dos-primados

Solemne oración ecuménica en la Iglesia patriarcal de San Jorge de Estambul. Con el Papa junto al Patriarca Bartolomé. Pedro y Andrés, juntos de nuevo en Constantinopla. Y ambos suspirando por la unidad completa. El Papa le dijo al Patriarca: "Le pido un favor: Bendígame a mí y a la Iglesia de Roma". Y se inclinó ante Bartolomé.

La liturgia comenzó con el Papa depositando una velita. Después, toda una serie de himnos típicos ortodoxos, el Te Deum y las letanías, en las que se pide por el Papa Francisco, por el Patriarca, por las autoridades y por la paz del mundo.

Lectura del libro de Zacarías: "Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios".

Algunas frases del Patriarca Bartolomé

"Santidad, os acogemos"

"Os recibimos con alegría, honor y reconocimiento"

"Desde la antigua a la nueva Roma"

"Vuestra venida aquí constituye una continuación a análogas visitas de vuestros venerables predecesores: Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI"

"Para el restablecimiento de la plena comunión entre nuestras iglesias"

"Un evento histórico y lleno de buenos auspicios para el futuro"

"Décimo aniversario de la restitución de las reliquias de los santos padres"

"Intercesores ante el Señor, para que encontremos la plena comunión de nuestras Iglesias"

"Le deseamos todas las bendiciones del Señor y un mayor estrechamiento de los lazos fraternales"

"Bienvenido amado hermano en Cristo"

Algunas frases del discurso del papa

"Mi alma esta tarde está llena de gratitud"

"En la fiesta de San Andrés apóstol"

"Querido hermano Bartolomé: Gracias por su fraterna acogida"

"Semilla de la paz y de la alegría, que el mundo no puede dar"

"Andrés y Pedro escucharon esta promesa y recibieron este don"

"Hermanos en la esperanza que no desilusiona"

"Poder caminar juntos en esta esperanza"

"Esta esperanza está fundada sobre la fidelidad de Cristo"

"Le pido un favor: Bendígame a mí y a la Iglesia de Roma"

Se abrazan, rezan juntos el Padre Nuestro y proceden a la bendición. Y le cantan un himno al Papa, para que viva muchos años. "Al Santísimo Papa de Roma, protégelo muchos años".

Y los dos Patriarcas salen juntos de la catedral ortodoxa del Fanar. Para mantener un encuentro privado en el palacio patriarcal.

 

Texto íntegro del discurso del Papa en español

Santidad, querido Hermano

El atardecer trae siempre un doble sentimiento, el de gratitud por el día vivido y el de la ansiada confianza ante el caer de la noche. Esta tarde mí corazón está colmado de gratitud a Dios, que me ha concedido estar aquí para rezar junto con Vuestra Santidad y con esta Iglesia hermana, al término de una intensa jornada de visita apostólica; y, al mismo tiempo, mi corazón está a la espera del día que litúrgicamente hemos comenzado: la fiesta de San Andrés Apóstol, que es el Patrono de esta Iglesia.

En esta oración vespertina, a través de las palabras del profeta Zacarías, el Señor nos ha dado una vez más el fundamento que está a la base de nuestro avanzar entre un hoy y un mañana, la roca firme sobre la que podemos mover juntos nuestros pasos con alegría y esperanza; este fundamento rocoso es la promesa del Señor: «Aquí estoy yo para salvar a mi pueblo de Oriente a Occidente... en fidelidad y justicia» (8,7.8).

Sí, venerado y querido Hermano Bartolomé, mientras expreso mi sentido «gracias» por su acogida fraterna, siento que nuestra alegría es más grande porque la fuente está más allá; no está en nosotros, no en nuestro compromiso y en nuestros esfuerzos, que también deben hacerse, sino en la común confianza en la fidelidad de Dios, que pone el fundamento para la reconstrucción de su templo que es la Iglesia (cf. Za 8,9). «¡He aquí la semilla de la paz!» (Za 8,12); ¡he aquí la semilla de la alegría! Esa paz y esa alegría que el mundo no puede dar, pero que el Señor Jesús ha prometido a sus discípulos, y se la ha entregado como Resucitado, en el poder del Espíritu Santo.

