“Luchen por nosotros, pues somos los pueblos más marginados”, piden los pueblos amazónicos a los obispos bolivianos.
Encuentro de los padres sinodales bolivianos con los pueblos de la Amazonía
La escucha se está instalando como una actitud básica en la Iglesia Amazónica, y este ya puede ser considerado uno de los grandes frutos del proceso sinodal
Se les ha pedido a los obispos “que lleven el mensaje del territorio TIM (Territorio Indígena Multiétnico), que haga respetar los derechos y las culturas que nos identifican, que hoy están con amenazas”
Prácticamente todos los grupos han subrayado la plena identificación con el contenido del Instrumentum Laboris, “porque habla de nuestra vida, habla de lo que pensamos aquí, sentimos que ha llegado todo el trabajo de consulta, lo sentimos vivo dentro de este documento y nos hemos sentido representados”
“Vemos que vivimos un verdadero kairos de Dios, porque en medio del dolor y de las situaciones complejas sobreabunda la esperanza, la gracia y éste caminar más juntos”.
La escucha se está instalando como una actitud básica en la Iglesia Amazónica, y este ya puede ser considerado uno de los grandes frutos del proceso sinodal. En esa perspectiva, la Iglesia de la Amazonía boliviana se ha encontrado de 24 a 26 de agosto en Cochabamba. Ha sido una reunión en la que los obispos de las nueve jurisdicciones eclesiásticas amazónicas y representantes de los pueblos y comunidades amazónicas han dialogado desde la perspectiva del Instrumentum Laboris y de la realidad en que viven.
Los obispos bolivianos que del 6 al 27 de octubre participarán en Roma de la asamblea sinodal, han querido conocer de primera mano las necesidades y demandas de los pueblos y comunidades amazónicas, y así tener el suficiente bagaje para ser verdaderos portavoces de aquellos a los que acompañan, encontrando elementos y criterios que contribuyan al proceso sinodal. Lo que los obispos han hecho está en la línea de lo que ya hizo el Papa Francisco en Puerto Maldonado, reconoce Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM, que junto al Padre Michael Cerzny, unos de los dos secretarios del Sínodo para la Amazonía, se ha hecho presente en el encuentro. Se trata de “sentarse a escuchar sus gritos, sus esperanzas, sus propuestas, y, por otro lado, acoger sus voces para incorporarlas en su proceso de discernimiento para el Sínodo”, afirma Mauricio López.
En ese sentido, se les ha pedido a los obispos “que lleven el mensaje del territorio TIM, que haga respetar los derechos y las culturas que nos identifican, que hoy están con amenazas”, como afirmaba Víctor Fabricano, de la comunidad de Pueblo Nuevo, San Ignacio de Mojos, y que pertenece al pueblo mojeño trinitario. De este mismo pueblo forma parte Catalina Iba, que vive en la comunidad Monte Grande del Apere, que pedía al Papa apoyo “en nuestras culturas y nuestros derechos”. Dirigiéndose a los obispos, Yolanda Masa, del mismo territorio, pedía como educadora “que también nosotras como mujeres seamos valoradas, pues siempre estamos delante de toda lucha que se ha llevado adelante”. Por eso, reclamaba “que nos hagan valorar a las mujeres”, teniendo en cuenta que “la mayor parte de las mujeres ahora en los territorios son corregidores, forman parte de los consejos y organizaciones de mujeres”. Por eso, insistía en que los obispos lleven su mensaje para “que conozca el Papa que también nosotras como mujeres existimos”.
Desde la ciudad de Riberalta, en el norte del país, llegaba Gloria Cea, que vive en la comunidad de Campo Central, en una zona donde falta el agua, insistiendo en que “no haya más deforestación”, que afecta al cambio climático. Ella llamaba la atención a los obispos “que luchen por nosotros, pues somos los pueblos más marginados”, señalando que “queremos vivir en una Amazonía libre de lo que es la contaminación del medio ambiente”. El encuentro ha sido momento para “saber cómo es nuestro sentimiento”, afirmaba María Molina, de la comunidad de Santísima Trinidad, en el Tipnis, siendo el Sínodo, en su opinión, una oportunidad para que “se solucionen los problemas que hay en mi territorio y en mi comunidad”.
“Que también la Iglesia nos apoye en toda la Amazonía”, era el pedido de Enrique Matereco, de la comunidad de Bermeo, en el territorio indígena mojeño ignaciano de la provincia Mojos, el Beni. A partir del mensaje de todas las comunidades, el indígena de la parroquia San Ignacio de Loyola, destacaba la importancia “de nuestro territorio, de nuestra madera, de nuestro suelo, de nuestros ríos”, algo que espera sea llevado, para que el Papa lo analice y “nos pueda ayudar”.
Durval Noco Jiménez, de la comunidad Barranco Colorado, municipio de Guajará-Mirim, señalaba que la lucha por la Amazonía “debería ser a nivel mundial”, por lo que reconoce que “nos llevamos una buena experiencia de acá y quisiéramos que esto siga”. En la misma línea de los otros participantes, les dice a los obispos que “luchen por nosotros, el sector campesino, principalmente los que estamos en la Amazonía, que vivimos en las márgenes de los ríos, que estamos sufriendo mucho en todo tiempo, se está perdiendo nuestra cultura, es más difícil vivir de la caza y pesca, todo se está perdiendo”. Del Sínodo espera “que tengamos un buen resultado, que los obispos lleven nuestro mensaje, hagan escuchar y, Dios mediante, el Papa dé buena vista”.
