Cárcel en la isla de Gorgona
"Todos cometemos errores en la vida y todos somos pecadores"
La carta fue entregada por el Cardenal Ernst Simoni, de 91 años, condenado por el régimen comunista de Albania a 25 años de trabajos forzados en una cantera, mina y en las cloacas de Scutari
Mirar al futuro con confianza continuando el camino del cambio. Este es el aliento dado por el Papa Francisco en una carta a los prisioneros de la isla de Gorgona, en la provincia de Livorno. Ayer la carta fue entregada por el Cardenal Ernst Simoni, injustamente encarcelado durante más de 20 años en Albania.
La carta del Papa Francisco es la respuesta a la que hace algún tiempo escribieron los presos de la isla de Gorgona, en la provincia de Livorno, que actualmente hospeda a unas 90 personas y 25 agentes de la Policía Penitenciaria. Ayer la carta fue entregada por el Cardenal Ernst Simoni, de 91 años, condenado por el régimen comunista de Albania a 25 años de trabajos forzados en una cantera, mina y en las cloacas de Scutari. Hoy el cardenal es canónigo honorario de la Catedral de Santa María del Fiore de Florencia, donde vive desde hace algunos años. Un hombre de Dios que ha conocido de cerca los sufrimientos, dolores y reducciones del encarcelamiento.
No es una situación fácil en las cárceles
Francisco agradece la "hermosa carta" que recibió en la que los prisioneros relataban sus experiencias con el corazón abierto y al mismo tiempo hablaban del camino "de redención y reeducación" que se realiza a través de un trabajo digno del que obtienen "un pequeño sustento". "Conozco la no siempre fácil situación de las cárceles - escribe el Papa - por eso no dejo de exhortar a las comunidades eclesiales locales a mostrar concretamente la cercanía materna de la Iglesia en estos lugares de dolor y de redención". Francisco recuerda que "todos cometemos errores en la vida y todos somos pecadores. Y todos pedimos perdón por estos errores y hacemos un camino de reintegración, para no cometer más errores. Cuando vamos a pedir perdón al Señor, él siempre nos perdona, nunca se cansa de perdonar y de levantarnos del polvo de nuestros pecados", señala Francisco.
Confianza en el futuro
En la carta, el Papa expresa su agradecimiento por las muchas personas que están al lado de los presos de Gorgona y que trabajan consolando y apoyando a aquellos que están emprendiendo un camino de cambio. Por mi parte -añade-, os animo a mirar al futuro con confianza, continuando con la preciosa ayuda de vuestro capellán y de otros educadores el camino de la renovación interior, sostenida por la fe y la esperanza de que el Señor, rico en misericordia, esté siempre a nuestro lado". Finalmente, los saludos y la entrega a la protección maternal de María: "Me siento cerca de vosotros -concluye- en la oración".
Isla-prisión
El Card. Simoni, con el capellán de la prisión Don Didie Okito, celebró ayer la misa en la iglesia de San Gorgonio a la que asistieron oficiales de la Policía Penitenciaria, presos y habitantes de la isla. Luego almorzó con los prisioneros, escuchando sus historias y contando sus historias sobre su encarcelamiento. "Su prisión en comparación con las de la Albania comunista -dijo el cardenal con ironía- es un hotel de cinco estrellas. Pero comprendo y comparto vuestro sufrimiento y os exhorto, como ha dicho el Papa, a que confiéis en Cristo y hagáis todo lo que estéis a vuestro alcance para resguardar el mal cometido tanto a vosotros mismos como a vuestra dignidad humana, y a los hermanos y hermanas que habéis ofendido con vuestra conducta". El anciano cardenal visitó también los lugares de trabajo de los presos, en particular los viñedos, los establos y la granja.
"Fue un momento importante por varias razones -cuenta a Luca Collodi, de Radio Vaticano Italia, el director de la prisión de Livorno y Gorgona, Carlo Mazzerbo- porque se esperaba la respuesta del Papa; un momento de gran consuelo para todos. Fue un día entero de emoción y de gran participación, sobre todo en la acogida del Cardenal Simoni, que tiene una historia que toca especialmente a los que cumplen una condena". Hablando de la experiencia de la cárcel de Gorgona, el director destacó el proceso de reeducación, el compromiso que los operadores ponen en dar la posibilidad de redención. "Un preso que se reintegra, un preso que se recupera -explica Mazzerbo- sirve a la seguridad social, hace que la sociedad sea más segura. El intento que hacemos es hacer que los presos se sientan parte de una comunidad porque aquí pasa el concepto de recuperación. Todos vivimos en la misma roca con las dificultades que nos unen y esto rompe en gran medida las contraposiciones. El trabajo es una parte importante del proceso de rehabilitación, y además de las actividades rutinarias, también estamos trabajando con universidades en proyectos específicos relacionados con la agricultura.
24.06.2019 (Benedetta Capelli, Vatican News).