¿El cuerpo y la sangre?
ENTREVISTA A JESÚS
RAQUEL
Los micrófonos de Emisoras Latinas regresan a Jerusalén y
están instalados hoy en el Cenáculo, escenario de los hechos
maravillosos de aquel Jueves Santo. Con nosotros,
Jesucristo, protagonista de aquella noche memorable. En este
lugar, usted celebró la Última Cena y la Primera Misa.
JESÚS
Bueno, aquí comimos la Pascua. Todos los años, con la luna
de primavera, hacíamos lo mismo. Es la gran fiesta de mi
pueblo, un memorial del éxodo, cuando Moisés liberó a los
esclavos del faraón.
RAQUEL
Sí, pero aquella Pascua fue especial. Reconstruyamos los
hechos. Estaban todos reunidos cenando. Usted tomó el pan y
dijo: “cómanlo, esto es mi cuerpo”. Después, la copa de
vino: “bébanla, es mi sangre”. Tal vez las palabras más
sagradas de la historia de la humanidad. ¿Fue así?
JESÚS
Sobre el pan y el vino yo dije una bendición. No recuerdo
las palabras exactas, pero... no sé a dónde quieres llegar.
RAQUEL
A la transubstanciación. Cuando usted pronunció esas
palabras mágicas, quiero decir misteriosas, en aquel pan
estaba la presencia de Dios, ¿sí o no?
JESÚS
Sí, en aquel pan estaba Dios.
RAQUEL
Me alegra escucharlo. Llegué a pensar que usted echaría
abajo otro dogma...
JESÚS
¿De qué te asombras, Raquel? En Dios vivimos, nos movemos y
somos. ¿No lo sabías ya? Levanta una piedra, ahí está Dios.
Parte un trozo de madera, ahí lo encontrarás.
RAQUEL
Un momento. No se me vaya por los trozos, digo por las
ramas. Los oyentes saben que usted consagró aquella noche el
pan y el vino.
JESÚS
El pan y el vino y el aceite son sagrados. La comida con que
nos alimentamos es un don de Dios y por eso es sagrada. ¿A
eso te refieres?
RAQUEL
No. Yo me refiero a la transubstanciación. Que por aquellas
palabras suyas, el pan dejó de ser pan y el vino dejó de ser
vino.
JESÚS
¿Cómo el pan va a dejar de ser pan y el vino de ser vino?
RAQUEL
Quedaron las apariencias, pero cambió la sustancia. En aquel
pan estaba su cuerpo, en aquel vino su sangre, usted mismo,
Jesucristo, transubstanciado.
JESÚS
¡Qué locura estás diciendo, Raquel!... Si yo estaba sentado
en medio de todos... ¿cómo iba a estar metido al mismo
tiempo en una hogaza de pan o en una copa de vino? ¿Qué
truco sería ése?... ¡Ni que fuera mago!
RAQUEL
¿Qué había en aquella copa que usted dio a beber a sus
discípulos? ¿No era su sangre?
JESÚS
En mi pueblo no se toma la sangre de ningún animal, menos de
una persona. Me estás hablando de una cosa... horrenda.
RAQUEL
Pero, entonces, ¿qué hizo usted aquel Jueves Santo?
JESÚS
Yo hablé de unión, de comunidad. Luego, compartimos el pan.
Yo brindé con la copa y, según la costumbre, todos bebimos
de ella.
RAQUEL
Usted dijo que hicieran eso en memoria suya.
JESÚS
Sí, tenía miedo que me apresaran. Entonces, les dije:
hagamos una alianza. Pase lo que pase, sigamos unidos, como
los granos de trigo en la espiga, como las uvas en el
racimo. Si yo falto, reúnanse para recordar el compromiso
del Reino de Dios.
RAQUEL
A ver si nos entendemos. ¿Usted no instituyó aquella noche
el sacramento de la eucaristía?
JESÚS
No.
RAQUEL
Y cuando un sacerdote repite las palabras que dicen que
usted dijo aquella noche, ¿qué pasa con el pan y con el
vino?
JESÚS
Nada. Porque… ya pasó.
RAQUEL
¿Cómo que ya pasó? ¿No ocurre ningún milagro?
JESÚS
El milagro no está en el pan ni en el vino, Raquel. El
milagro está en la comunidad. Cuando un grupo de hombres y
mujeres que se quieren, que luchan por la justicia, se
reúnen y dan gracias a Dios y recuerdan mis palabras... ahí
está Dios en medio de ellos.
RAQUEL
Y aquí estamos nosotros, en medio de nuestra audiencia y con
demasiadas preguntas pendientes. Una pausa y regresamos.
Raquel Pérez, Emisoras Latinas, Jerusalén.
Otro Dios es Posible. Entrevistas
exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la Tierra.
María y José Ignacio López Vigil con el apoyo de Forum
Syd y Christian Aid. Tomado de
www.emisoraslatinas.net
También puedes escucharlo
en audio:
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