Andrés y Pedro han escuchado esta promesa, han recibido este don. Eran hermanos de sangre, pero el encuentro con Cristo los ha transformado en hermanos en la fe y en la caridad. Y en esta tarde gozosa, en esta vigilia de oración, quisiera decir sobre todo: hermanos en la esperanza. Qué gracia, Santidad, poder ser hermanos en la esperanza del Señor Resucitado. Qué gracia - y qué responsabilidad - poder caminar juntos en esta esperanza, sostenidos por la intercesión de los santos hermanos, los Apóstoles Andrés y Pedro. Y saber que esta esperanza común no defrauda, porque no se funda en nosotros y nuestras pobres fuerzas, sino en la fidelidad de Dios.

Con esta esperanza gozosa, llena de gratitud y anhelante espera, expreso a Vuestra Santidad, a todos los presentes y a la Iglesia de Constantinopla mis mejores deseos, cordiales y fraternos, en la fiesta del santo Patrón.

 

Discurso del Patriarca Bartolomé

Santidad,
Dando gloria al Bondadoso Dios Trino os acogemos y a vuestro venerable Séquito en este lugar sagrado, donde está la Cátedra de los obispos de esta histórica y mártir Iglesia, que tiene asignado por la Divina Providencia el servicio tan responsable de la Primacía entre las Santísimas Iglesias Ortodoxas locales. Os acogemos con alegría, honor y reconocimiento, porque gustosamente habéis dirigido vuestros pasos desde la Antigua la Nueva Roma, unificando simbólicamente con este movimiento vuestro el Occidente y el Oriente, portador del amor del Protocorifeo al Primer Llamado, su hermano carnal.

Vuestra venida aquí, por primera vez desde la reciente elevación de Vuestra Santidad al Trono de la "primacía del amor", constituye una continuación a análogas visitas de vuestros venerables predecesores Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, testimoniando vuestra voluntad como también la de la Santísima Iglesia de Roma, de continuar el firme camino fraternal con nuestra Iglesia Ortodoxa para el restablecimiento de la plena comunión entre nuestras Iglesias.

Saludamos, por eso, con mucha satisfacción y estima la venida aquí de Vuestra Santidad, como un evento histórico y lleno de buenos auspicios para el futuro. Este sagrado lugar, en el cual durante siglos a través de muchísimas visicitudes históricas, cada uno de los Patriarcas Ecuménicos han celebrado y celebran el sagrado Misterio de la Divina Eucaristía, constituye un sucesor de otros distinguidos lugares de culto en esta Ciudad, que han iluminado ilustres figuras eclesiásticas que pertenecen ya al coro de los grandes Padres de la Iglesia universal.

Tales eran también los predecesores de nuestra Humildad, los Santos Gregorio el Teólogo y Juan Crisóstomo, las reliquias de los cuales descansan ya en este sagrado templo, junto con aquellas de Basilio el Grande, de la Gran Mártir Eufemia que convalidó el Tomos del V Concilio Ecuménico y otros santos de la Iglesia - eso gracias a la gentil restitución de ellas por parte de la Iglesia de Roma al Patriarcado Ecuménico. Este año cumplimos el décimo aniversario de este evento y expresamos a Vuestra Santidad nuestros calurosos agradecimientos por esto gesto fraternal de Vuestra Iglesia hacia nuestro Patriarcado Ecuménico.

Que estos Padres sagrados, sobre la enseñanza de los cuales fue construida nuestra común fe durante el primer milenio, sean intercesores ante el Señor, para que encontremos nuevamente la plena comunión entre nuestras Iglesias, cumpliendo así Su santa voluntad en tiempos cruciales para la humanidad y el mundo. Porque, según el sagrado Crisóstomo "esto es lo que más sostiene a los fieles y constituye el amor; por eso, que sean una sola cosa, dice Cristo" (A los Filip. 4,3 P.G. 62,208). Expresando de nuevo la alegría y el agradecimiento de la Santísima Iglesia de Constantinopla y de nuestra Humildad por esa visita oficial y fraternal de Vuestra Santidad, deseamos a Vos y a vuestro venerable Séquito todas las bendiciones de parte del Señor y sea Vuestra permanencia entre nosotros un mayor estrechamiento de nuestros lazos fraternales para gloria de Su santo Nombre. "¡Gracias sean dadas a Dios por su don inefable!" (2 Cor 9,15).

 

José Manuel Vidal

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