EVANGELIOS Y COMENTARIOS     

                             
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ALGUNOS DE LOS DICHOS DE JESÚS

SEGÚN EL EVANGELIO DE TOMÁS

 

 

Hemos tratado de escoger los dichos que mejor encajan en nuestra común percepción de Jesús y hemos prescindido de aquellos que podrían parecer algo extraños y esotéricos. Inevitablemente, es una selección excesivamente breve y subjetiva. 

 

9

Jesús dijo: Mirad, el sembrador salió, llenó su mano y arrojó las semillas. Unas cayeron sobre el camino. Vinieron los pájaros y las cogieron. Otras cayeron sobre la roca y no arraigaron en la tierra ni hicieron subir espiga hacia el cielo. Y otras cayeron sobre espinas, que sofocaron la semilla y el gusano las comió. Y otras cayeron sobre tierra buena, que dio buen fruto hacia el cielo. Produjo sesenta por medida y ciento veinte por medida.

 17

Jesús dijo: Os daré lo que ojo no ha visto y lo que oído no ha escuchado y lo que mano no ha tocado ni ha subido a corazón de hombre.

 20

Los discípulos dijeron a Jesús: Dinos, el Reino de los cielos ¿a quién se asemeja? Les dijo: Se asemeja a un grano de mostaza, que es pequeño entre todas las semillas, pero cuando cae en la tierra labrada produce una gran rama y llega a ser abrigo de las aves del cielo.

 25

Jesús ha dicho: Ama a tu hermano como a tu alma, guárdale como a la niña de tus ojos.

 26

Jesús dijo: Ves la mota en el ojo de tu hermano, pero no ves la astilla en tu ojo. Cuando saques fuera la astilla de tu ojo, entonces verás claramente para sacar la mota del ojo de tu hermano.

 31

Jesús dijo: No hay profeta aceptado en su pueblo, ni médico que cure a los que le conocen.

 33

Jesús dijo: Lo que tú oigas con tus orejas proclámalo sobre vuestros tejados. Porque nadie enciende una lámpara y la pone bajo un modio ni la pone en lugar escondido, sino que suele ponerla sobre el candelero, para que cada uno que entre y salga vea su luz.

 34

Jesús dijo: Si un ciego guía a otro ciego, los dos caen al fondo de un pozo.

 36

Jesús dijo: No os preocupéis de la mañana a la tarde y de la tarde a la mañana por lo que habéis de vestir.

 38

Jesús dijo: Muchas veces habéis deseado oir estas palabras que yo os digo y no tenéis otro de quien oirlas. Vendrán días en que me buscaréis y no me encontraréis.

 39

Jesús dijo: Los fariseos y los escribas han recibido las llaves del conocimiento y las han escondido. Ni han entrado ni a los que quieren entrar les han dejado. Pero vosotros sed prudentes como las serpientes e inocentes como las palomas.

 42

Jesús dijo: Estad de paso.

 47

Jesús dijo: No es posible que un hombre monte dos caballos o que tense dos arcos. Y no es posible que un siervo sirva a dos señores: honrará a uno y ofenderá al otro. Ningún hombre bebe vino añejo y enseguida desea beber vino nuevo. Y no se mete vino nuevo en odres viejos, para que no se desgarren, ni se mete vino añejo en odres nuevos, no sea que se pierda. No se cose un retazo viejo en un vestido nuevo, puesto que se haría un desgarrón.

 54

Jesús dijo: Felices los pobres, porque vuestro es el Reino de los cielos.

 57

Jesús dijo: El Reino del Padre es semejante a un hombre que poseía buena semilla. Su enemigo vino de noche y sembró cizaña entre la buena semilla. El hombre no les dejó arrancar la cizaña. Les dijo: No sea que vayáis a arrancar la cizaña y arranquéis con ella el trigo. Ya que el día de la cosecha aparecerá la cizaña, se arranca y se quema.

 58

Dijo Jesús: Feliz el hombre que ha sufrido. Ha encontrado la vida.

 65

El dijo: Un hombre honrado tenía un viñedo. Lo arrendó a unos campesinos para que lo trabajaran y recibir su fruto de ellos. Envió a su siervo para que los campesinos le diesen el fruto del viñedo. Ellos echaron mano del siervo y le golpearon. Poco más y lo matan. El siervo fue y lo dijo a su señor. Su señor dijo: Acaso no le conocieron. Envió a otro siervo. Los campesinos golpearon al otro. Entonces el señor envió a su hijo. El dijo: Acaso respetarán a mi hijo. Aquellos campesinos, en cuanto conocieron que era el heredero del viñedo, lo cogieron y le dieron muerte.  El que tenga oídos, que oiga.

 66

Jesús dijo: Mostradme esa piedra que rechazaron los constructores. Es la piedra angular.

 73

Jesús dijo: La cosecha ciertamente es grande, pero los trabajadores pocos. Rogad pues al señor para que mande trabajadores.

 76

Jesús dijo: El Reino del Padre es semejante a un hombre mercader, que poseía mercancía y encontró una perla. El tal mercader era avispado. Vendió la mercancía y se compró la perla excepcional. Vosotros también buscaos el tesoro que no perezca, que dure, allí donde la polilla no se acerque para comerlo y donde el gusano no lo destruya.

82

Jesús dijo: Quien está cerca de mí, está cerca del fuego. Y quien está lejos de mí, está lejos del reino.

86

Jesús dijo: Las zorras tienen sus madrigueras y los pájaros poseen sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza y ponerse a descansar.

 90

Jesús dijo: Venid a mí, que mi yugo es suave y mi señorío es amable y encontraréis reposo.

 94

Jesús dijo: El que busca, encontrará y al que llame, le abrirán.

 96

Jesús dijo: El Reino del Padre se asemeja a una mujer que cogió un poco de levadura, la escondió en la masa e hizo unos grandes panes. El que tenga oídos, que oiga.

 95

Ha dicho Jesús: Si tenéis dinero, no deis a interés, sino dad a aquél de quien no recibiréis.

 97

Jesús dijo: El Reino del Padre es semejante a una mujer que llevaba una jarra llena de harina. Mientras andaba por un camino largo, las asas de la jarra se quebraron. La harina se fue vaciando en el camino. Ella no lo sabía pues no había notado molestia. Al entrar en su casa puso la jarra en el suelo y la encontró vacía.

 99

Los discípulos le dijeron: Tus hermanos y tu madre están ahí afuera. Les dijo: Los que en estos lugares hacen la voluntad de mi Padre, éstos son mis hermanos y mi madre. Ellos son los que entrarán en el Reino de mi Padre.

 102

Jesús dijo: ¡Ay de los fariseos, porque son semejantes a un perro que se echa a dormir sobre el pesebre de los bueyes, pues ni come ni deja que coman los bueyes.