Creo en el Comercio Libre y Poderoso,

Creador de la riqueza y la miseria

Y en la Globalización su única hija,

concebida por la obra y por la gracia

de los santos patronos liberales,

el BM - FMI, la OCDE y la OMC.

Nació de la Santa Democracia Financiera,

creció y se extendió muy raudamente

sobre el hambre insolente de los pueblos,

para reinar, por los siglos de los siglos,

soberbia y justiciera en todo el orbe.

Creo en la fuerza promisoria del ajuste,

en la clase política corrupta

y en el imperio imbatible del dinero.

Creo en la razón positiva del más fuerte,

en el lucro de los santos inversores,

en el justo sacrificio del más débil

y en la espera gloriosa de un mañana,

en que nadie se oponga a nuestro sueño

de un mundo sometido a nuestras plantas,

sin rebeldes sin causa que amenacen

la sacra beatitud de nuestras Cumbres,

ni piquetes, ni attaquistas que pretendan

alterar nuestro sistema de ganancias.

En nuestro bien habido predominio, creo.

En paraísos fiscales sin fronteras

que acumulen nuestros réditos y oculten

de miradas curiosas e indiscretas

la sensata evasión de los impuestos

y los pingües negocios que emprendemos.

En la paz de ese universo, creo.

Y en las armas benditas que se lleven

al infierno incandescente prometido

a indeseables e intrusos irredentos

obstinados en torcer nuestro destino.

En ese mundo inmarcesible, creo.

Y en la infalible equidad de los mercados...

Amén