LA
CULTURA AUSTRALIANA
Y
LOS INMIGRANTES MUSULMANES
Declaraciones del Primer Ministro
El
primer ministro australiano John Howard enfadó a algunos
musulmanes australianos al apoyar explícitamente a las
agencias de inteligencia que investigan las actividades
que se realizan en las mezquitas nacionales. Estas son
algunas de sus declaraciones en la TV pública
australiana, dirigiéndose a algunos clérigos
radicales:
“Australia es un estado secular, y sus leyes han sido
hechas por el Parlamento. Si estos no son sus valores,
si ustedes quieren un país con la Ley islámica de la
Sharia o un estado teocrático, entonces Australia no es
su país. Si ustedes no están de acuerdo con las leyes
emanadas del parlamento, tribunales independientes,
democracia, si prefieren la ley Sharia, y tienen la
oportunidad de ir a otro país, donde se practica esta
ley, quizás, entonces, ésta es su mejor opción.
Cuando los terroristas nos atacaron en Bali,
experimentamos una oleada de nacionalismo por parte de
la mayoría de australianos. Sin embargo, apenas había
desaparecido el polvo de los ataques, cuando lo
políticamente correcto se dejó ver y la gente comenzó a
quejarse de que nuestro patriotismo ofendía a otros.
No
estoy contra la inmigración, y tampoco sostengo un
rencor contra alguien que busca una mejor vida viniendo
a Australia.
Pero la idea de que Australia ha de ser una comunidad
multicultural ha servido sólo para diluir nuestra
soberanía y nuestra identidad nacional. Los australianos
tenemos nuestra propia cultura, nuestra propia sociedad.
Esta cultura ha sido desarrollada en más de dos siglos
de luchas, juicios y victorias por los millones de
hombres y mujeres que han buscado la libertad de este
país.
Hablamos principalmente el INGLES, no el libanés, el
árabe, el chino, el japonés, el ruso, o cualquier otra
lengua. ¡Por lo tanto, si usted desea hacerse miembro de
nuestra sociedad, aprenda la lengua!
La
mayor parte de los australianos creen en Dios. Esto no
es solo un asunto de algún cristiano derechista: hay un
hecho cierto, y es que hombres y mujeres cristianos,
fundaron esta nación sobre principios cristianos, y esto
está claramente documentado en nuestra historia.
Deberíamos mostrarlo en los murales de nuestras
escuelas.
Si
nuestro Dios le ofende, entonces sugiero que usted
considere otra parte del mundo como su nueva casa,
porque Dios es parte de nuestra cultura.
Aceptaremos sus creencias, y no le haremos preguntas.
Pero daremos por hecho que usted acepta las nuestras, y
busca vivir en paz y armonía con nosotros.
Si
la Cruz le ofende, o no le gusta, entonces usted debería
considerar seriamente marcharse a otra parte de este
planeta. Somos felices con nuestra cultura y no tenemos
ningún deseo de cambiarla.
Realmente no nos preocupamos cómo hizo usted, por las
cosas que suceden en su lugar de procedencia. Le cueste
lo que le cueste, practique su cultura, pero no fuerce a
otros a hacerlo.
Este es nuestro país, nuestra tierra, y nuestro modo de
vivir, y le daremos la oportunidad de disfrutar de todo
esto.
Pero una vez que usted empiece a quejarse y no acepte
nuestra bandera, nuestras creencias cristianas, o
nuestro modo de vivir, sinceramente le animo a hacer uso
de otra gran libertad que gozamos en Australia: el
derecho de marcharse.
Nadie le obligó a venir aquí. Usted pidió estar aquí.
Entonces, acepte el país que usted eligió. Les hemos
acogido y abierto las puertas de nuestro país. Pero si
no quiere ser un ciudadano más de este país, ¡vuelva
al país de donde vino!”