Izquierdas, derechas
y verdades absolutas
La viñeta
de Máximo publicada en El País en fecha 29/7/2007 que un
amigo me envió hace unos días me hizo sonreír y, al rato,
empezar a hacer
cábalas.
(ver reproducida en
viñetas para sonreír)
Jesús
proponía cambios: los últimos en el lugar de los primeros;
bienaventurados los humildes, los pobres, los marginados; el
de arriba que sirva al de más abajo; no llaméis padre ni
maestro a nadie, no se hizo el hombre para el sábado sino el
sábado para el hombre... No eran cambios circunstanciales
sino cambios en la forma de mirar, de entender, de sentir,
de relacionarse; era un cambio profundo en la conciencia,
una transformación en el interior de la persona que ponía
patas arriba todo el orden establecido. Era un desafío
total, una revolución completa que empezaba en el corazón
mismo de cada ser humano, en lo más hondo de su alma, y
afectaba a toda su conducta. ¿Cabe imaginar algo más
subversivo, más a la izquierda?
Es obvio
que semejante actitud no sirve como base para una religión
imperial ni estatal −no servía en el siglo tercero ni sirve
ahora; no hay más que ver los problemas que ha tenido y
tiene aún la Teología de la Liberación−. Luego para poder
hacer de Jesús el centro de una religión conveniente a
quienes detentan el poder había que aguar sus enseñanzas,
había que neutralizar su fuerza revolucionaria. ¿Como
hacerlo? Pues mirando al cielo, divinizándolo hasta el punto
de minimizar su gran humanidad. Y así, a golpe de concilio y
a fuerza de devanarse los sesos se llegó a la “revelación”
de las verdades absolutas, a los dogmas, a la jerarquía
infalible designada por el mismísimo Espíritu Santo, a una
religión cultista y a una Iglesia de derechas.
De
derechas porque lo propio de la derecha es la estabilidad,
el continuismo, lo jerárquico, la oposición a cualquier
cambio, el afán de asegurar el orden que garantiza los
propios privilegios, sean muchos o pocos. Un afán de
seguridad que es la piedra angular de todo autoritarismo,
religioso o político. En ella han tropezado todos los
movimientos transformadores y a partir de ella han girado
hacia la derecha, se han anquilosado, se han petrificado y
han acabado feneciendo. Porque no se puede ser profeta ni
revolucionar nada desde el privilegio, ya que éste no es
sino traición al espíritu fraterno que se pretende
instaurar.
Pero de
derechas también porque ¿cómo puede no ser de derechas
alguien que se cree en posesión de la verdad absoluta?
Creerse
en posesión de la verdad implica, inevitablemente, la
descalificación de quienes no comparten el mismo
pensamiento. Es un gesto de arrogancia que sitúa mentalmente
a quienes así piensan por encima de quienes no comparten su
modo de pensar o de creer. Es una clara actitud de
discriminación, de clasismo intelectual. Es renunciar a
cuestionarse el propio pensamiento, o bien cuestionarlo sólo
de mentirijillas, no fuese a ser que se viniese abajo. Luego
es renunciar a avanzar, a modificar nada, y menos todavía a
transformarse. Es una clara actitud antirrevolucionaria.
¡Más de derechas, imposible!
No puede
ser más acertada, pues, la observación que hace el Dios
Padre del chiste. En nuestra “opulenta civilización
occidental cristiana” no suele verse en los templos a las
gentes más desfavorecidas socialmente sino a las que están
en situación relativamente mejor, es decir, a las que no
están por muchos cambios, o sea a las de derechas. ¿Como no
va a ser así, si obispos y cardenales viven en palacios?
¿Acaso no es el de arriba quien tiene que dar ejemplo al de
más abajo? ¿Cómo era aquello de poner la luz en lo alto?
Que en la
Iglesia hay gente de izquierdas, no me cabe la menor duda.
Ahí tenemos esparcidas y esparcidos por el mundo a quienes
echan su suerte con los pobres de la tierra. Y sin ir muy
lejos ni en el espacio ni en el tiempo, ahí tuvimos
Entrevías, una manifestación eclesial ejemplar y nada
derechosa. Pero toda esa entrega de gentes que siguen a
Jesús no impide que institucionalmente la Iglesia sea de
derechas y que ésa sea mayoritariamente la mentalidad de
quienes la siguen.
Bueno,
que nadie se me ofenda, que esto no es más que una
divagación en torno a un chiste, y todavía me queda por
saber dónde estoy yo.
Luz, Gozo
y Paz a todas y a todos.
Pepcastelló
www.lahoradelgrillo.blogspot.com