Querido Hnos/as, siempre recurro a vuestra página para nutrirme de vuestros aportes lúcidos y profundos y, sobre todo, para gozar de las canciones y la voz de Salomé.

Sin embargo, he tomado el valor de escribirles esta vez para agradecerles, pero en serio, de todo corazón.

Reconozco que me asusta la libertad.

Contemplo al Nazareno, como sigue actuando en la vida, libre, feliz, alegre, hermano, dando-se continuamente y tiemblo al pensar que puedo perder mi comodidad, rigidez, doctrina, falsa seguridad, quizás sea mi por la formación, la cultura, no lo sé.

Ustedes, queridos hermanos, abren una puerta cada semana y ésta, en particular, ha sido muy especial para mí, ya que vengo con algunos problemas personales, los cuales generan ansiedad, tristeza, etc. Y me he encontrado gratamente con el video "CLAVES PARA ESTAR EN EL AQUÍ Y AHORA".

Caí en la cuenta que el Nazareno nos habla continuamente, no siempre con los medios tradicionales, sino que a veces utiliza "otras voces", que siguen saliendo del mismo Amor del Padre/Madre, nuestro Dios.

Por ello, gracias hermanos/as por romper con mis prejuicios, por desarticularme, por ser un vaso de agua fresca, por venir a mi encuentro, por las canciones de Salomé y sobre todo por seguir ampliando mi estrecha mirada sobre el Amor.

Los abrazo fraternalmente.

Juan M. L. – Buenos Aires, Argentina