AÑO SACERDOTAL, PERO
¿QUÉ TIPO DE SACERDOTE?
Llama
la atención que el Papa actual declare ‘año sacerdotal’
del 19 de Junio de 2.009 al 19 de Junio de 2.010 y nos
ponga como ejemplo a imitar a un sacerdote nacido en
1.786, San Juan Mª Bautista Vianney, especialmente
famoso por sus horas dedicadas al Sacramento de la
Confesión, hoy casi en desuso para la mayoría de los
fieles.
El
problema de la falta de sacerdotes y religiosos en la
Iglesia es terrorífico. En Europa la edad media de los
sacerdotes está en los 68 años y en España en los 65.
Igual problema ocurre entre los religiosos y las
religiosas que se ven abocados a traer “refuerzos” de
países africanos o asiáticos para poder cubrir las
vacantes necesarias.
Ya me
dirán ustedes qué pasaría si en cualquier colectivo
profesional (maestros, policías, personal sanitario,
bomberos etc.) el promedio de edad estuviera en torno a
esas edades de 65-68 años: estarían abocados al fracaso
y al fin de la profesión.
Pero
en la Iglesia nadie parece hacer autocrítica sobre este
problema. Nadie se plantea por qué pasa esto. Nadie pone
medios para poder corregir esta desastrosa tendencia.
Las
consecuencias en muchísimos países, sobretodo de
Latinoamérica, (pero también de Europa) son tremendas.
Muchísimas comunidades se ven privadas de la Eucaristía
dominical y tienen que sustituirla por actos litúrgicos
dirigidos por seglares. En muchas regiones los
cristianos sólo pueden participar de la Eucaristía 4 ó 5
veces al año por la falta de sacerdotes. Muchísimas
parroquias y casas religiosas han cerrado sus puertas.
La Iglesia tendría que tener el valor y el coraje suficiente para
comprender que el modelo de “sacerdote tradicional”
tomado de la época del Concilio de Trento, está ya más
que superado y que hay que ofrecer modelos muy
diferentes de “sacerdotes” mucho más adaptados a la vida
de hoy y a la cultura de hoy, como muy bien apunta el
Obispo alemán, pero residente en Sudáfrica, Federico
Lobinger, en “Los curas del mañana”.
Serían curas que tendrían su profesión, su familia, que
viven su fe en su Comunidad y es la Comunidad toda la
que toma el protagonismo y no el cura. Es la Comunidad
toda la que organiza y reparte los distintos servicios
que entre todos son necesarios, atendiendo las
cualidades de los distintos miembros.
Son
necesarias nuevas formas de ser cura que debieran
coexistir con el modelo tradicional. Los curas obreros
son un buen ejemplo de que es posible ser cura de otro
modo distinto al tradicional.
Hoy
las estructuras parroquiales se han quedado obsoletas
para muchísima gente. ¿Nadie en la Iglesia se pregunta
por qué los jóvenes se aburren en las misas de las
iglesias y se alejan? Son necesarios otros marcos de
referencia donde poder expresar la fe en comunidad.
El
nuevo modelo de cura, tendrá mucho que ver con su
preocupación por las causas sociales, medioambientales,
su compromiso por los excluidos y los que menos tienen
en esta Sociedad, su interés por los problemas del
tercer mundo, su activa militancia en el mundo de
Internet donde tanto bien se puede hacer a tanta gente
de tantas formas…
Cádiz, 1 de Septiembre de 2.009
Juan Cejudo
Caldelas
Moceop