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Libro de la biblia

* Cita biblica

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Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

SIENTO MÁS TU MUERTE QUE MI VIDA

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Me he levantado al alba, entre las sombras de la noche, pero no me asustaban, porque el dolor de no volverte a ver espantaba todos mis miedos.

He repasado en esta noche la memoria de tu muerte injusta en los Gólgotas de tantas tierras; las sentencias crueles y despiadadas, el dolor injusto de inocentes, condenados a la peor de las torturas y a la más honda de las angustias: el fracaso, la soledad y el abandono de los ajusticiados, pero Dios sí estaba. Cuando todos gritan, Dios calla, se hace silencio que lo penetra todo, silencio que todo lo acompaña, que llora con nuestras lágrimas.

Los torturadores de tu cuerpo no me han dejado acercarme a tu cruz, pero tu dolor ha penetrado mi carne tanto como la tuya, mezcla de rabia y de impotencia. He muerto contigo y me he fundido en tu silencio y me he rebelado por ti, por la injusticia del dolor del inocente, del hombre da la paz y la acogida, del que me curó de mis "demonios" y desde entonces cambió mi vida.

No puedo creer que tu muerte sea cierta. No puedo vivir pensado que ya no vives, que no te oiré reírte alegre en nuestras mesas, que no estarás al anochecer cuando buscamos juntos en el sosiego, una presencia más grande que nos envuelve y que tú llamas Abba.

No soportaré no volverte a ver, ni sentir tu mano fuerte y segura que acaricia la vida a cada paso, sosteniendo dolores y sinsentidos, recogiendo a perdedores y a marginados, regalando acogida a cada paso.

No encuentro el sentido que he perdió ni en las saetas de las procesiones, ni en las celebraciones de las iglesias. Nada de eso ya me consuela, todo se me antoja un ritual vacío que no cura la vida ni la muerte, ni la tuya ni la de otros, ni tampoco hoy la mía.

He de ir donde te han dejado y deshacerme en llanto para ungirte, y acariciar tu cuerpo destrozado, envolverte en aromas y aceites que curen todas tus heridas en este mundo lleno de dolores, con mis torpes manos. Como Miguel Hernández, quiero minar la tierra hasta encontrarte y besar la noble calavera y desamordazarte y regresarte, mover la roca para liberarte, sacarte con vida de esta pesadilla, vivirte en la vida resucitada.

Quería, ya me conoces, llegar la primera a tu sepulcro. Alguien había abierto ya la entrada y había movido la piedra que lo cerraba. He salido corriendo a tu encuentro..., pero no estabas entre la muerte. Tampoco te he visto resucitado.

Ha sido entonces que lo he entendido, te he visto vivo, como el roble muerto lleno de vida. Sí, su tronco vacío anidaba ¡tanta vida!, que sólo al morir se colmó del todo.

En el silencio de esta mañana he oído mi nombre, tú me nombrabas, y me has dicho en el silencio de la madrugada, que la muerte es también vida. Si callo a todo, te vuelvo a ver entre nosotros.

Ahora entiendo qué es tu vida, qué ha de ser la mía, que sigues vivo en nuestras Galileas. He repasado momentos en mi memoria de tu paz como caricia. He visto en la oscuridad más cruda de esta noche de muerte, que hay luz que ilumina la vida, mi pobre vida, la de cada día. Has resucitado en mi memoria y estás vivo, lleno de vida para mi vida y para toda vida.

No eres un fantasma, ni un recuerdo de la nostalgia. No está tu cuerpo, sí está tu vida. Eres tú, eres la vida. La vida que reverdece en los brotes nuevos del brezo y de la mata, en el amarillo de las flores más humildes de la garriga. Estás en la rojiza tierra del camino, y siento tu aroma entre la del romero y la del pino. Inamovible y sereno como el Galatzó, montaña amiga, entre las nubes de días grises o radiantes días de primavera. Me envuelves como el viento de esta mañana y tu voz suena viva como el eco del mar.

Suelto el duelo que se me aferra egoísta porque sé que tú quieres la fiesta y la alegría, la mesa abierta y compartida, el signo más claro de tu presencia siempre viva cuando yo te doy espacio en mi vida. Y porque te amo más a ti que a mí, vivo la vida desde tu vida, desperezando esperanza cada mañana para que vivas en mi memoria y en toda vida.

 

Matilde Gastalver

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