Una nueva situación histórica. Un Papa que regresa al Vaticano, que sigue siendo papa pero ya sin poder, jubilado. Y que lo recibe su sucesor, quien quiere contar con él -en la medida de lo posible- en los primeros meses de su pontificado. Un gesto que demostrará la reforma en continuidad, en lo que la Iglesia es maestra desde hace siglos: Benedicto regresa hoy junto a Francisco, tres meses después de su renuncia.

Ratzinger regresó al Vaticano como se fue, en helicóptero, y se alojará en el convento Matter Ecclesiae, no lejos del convento de Santa Marta, donde vive el papa Francisco. Por primera vez en la historia, habrá dos papas en la Santa Sede, y ninguno de ellos vivirá en el Palacio Apostólico.

El papa llevará la vida de oración que ha elegido con su renuncia al pontificado y vivirá atendido por las cuatro laicas y con el diácono que desde unas semanas le ayuda en labores de secretaría, dijeron fuentes vaticanas, quienes apuntaron que no sería extraño que Francisco y Benedicto mantengan "frecuentes y discretos contactos". La reforma del aparato curial y el modo de aplicar soluciones al caso "Vatileaks" harán necesario que Bergoglio se deje aconsejar por Ratzinger.

Jesús Bastante