norte o del Polo Sur?
"Descendió a los infiernos" significa lo mismo
que "subió a los cielos", es decir, que es Señor
de la vida y de la muerte, del pasado y del
presente. Es buena la simbología, porque nos
ayuda a imaginar, cosa que nuestro conocimiento
necesita. Pero no es bueno permanecer en la
situación mental de los niños que confunden los
símbolos con la realidad. Y es bueno recordar
que el Cielo no es un lugar sino el encuentro
con una Persona.
A nosotros no nos gusta este modo de expresarse.
Pero no se trata de que nos guste. Se trata de
que la Palabra está siempre encarnada, y de que
ésta es la manera de expresarse de aquellos
hombres que fueron los que nos expresaron la
Palabra.
Los relatos de la Ascensión son profesiones de
fe. Se responde a la pregunta fundamental acerca
de Jesús: ¿quién este hombre? Y se responde: es
el hombre lleno del Espíritu, que le hace Hijo,
que fue crucificado pero está Vivo por la fuerza
de ese Espíritu, y ha sido “exaltado por Dios a
su derecha”. Se nos invita hoy a hacer nuestra
esta fe. Es el día en que debemos reafirmar, de
todo corazón, nuestra fe en Jesús.
La Ascensión es una invitación no sólo a
reconocerle sino a seguirle; se nos invita a la
misma misión de Jesús. Es también el día en que
la
tenemos que aceptar. Nuestra celebración de
la Ascensión no puede terminar sin más en el
gozo por el triunfo de Cristo. Es el día en que
decimos a Jesús: "Te puedes marchar tranquilo;
tu misión queda en nuestras manos; cuenta con
nosotros."
En resumen:
Creo en Jesús, el Señor,
revelación de Dios y del sentido de la vida:
acepto la vida como misión recibida de El,
para que todos los hombres le conozcan y salven
su vida.
Espero mi plenitud, y la de todas las cosas, en
El.
O R A C I O N
Bendito sea Dios,
el Padre de Jesús, nuestro Padre,
que nos ha bendecido con toda clase de
bendiciones,
que nos ha mostrado en Jesús, su rostro, su
corazón
y nos ha elegido para la misión más bella,
que toda la humanidad conozca la Buena Noticia
de Jesús.
Bendito sea Jesús, el hombre lleno del Viento de
Dios,
que ha hecho de nuestra vida algo nuevo,
distinto,
nos ha devuelto la dignidad y la esperanza,
nos ha dado motivos para vivir y para creer.
Bendito sea el Viento de Dios,
el que animaba y arrastraba a Jesús,
al que sentimos presente en nuestra vida.
Bendito seas, Jesús,
que pasaste haciendo el bien
y curando a todos los oprimidos por el mal,
porque el Viento de Dios estaba contigo.,
Bendito seas, Jesús, nuestro Señor.
José Enrique Galarreta