clase7 gonzalo haya

De la Espiritualidad a la Religión. Los grandes Fundadores impulsan un Movimiento inicial que luego evoluciona cayendo muchas veces en una cierta esclerosis. Nosotros, que hemos nacido dentro de una Religión, tenemos que deshacer este camino para volver a las raíces cultivando la espiritualidad. 

Como complemento a la exposición aquí os dejamos una
presentación en forma de Caricatura sobre la Religión y la Espiritualidad.

Al ser una caricatura, exagera los rasgos característicos de cada una
y es clarificadora pero no se pretende una interpretación literal.

 

Inteligencia Espiritual
4. De la espiritualidad a la religión. Síntesis
Gonzalo Haya

lo que creo que creo 300

En esta portada quise reflejar lo que me llevó a escribir los artículos recogidos en este libro. Estaba atravesando un barranco de dudas. Me sentí representado por ese hombre que cruza sobre un puente de tablas. Su mano agarra el débil pasamanos de cuerda. Las tablas sobre las que camino son mi conciencia; pero eso no me basta, siento vértigo y, como el hombre de la foto, busco una explicación a la que agarrarme. Los artículos de este libro fueron esas débiles cuerdas, que no sirven para caminar pero que ayudaron a superar el vértigo de mi conciencia.
Eso mismo siento ahora. La espiritualidad es el puente de tablas. La religiones deberían ser los pasamanos que nos ayuden a cruzar el puente.
Los grandes fundadores religiosos –Buda, Abraham, Jesús, Mahoma...- sintieron una fuerza irresistible que les impulsaba en una dirección, un movimiento intenso, místico y desbordante. Su experiencia religiosa era el puente de tablas. Ellos no necesitaban el débil pasamanos de las explicaciones.
Ese movimiento espiritual se transmitió directamente a un grupo de seguidores por la inmediatez física del gesto y de la palabra iluminada e iluminadora. A medida que el grupo iba aumentando, la pequeña comunidad se transformaba en uno, o varios grupos sociales. El contacto directo y la seguridad que irradiaba se perdían con la dispersión.
Los seguidores necesitan palabras, preceptos, ritos a los que agarrarse. Las palabras orientadoras llegan como un eco impreciso, que es interpretado según las circunstancias de cada grupo. La comunidad pasa a ser una sociedad que requiere una organización.
El agua viva de la fuente inicial se ha transformado, en el mejor de los casos, en un río canalizado; en el peor, en aguas estancadas. La espiritualidad se ha ido convirtiendo en religión.
La relación entre la Espiritualidad y la Religión tiene que encontrar un punto de equilibrio. Espiritualidad y Religión son como alma y cuerpo. Espiritualidad sin religión sería un fantasma en este mundo. Religión sin espiritualidad sería un cadáver. La religión es la expresión, el cauce de la espiritualidad, pero tiene que ser un cauce flexible, adaptable a cada situación.
La religión, como la educación de un niño, tiene que orientar sin matar la espontaneidad. La falta de normas hace al niño caprichoso e inadaptado. El exceso de normas hace al niño triste o hipócrita.
Jesús de Nazaret fue un profeta itinerante. Le seguía un grupo de hombres y mujeres atraídos por su actitud de amor filial a Dios y de compasión solidaria con los hombres. Sus discípulos sentían que sus palabras tenían una energía de vida eterna, pero interpretaban su mensaje del Reinado de Dios como una garantía de poder, con puestos de honor a la derecha y a la izquierda del trono.
Ellos transmitieron el mensaje de Jesús, pero no podían transmitir la experiencia de Jesús y ni siquiera su propia experiencia. Jesús había impulsado un movimiento espiritual, ellos fueron fraguando una religión. Las comunidades que se formaron -sedentarias y dispersas, cada una con su propia experiencia- reafirmaron su unidad reconociéndose en los escritos del Nuevo Testamento. La historia transformó su primera experiencia de debilidad y persecución en la de poder, como eje y garantía de la unidad del imperio romano.

