En esta ocasión, el autor aclara ciertos conceptos de la religión y de la espiritualidad. Utiliza una comparación muy luminosa en la que viene a decir que la realidad espiritual de lo que somos sería como un territorio y las religiones serían mapas para orientarnos en esa realidad. Utilizar esos mapas es legítimo, pero sería absurdo pelear cuando los mapas no coinciden. Visto de esta forma, no tiene sentido discutir por causa de la religión. También se repasan algunas de las objeciones que se hacen a la no dualidad desde algunos ámbitos filosóficos, psicológicos y teológicos. Por último, se explican algunas metáforas, se recomiendan unos libros como bibliografía y un broche de oro donde el autor cuenta su itinerario personal y el camino que le ha llevado a esta forma de vivir en plenitud.