Las parábolas (4)
Los trabajadores de la viña
Una parábola maltratada.
Las parábolas fueron dichas en un momento concreto,
en un sitio concreto, ante un auditorio concreto.
Todas esas circunstancias ayudan o son
imprescindibles para descubrir su sentido
original: El sentido que les dio Jesús. Otras
interpretaciones o sentidos serán interesantes,
incluso rentables. Pero lo que buscamos nosotros es
intentar conocer lo que dijo o quiso decir Jesús.
Eso es acercarse al Jesús histórico.
Sólo la cuenta Mateo en 20, 1-16 (se puede leer
al final).
Primera interpretación. La llamada de Dios.
Desde muy antiguo, se utilizó esta parábola para
explicar la llamada a la “viña del Señor”
aplicándola a las etapas de la historia de los
hombres desde Adán, o a las fases de la vida de cada
hombre: unos eran llamados en la juventud; otros en
la madurez, otros en la vejez, otros en el último
momento de su vida.
Pero a partir del versículo 8 y siguientes queda
claro que el acento no está en la llamada a la viña
sino en el pago del jornal al cierre de jornada.
Segunda interpretación. Clara manipulación.
Parábola del juicio.
Con excepción de los antiguos manuscritos y
versiones egipcias, el resto de los manuscritos
añaden un versículo 16b con el que finalizan la
parábola con una nueva moraleja. En él se dice: “pues
muchos son llamados y pocos escogidos”.
Quien tenga a la mano una versión de la Biblia de
Jerusalén podrá comprobar cómo en sus notas al pie
de página, incluye este añadido aclarando que es un
versículo transportado de otra parábola, la del
banquete nupcial (Mt 22,14).
Este versículo amenazador se añadió para echar al
infierno a los sindicalistas protestones del
versículo 12: “toma lo tuyo y vete”. Se les
echa de la viña. En la viña del Señor no se
admiten protestas.
Tercera interpretación. Inversión de la jerarquía.
El último versículo, el 16: “Los últimos serán
primeros y los primeros últimos”.
Es una moraleja añadida que desenfoca el sentido de
la parábola: en “la viña del Señor” cambia la
jerarquía. Sin embargo, no parece que el sentido de
la parábola intente cambiar ningún protocolo o
jerarquía.
Ese final (“los últimos serán primeros y los
primeros últimos”) es más bien otro traspaso de
algo dicho por Jesús a Pedro que pretendía ser
siempre el primero, con más derechos, incluso para
morir.
28 Pedro empezó a decirle:
- Pues mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos venido siguiendo.
29 Jesús declaró:
- Os lo aseguro: no hay ninguno que deje casa o hermanos o hermanas o
madre o padre o hijos o tierras, por causa mía y por
causa de la buena noticia,
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que no reciba cien veces más: ahora, en este tiempo, casas y hermanos y
hermanas y madres e hijos y tierras - entre
persecuciones- y, en la edad futura, vida
definitiva.
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Pero todos, aunque sean primeros, han de ser
últimos, y esos últimos serán primeros.
(Mc
10, 28-31).
Esta sentencia final se incluyó en la parábola que
comentamos.
La pregunta de la parábola. Su sentido.
Lo chocante (incluso, lo hiriente) de la parábola es
que todos reciban lo mismo, que los últimos reciben
también íntegro el jornal.
¿Por qué esa orden rara, tan extraña, de dar el mismo
jornal a todos? ¿No es una clarísima injusticia? ¿No
llevan razón los que protestan?
Sin entrar en más explicaciones, aquí no se trata de
justicia, ni distributiva, ni social, ni mercantil.
Aquí hay un dueño bueno que comprende que el último
se irá a casa con un jornal insuficiente, aunque el
haber llegado tarde al tajo haya sido por charloteo
en el bar o en la plaza. El hecho es que se irá con
un jornal insuficiente.
La parábola no describe una arbitrariedad, sino el
corazón de Dios. Generoso y compasivo con los
pobres, los que viven de un salario.
Este es el Dios de Jesús. Jesús habla de su Padre.
Da una clase de Teodicea.
“Os
lo aseguro: un hijo no puede hacer nada de por sí,
tiene que vérselo hacer al padre. Así, cualquier
cosa que éste haga, también la hace igual” (Jn
5, 19)
Habló con tal pasión de su Padre, que Felipe le
llegó a decir:
-
Haz que veamos al Padre, y nos basta.
-
Tanto tiempo como llevo con vosotros y ¿no has
llegado a conocerme, Felipe?
El sentido de la parábola está en el versículo 15:
¿Ves tú con malos ojos que yo sea generoso?
A
lo largo de todo el evangelio se critica a Jesús
porque es bueno con los pobres, los pecadores, los
excluidos, los sirvientes, las viudas.
¿Seremos tan duros, tan justos, tan exactos, tan
sindicalistas, que no dejemos ser Dios a Dios?
Luís Alemán
Mateo 20, 1-16
1 Porque el reinado de Dios se parece a un propietario que
salió al amanecer a contratar jornaleros para su
viña.
2 Después de ajustarse con ellos en el jornal de costumbre,
los mandó a la viña.
3 Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en
la plaza sin trabajo
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y les dijo:
-
Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo que sea
justo.
5 Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media
tarde e hizo lo mismo.
6
Saliendo a última hora, encontró a otros parados y
les dijo:
-
¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?
7 Le respondieron:
-
Nadie nos ha contratado.
Él les dijo:
-
Id también vosotros a la viña.
8 Caída la tarde, dijo el dueño de la viña a su encargado:
-
Llama a los jornaleros y págales el jornal,
empezando por los últimos y acabando por los
primeros.
9 Llegaron los de la última hora y cobraron cada uno el
jornal entero.
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Al llegar los primeros pensaban que les darían más,
pero también ellos cobraron el mismo jornal por
cabeza.
11 Al recibirlo se pusieron a protestar contra el
propietario:
12 - Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has
tratado igual que a nosotros, que hemos cargado con
el peso del día y el bochorno.
13 Él repuso a uno de ellos:
-
Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te
ajustaste conmigo en ese jornal?
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Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último lo
mismo que a ti.
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¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera
con lo mío?, ¿o ves tú con malos ojos que yo sea
generoso?
16 Así es como los últimos serán primeros y los primeros
últimos.