Querido Miguel Ángel:
Te remito este breve correo a tu nueva dirección en la casa del Padre. Una pincelada de luz –retrato en miniatura– de tu concisa, aunque bien sazonada existencia. Con ilimitada generosidad sembraste semillas de amor y sueños en la mente, el corazón y las manos de los tuyos y de cuantos tuvimos la suerte de cruzarnos contigo en el azaroso camino de la vida. La cosecha será pródiga en flor y grano, porque tú la abonaste colmada de fe, alegría y sentimiento. Como colaborador voluntario de Feadulta, maquetabas con artístico arte y mimo nuestras páginas. Arcángel que protege nuestro arriesgado transitar, y Ángel acompañante del bíblico Tobías, ayúdanos a alcanzar también nosotros la casa del Padre en la que tú ya habitas para siempre.
Un cordial abrazo extenso como el mundo, de tus tíos Carmina y Vicente.
Vicente Martínez, 5-noviembre-2017