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EL PLURALISMO DENTRO DE LA IGLESIA

 

 

PREGUNTAS PARA UN DEBATE

 

El pluralismo es un concepto de moda. Nos recuerda la biodiversidad en la naturaleza. El pluralismo arranca de los mismos principios democráticos. Cada cual tiene su opinión y hay que respetarla.

 

Pero también están de moda los fundamentalismos mal que nos pese. Las posturas intransigentes se cuelan debajo de cualquier bandera. La tendencia de nuestra jerarquía es de apoyo excluyente a los grupos más conservadores y reescritura del último concilio para que no quede rastro de su apertura.

 

El pluralismo se acepta mejor cuando se trata de exigirlo a los demás. Y es más difícil observarlo en tu propia casa.

 

Por concretar, nos centramos dentro de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Encaremos con franqueza y a las claras, qué pasa con el pluralismo en el ámbito de la iglesia y en el interior de nuestras comunidades y cómo tenemos que actuar.

 

¿Cómo hay que afrontar estas situaciones? Esta es la primera pregunta.

 

¿Hay que plegarse a la uniformidad?

 

¿Hay que colgar los hábitos quien los tenga y sobre todo dejar de dar la lata a los que detentan el poder?

 

¿Conviene más una actitud que busque el diálogo con la jerarquía más que la confrontación?

 

¿Se puede llegar a confundir la pluralidad con el “vale todo”?

 

La segunda pregunta nos afecta tanto como la primera. Es evidente que lo que debe definir a los cristianos de base es su compromiso con el auténtico mensaje evangélico. Lo demás, cuando vivimos en comunidad, debe ser circunstancial. 

 

Vale la pena examinarnos por dentro.

 

¿Somos realmente plurales?

 

¿Tratamos de que nuestras celebraciones sean equilibradas en cuanto a reflexión y a oración?

 

¿Alguien se puede sentir entre nosotros discriminado por su ideología política?

 

Al filo de esta última pregunta:

 

¿Somos incondicionales militantes cristianos?

 

¿Nacen nuestros criterios políticos y sociales de los principios evangélicos?

 

¿O nos dejamos influir por consignas partidistas o mediáticas?  

 

 

ALGUNAS RESPUESTAS SUGERENTES

  

 

No se puede construir la unidad sin respetar la diversidad. Hay que integrar la pluralidad para llegar a la unidad. La unidad no se puede confundir con la unanimidad.

 

La mejor forma de defender la libertad es ejercerla. No tenemos que escondernos. Hay que actuar en conciencia y con libertad. Y organizar distintas actuaciones, estar presentes en los medios, participar más. 

 

La pluralidad no nos la van a dar, hay que conquistarla. La institución eclesiástica es totalitaria y no acepta de buen grado la diversidad.

 

Jesús, modelo de mentalidad y actuación plural.

 

El respeto es la base de la pluralidad. Los medios se respetan; los extremos, no.  Es fundamental que prime en todos el sosiego, tiempo para repensar la propia idea y la de los demás.

 

Las únicas posturas rechazables son las que no respetan los derechos humanos.

 

Muchos cristianos de base viven la fe en su nueva comunidad, pero han abandonado su propia parroquia. Quizás debieran reconsiderar su postura, tratar de bilocarse y fomentar también su evolución.

  

Rafael Calvo Beca

 

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