El Padre Fabio Garbari destacaba que el momento de escucha a los pueblos amazónicos “ha sido un día bonito, estaban todos los obispos escuchando”, definiéndolo como un momento exitoso. El jesuita ha destacado que “toditos se ha sentido representados por el Instrumento Laboris, toditos han pedido que puedan hacer que aquellas voces lleguen, y que pueda ser de verdad el instrumento de trabajo sobre el cual trabajar, porque representa las voces del mundo amazónico, especialmente del mundo indígena amazónico”.
Uno de los obispos presentes en el encuentro ha sido Monseñor Eugenio Coter, quien destacaba que se ha encontrado con un territorio vivo, “donde la gente tiene ganas de crecer y de caminar, pero al mismo tiempo de construir comunidad, de construir relaciones, de tener vivos los valores”. Según el obispo del Vicariato de Pando, “nos han presentado la historia de la cotidianidad, y al mismo tiempo los desafíos que encuentran”, insistiendo en “el deseo de contar con una seguridad económica, pero no buscada a cualquier costa”. Para eso, los indígenas muestran, según Monseñor Coter, “la voluntad de pensar en una Amazonía viva, que no se destruya, porque esto será el presente de hoy y el futuro de sus hijos”.
Ante el fenómeno de la migración a las ciudades, los pueblos de la Amazonía boliviana insisten a la Iglesia, según el obispo, “que siga estando al lado de ellos también en la ciudad, para que no pierdan los valores que les animan”. Prácticamente todos los grupos han subrayado la plena identificación con el contenido del Instrumentum Laboris, “porque habla de nuestra vida, habla de lo que pensamos aquí, sentimos que ha llegado todo el trabajo de consulta, lo sentimos vivo dentro de este documento y nos hemos sentido representados”, afirmaba Monseñor Coter después de escuchar a los pueblos. A los obispos les piden, según el obispo, que durante el Sínodo sean “el altavoz de ellos delante de la comunidad eclesial, el Papa y la Iglesia, y delante la comunidad internacional, que se escuche lo que es la vida y lo que son sus deseos y esperanzas”. Esta es una prueba más de que el Instrumentum Laboris responde a los deseos de los pueblos y no de aquellos que desde fuera de la Amazonía lo critican sin ningún fundamento válido.
Esta es una dimensión en la que también ha insistido Mauricio López, para quien, “en la voz de los pueblos indígenas y comunidades campesinas se puede percibir con claridad este decir de que están plenamente representados por el documento de trabajo del Sínodo”. El Secretario Ejecutivo de la REPAM insiste en que “sienten que su palabra, sus voz, lo que ellos han planteado, lo que ellos anhelan está ahí, y por otro lado se sienten comprometidos con llevar adelante aquellos cambios que se están proponiendo”. A ese respecto, afirma que “hemos visto cada una de las nueve jurisdicciones eclesiásticas de la Amazonía boliviana cómo han planteado cosas muy puntuales con respecto al Instrumento de Trabajo, y compromisos también particulares para poder llevarlo adelante”.
Los propios indígenas también han pedido que se les ayude “a vivir la fe a través de los sacramentos y de pensar en las respuestas necesarias”, algo recogido en el Instrumentum Laboris cuando habla de la ordenación de ancianos, afirma el obispo, quien ve en este pedido “que hay deseo de Eucaristía y deseo de sacramentos”. Ellos esperan “que la Iglesia siga caminando a su lado”, señala Monseñor Coter, pues los indígenas sienten muchos desafíos, entre ellos “el desafío de una economía sostenible y sustentable, de la salud, de la educación, el tema del agua, que se dan cuenta que cada vez es más fundamental para que puedan tener vida, ellos, sus animales, pero también sus plantas y sus cultivos”. Todo ello lleva a las pueblos amazónicos a sentir “la conciencia de que si no se cuida de la selva, esta agua la perderán cada vez más, de lo que ya se ven los signos de este deterioro”, según el obispo de Pando. Los pueblos amazónicos ven este momento como “un tiempo de esperanza, donde se ha trabajado y construido para que marque e indique el camino a seguir, junto con una Iglesia que no los abandone, sino que a su lado lo vaya recorriendo, pidiendo la docilidad al Espíritu”.
No podemos olvidar que el encuentro ha tenido lugar en un momento en el que Bolivia pasa por una grave situación, como consecuencia de las noticias que están llegando desde la Amazonía, donde los incendios ya han arrasado casi un millón de hectáreas y ha hecho que mucha gente esté perdiendo todo. Ante esta situación, Monseñor Coter señala que los presentes “han pedido la oración y que de verdad el Señor pueda responder con lluvia que ayude a apagarlos, porque la conciencia es que el estado no va lograrlo y menos la gente sin recursos”. Ante la magnitud de los incendios, algo pocas veces visto, Mauricio López, destaca que “la iglesia ha podido también hacerse presente”, lo que ha llevado a los pueblos a afirmar que “nos sentimos apoyados por la Iglesia”.
Una vez más se demuestra que ante la desidia y falta de eficacia de los gobiernos, Dios es la única esperanza de los pobres. De hecho, “mientras no cambien las políticas de Estado, mientras no cambien las políticas públicas, no tendremos cambios estructurales”, como afirmaba el Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Monseñor Centellas, lo que va a exigir un esfuerzo mayor para hacer posible una ecología integral.
Este es sin duda un nuevo paso importante dentro del proceso sinodal, en el que los pueblos han dicho una vez que se sienten también parte de este proceso. Desde esa perspectiva, Mauricio López afirma que “su acompañamiento será determinante para responder a tantas situaciones que afectan y aquejan este día con día de los pueblos”. Por todo lo vivido en este encuentro, el Secretario Ejecutivo de la REPAM no duda en insistir, como ya ha hecho tantas veces en los últimos meses, que “vemos que vivimos un verdadero kairos de Dios, porque en medio del dolor y de las situaciones complejas sobreabunda la esperanza, la gracia y éste caminar más juntos”.
26.08.2019 Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil