EL EVANGELIO
Mateo 13, 24-42
24 Les propuso otra parábola:
- Se parece el reino de Dios a un hombre que sembró semilla buena en su campo; 25 mientras todos dormían llegó su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se marchó.
26 Cuando brotaron los tallos y se formó la espiga apareció también la cizaña. 27 Los obreros fueron a decirle al propietario:
- Señor, ¿no sembraste en tu campo semilla buena? ¿Cómo resulta entonces que sale cizaña?
28 Él les declaró:
- Es obra de un enemigo.
Los obreros le preguntaron:
- ¿Quieres que vayamos a escardarla?
29 Respondió él:
- No, por si acaso al escardar la cizaña arrancáis con ella el trigo. 30 Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Al tiempo de la siega diré a los segadores: Entresacad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, almacenadlo en mi granero.
31 Les propuso otra parábola:
- Se parece el reino de Dios al grano de mostaza que un hombre sembró en su campo; 32 siendo la más pequeña de las semillas, cuando crece sale por encima de las hortalizas y se hace un árbol, hasta el punto que vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
33 Les dijo otra parábola:
- Se parece el reino de Dios a la levadura que metió una mujer en medio quintal de harina; todo acabó por fermentar.
34 Todo eso se lo expuso Jesús a las multitudes en parábolas; sin parábolas no les exponía nada, 35 para que se cumpliese el oráculo del profeta: “Abriré mis labios para decir parábolas, proclamaré cosas escondidas desde que empezó el mundo” (Sal 78,2).
36 Luego dejó a la multitud y se fue a la casa. Los discípulos se le acercaron a pedirle:
- Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
37 Él les contestó:
- El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38 el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los secuaces del Malo; 39 el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin de esta edad; los segadores, los ángeles.
40 Lo mismo que la cizaña se entresaca y se quema, sucederá al fin de esta edad: 41 el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, escardarán de su reino todos los escándalos y a los que cometen la iniquidad 42 y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
ilustración de Francisco Borboa (pancho.borboa@msa.hinet.net)