Estructura de las religiones
Como toda organización social, las religiones necesitan una estructura. Esta estructura puede ser más o menos rígida; con el tiempo se va endureciendo. Cuando se multiplican los grupos, para mantener la unidad, las enseñanzas se van precisando cada vez más, los comportamientos se reglamentan, y las expresiones se ritualizan. Y para mantener todo esto se va formando una jerarquía más o menos piramidal. Las religiones necesitan una estructura, pero una estructura flexible, adaptable a las diversas situaciones.
Jerarquía
La necesidad de una autoridad o liderazgo es común a todos los grupos sociales. Puede ser la autoridad de los ancianos, de los chamanes, de los lamas, del Consejo de las Iglesias, o del Papa de Roma. La autoridad no es lo mismo que el poder. La autoridad procede de abajo hacia arriba, la otorga el grupo porque reconoce la sabiduría o la eficacia de uno de sus miembros. El poder procede de arriba hacia abajo, se impone, puede ser legal pero no siempre es legítimo.

Enseñanzas
Las religiones representan el elemento racional de la espiritualidad; por consiguiente tienen que ofrecer una idea del misterio de lo Trascendente al que aspira su espiritualidad. Estas enseñanzas proceden de la sabiduría –de la inteligencia espiritual- de sus fundadores. Éstos experimentan una iluminación inexpresable en conceptos, pero tienen necesidad de transmitirla. Para ello utilizan metáforas, parábolas, símbolos, orientaciones, exhortaciones. Lo trascendente, precisamente porque nos trasciende, no puede ser comprendido; sin embargo nuestra naturaleza racional no puede dejar de esforzarse por comprenderlo.
De esa sabiduría nacen los libros sagrados que recopilan sus enseñanzas En algunas religiones –judaísmo, cristianismo, Islam- esa sabiduría se presenta como revelada directamente por Dios o por medio de un ángel, y los libros sagrados se consideran palabra de Dios.
De cómo interprete cada religión su revelación dependerá su flexibilidad o su tendencia al fundamentalismo. En las religiones cósmicas y las místicas, la revelación es imprecisa; por eso sus enseñanzas están abiertas. Las religiones proféticas consideran que Dios les ha hablado claramente por medio de sus profetas y que su palabra es inmutable; por eso, aunque inevitablemente surjan diversas interpretaciones y escuelas, tienden a encerrarse en un fundamentalismo.
¿Es irreformable la formulación de los dogmas? ¿Impone la evolución cultural una reinterpretación de los dogmas? Hay que "Repensar la revelación".

Preceptos y ritos
Toda sociedad necesita normas de comportamiento y expresiones sociales aceptadas. Las religiones y las filosofías coinciden en la llamada Regla de oro que viene a decir "trata a tus congéneres igual que quisieras ser tratado". Esta norma general se va concretando en preceptos, según las enseñanzas de cada religión; pero la obligatoriedad de los preceptos procede de la autoridad de la conciencia, no del poder coactivo de las religiones.
Los ritos son expresiones emocionales simbólicas, compartidas por el conjunto social. A medida que evolucionan las costumbres sociales, los ritos pierden su conexión con los sentimientos que expresaban. Si se hace necesario explicar el sentido de un rito, es que ha perdido su naturaleza simbólica.

Conclusiones
Las religiones socializan la espiritualidad, adaptándola a la cultura y situación de cada pueblo o comunidad. Esta adaptación se expresa en unas creencias, preceptos y ritos. En lo más general – en la mística, en la regla de oro- concordamos todos. Al concretar surgen las discrepancias, se parcializa y reduce el número de adeptos, y se abre la pluralidad de religiones.
Adaptar y concretar no debería significar rechazar a los que han adaptado la espiritualidad en otros moldes. La adaptación debe ser flexible –como es el lenguaje simbólico- tanto por la variedad interna de la comunidad como por el respeto a la variedad externa de otras adaptaciones.
Dios, el Absoluto, es inefable. Aceptemos las limitaciones de nuestras expresiones sagradas. Una religión que cree saberlo todo se hace dogmática e intolerante. Las religiones serán auténticas en la medida en que faciliten vivir la espiritualidad y la fraternidad humana.
Jesús presentó un mínimo de estructuración flexible y adaptable. Prefirió la confianza a la fe; los ideales mejor que los preceptos; la comensalía mejor que los sacrificios.