Hemos
tratado de escoger los dichos que mejor encajan en nuestra
común percepción de Jesús y hemos prescindido de aquellos
que podrían parecer algo extraños y esotéricos.
Inevitablemente, es una selección excesivamente breve y
subjetiva.
9
Jesús
dijo: Mirad, el sembrador salió, llenó su mano y arrojó las
semillas. Unas cayeron sobre el camino. Vinieron los pájaros
y las cogieron. Otras cayeron sobre la roca y no arraigaron
en la tierra ni hicieron subir espiga hacia el cielo. Y
otras cayeron sobre espinas, que sofocaron la semilla y el
gusano las comió. Y otras cayeron sobre tierra buena, que
dio buen fruto hacia el cielo. Produjo sesenta por medida y
ciento veinte por medida.
17
Jesús
dijo: Os daré lo que ojo no ha visto y lo que oído no ha
escuchado y lo que mano no ha tocado ni ha subido a corazón
de hombre.
20
Los
discípulos dijeron a Jesús: Dinos, el Reino de los cielos ¿a
quién se asemeja? Les dijo: Se asemeja a un grano de
mostaza, que es pequeño entre todas las semillas, pero
cuando cae en la tierra labrada produce una gran rama y
llega a ser abrigo de las aves del cielo.
25
Jesús
ha dicho: Ama a tu hermano como a tu alma, guárdale como a
la niña de tus ojos.
26
Jesús
dijo: Ves la mota en el ojo de tu hermano, pero no ves la
astilla en tu ojo. Cuando saques fuera la astilla de tu ojo,
entonces verás claramente para sacar la mota del ojo de tu
hermano.
31
Jesús
dijo: No hay profeta aceptado en su pueblo, ni médico que
cure a los que le conocen.
33
Jesús
dijo: Lo que tú oigas con tus orejas proclámalo sobre
vuestros tejados. Porque nadie enciende una lámpara y la
pone bajo un modio ni la pone en lugar escondido, sino que
suele ponerla sobre el candelero, para que cada uno que
entre y salga vea su luz.
34
Jesús
dijo: Si un ciego guía a otro ciego, los dos caen al fondo
de un pozo.
36
Jesús
dijo: No os preocupéis de la mañana a la tarde y de la tarde
a la mañana por lo que habéis de vestir.
38
Jesús
dijo: Muchas veces habéis deseado oir estas palabras que yo
os digo y no tenéis otro de quien oirlas. Vendrán días en
que me buscaréis y no me encontraréis.
39
Jesús
dijo: Los fariseos y los escribas han recibido las llaves
del conocimiento y las han escondido. Ni han entrado ni a
los que quieren entrar les han dejado. Pero vosotros sed
prudentes como las serpientes e inocentes como las palomas.
42
Jesús
dijo: Estad de paso.
47
Jesús
dijo: No es posible que un hombre monte dos caballos o que
tense dos arcos. Y no es posible que un siervo sirva a dos
señores: honrará a uno y ofenderá al otro. Ningún hombre
bebe vino añejo y enseguida desea beber vino nuevo. Y no se
mete vino nuevo en odres viejos, para que no se desgarren,
ni se mete vino añejo en odres nuevos, no sea que se pierda.
No se cose un retazo viejo en un vestido nuevo, puesto que
se haría un desgarrón.
54
Jesús
dijo: Felices los pobres, porque vuestro es el Reino de los
cielos.
57
Jesús
dijo: El Reino del Padre es semejante a un hombre que poseía
buena semilla. Su enemigo vino de noche y sembró cizaña
entre la buena semilla. El hombre no les dejó arrancar la
cizaña. Les dijo: No sea que vayáis a arrancar la cizaña y
arranquéis con ella el trigo. Ya que el día de la cosecha
aparecerá la cizaña, se arranca y se quema.
58
Dijo
Jesús: Feliz el hombre que ha sufrido. Ha encontrado la
vida.
65
El
dijo: Un hombre honrado tenía un viñedo. Lo arrendó a unos
campesinos para que lo trabajaran y recibir su fruto de
ellos. Envió a su siervo para que los campesinos le diesen
el fruto del viñedo. Ellos echaron mano del siervo y le
golpearon. Poco más y lo matan. El siervo fue y lo dijo a su
señor. Su señor dijo: Acaso no le conocieron. Envió a otro
siervo. Los campesinos golpearon al otro. Entonces el señor
envió a su hijo. El dijo: Acaso respetarán a mi hijo.
Aquellos campesinos, en cuanto conocieron que era el
heredero del viñedo, lo cogieron y le dieron muerte. El que
tenga oídos, que oiga.
66
Jesús
dijo: Mostradme esa piedra que rechazaron los constructores.
Es la piedra angular.
73
Jesús
dijo: La cosecha ciertamente es grande, pero los
trabajadores pocos. Rogad pues al señor para que mande
trabajadores.
76
Jesús
dijo: El Reino del Padre es semejante a un hombre mercader,
que poseía mercancía y encontró una perla. El tal mercader
era avispado. Vendió la mercancía y se compró la perla
excepcional. Vosotros también buscaos el tesoro que no
perezca, que dure, allí donde la polilla no se acerque para
comerlo y donde el gusano no lo destruya.
82
Jesús
dijo: Quien está cerca de mí, está cerca del fuego. Y quien
está lejos de mí, está lejos del reino.
86
Jesús
dijo: Las zorras tienen sus madrigueras y los pájaros poseen
sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar
su cabeza y ponerse a descansar.
90
Jesús
dijo: Venid a mí, que mi yugo es suave y mi señorío es
amable y encontraréis reposo.
94
Jesús
dijo: El que busca, encontrará y al que llame, le abrirán.
96
Jesús
dijo: El Reino del Padre se asemeja a una mujer que cogió un
poco de levadura, la escondió en la masa e hizo unos grandes
panes. El que tenga oídos, que oiga.
95
Ha
dicho Jesús: Si tenéis dinero, no deis a interés, sino dad a
aquél de quien no recibiréis.
97
Jesús
dijo: El Reino del Padre es semejante a una mujer que
llevaba una jarra llena de harina. Mientras andaba por un
camino largo, las asas de la jarra se quebraron. La harina
se fue vaciando en el camino. Ella no lo sabía pues no había
notado molestia. Al entrar en su casa puso la jarra en el
suelo y la encontró vacía.
99
Los
discípulos le dijeron: Tus hermanos y tu madre están ahí
afuera. Les dijo: Los que en estos lugares hacen la voluntad
de mi Padre, éstos son mis hermanos y mi madre. Ellos son
los que entrarán en el Reino de mi Padre.
102
Jesús
dijo: ¡Ay de los fariseos, porque son semejantes a un perro
que se echa a dormir sobre el pesebre de los bueyes, pues ni
come ni deja que coman los bueyes.