LA TRAGEDIA DE CADA DÍA
EN Guinea Ecuatorial
El
motivo de esta carta es el deseo de compartir con la mayor
cantidad de personas posibles, todo aquello que he
averiguado en los meses de investigación previos a la
redacción de mi libro.
Hasta
hace exactamente cuarenta años, los ecuato-guineanos eran
tan ciudadanos españoles como un alicantino o un gaditano.
Por entonces, Guinea Ecuatorial era una provincia más de
España enclavada en la costa Africana del Golfo de Guinea.
"La perla de África" la llamaban.
Hoy,
cuatro decenios después de su independencia, bajo el yugo
dictatorial de la familia Obiang Nguema y con el beneplácito
de las grandes potencias cuyas empresas explotan sus campos
de petróleo y expolian sus reservas madereras, Guinea
Ecuatorial se ha convertido en uno de los países más
subdesarrollados y corruptos del mundo. El pueblo
ecuatoguineano es uno de los más aterrorizados a manos de su
propio gobierno.
El
actual presidente de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang Nguema lleva
29 largos años en el poder tras ejecutar al anterior
presidente Francisco Macías (su propio tío, otro asesino).
Desde
entonces ha saqueado, robado y asesinado sistemáticamente
hasta extremos inconcebibles, amasando una fortuna que lo
convierte en uno de los hombres más ricos del planeta,
siendo Guinea Ecuatorial uno de los países más pobres de
África.
Aunque
para ser exactos, no puede decirse que el país en sí sea
pobre, pues alberga una de las mayores reservas petrolíferas
del continente, cuyos beneficios de explotación reportan al
régimen guineano miles de millones de euros. Lo que sucede,
es que la familia Obiang se queda con absolutamente todo lo
que pagan gobiernos y petroleras extranjeras
(norteamericanas y chinas sobre todo) por los derechos de
extracción.
Pero
aunque parezca mentira, la familia Obiang se dedica además a
robar propiedades privadas: se han apoderado aproximadamente
de la mitad de los terrenos edificables del país, sin pagar
un céntimo por ellos. Muchos trabajadores han de pagar a la
familia del presidente gran parte de lo que ganan.
Teodoro Obiang y su clan gobiernan Guinea Ecuatorial como lo
haría un esclavista con su hacienda. Para ellos, los
ciudadanos guineanos son esclavos a su disposición, y el
país una finca privada que saquear sin tener que dar cuentas
a nadie.
A
pesar del río de dinero que fluye desde este rincón de
África, sus habitantes no disponen de servicios sanitarios,
educación, seguridad o justicia.
Por
ejemplo, ante cualquier emergencia médica el Hospital de
Malabo es la única opción de asistencia, pero eso sí, bajo
ciertas condiciones como pagar la estancia y el tratamiento
por adelantado, y además, llevar todo lo necesario para
dicha estancia y tratamiento (desde las jeringas o
medicamentos necesarios, al colchón, las sábanas o la
comida).
Sin ir
más lejos, cuando hace unos años, estando en Guinea, tuvo
que hacerse mi pareja un análisis de sangre, el método de
extracción consistió en hacerle un corte en la mano con un
trozo de cristal.
Lo que
convierte a Teodoro Obiang (conocido como "El Jefe") y sus
acólitos no sólo en ladrones, sino en peligrosos criminales,
es la política de detenciones arbitrarias, encarcelamientos
injustificados, torturas y asesinatos cometidos contra sus
propios ciudadanos.
Se
calcula que durante su mandato, el actual gobierno guineano
ha exterminado al 10 por ciento de la población del país, y
una cantidad indeterminada ha desaparecido o se encuentra
encarcelada ilegalmente y sin juicio previo.
Según
el último informe de Amnistía Internacional, los detenidos
por la policía y el ejército son torturados sistemáticamente
con métodos tan brutales como mutilaciones, rotura de
huesos, violaciones, descargas eléctricas en los genitales o
clavando tenedores en la vagina de las detenidas...
Y para
quien guste de datos e imparciales estadísticas, ahí van
unas cuantas.
·
Guinea
Ecuatorial produce 400.000 barriles diarios de petróleo.
·
Exporta casi 1.000.000 de metros cúbicos de madera tropical
al año.
·
Su
Renta per Cápita la sitúa en el número 38 del ranking
mundial (por encima de Kuwait o Arabia Saudita).
·
En
cambio, en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU ocupa el
puesto 121.
·
El 151
sobre 163 en corrupción, según Transparency International.
·
La
esperanza de vida es de sólo 43,3 años, según Amnistía
Internacional.
·
La
élite gobernante posee alrededor del 98% de la renta
nacional
·
El 80%
de la población vive con menos de 20 euros al mes.
·
El
gobierno de Obiang ha convertido a Guinea Ecuatorial en el
centro del tráfico de drogas de África Occidental.
·
Teodoro Obiang ganó las últimas elecciones con un 99,5% de
los votos. Los 13 partidos políticos autorizados, estaban
formados por miembros del gobierno.
En
julio de 2003, la radio estatal anunció que:
"El
presidente es un dios que está en contacto permanente con el
todopoderoso, y puede matar a cualquiera sin que nadie le
pida cuentas y sin ir al infierno, porque es el dios mismo"
Y lo
que personalmente hace que esta vergüenza común me resulte
aún más dolorosa, es que el pueblo guineano, uno de los más
amables, hospitalarios y generosos que he conocido, haya
sido parte integrante del estado español.
La
atropellada y negligente descolonización de Guinea
Ecuatorial por parte de España en 1968, es el origen de la
inadmisible situación que ahora sufren los guineanos y a la
que hoy asistimos con absoluta indiferencia y desafecto.
Pero
hay que recordar que los ecuatoguineanos no sólo siguen
hablando en castellano, sino que muchas de sus costumbres,
celebraciones y tradiciones siguen siendo las mismas que las
nuestras. Sus hijos cantan las mismas canciones que cantan
los nuestros en el colegio, hasta sus palabrotas son las
mismas que las nuestras.
Son,
por decirlo así, una parte de nuestra familia de la que nos
hemos desentendido, ajenos y a veces cómplices de un castigo
que de ningún modo merecen.
Porque
probablemente, mientras lees este mensaje, una anciana
agonizando de malaria pide un médico que nunca llegará, un
niño está preguntando dónde están sus padres desaparecidos y
una mujer implora a Dios que la mate, mientras es violada y
torturada salvajemente en una comisaría.
Cada
día, Guinea Ecuatorial se hunde un poco más en las
tinieblas. Cada día, nuestra ignorancia nos hace más
culpables. Cada día cuenta.
Y si
te estás diciendo en este instante "Pero bueno, ¿y yo que
puedo hacer? Aquello está muy lejos". Lo cierto es que, por
desgracia, no vas mal encaminado. Será muy difícil cambiar
las cosas a corto plazo en la maltratada pero aún hermosa
Guinea.
Sin
embargo, sí hay algo que podemos hacer por aquella gente:
correr la voz. Estos dictadores de opereta, sólo se
mantienen gracias al desconocimiento que tiene el resto del
mundo de las fechorías que cometen. Cuantos más de nosotros
sepamos lo que sucede, y por qué sucede, más probabilidades
hay de que un día quizá no muy lejano, seamos suficientes
para decir basta.
Gracias por tu tiempo y tu ayuda.
FERNANDO GAMBOA
Autor de GUINEA
una novela de aventuras de Ediciones El Andén.