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MARTES 1 DE JULIO DE 2014

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«NO LES DEJO MI LIBERTAD, SINO MIS ALAS»

Por: Gloria Inés Arias de Sánchez


"Les dejo a mis hijos no cien cosechas de trigo

sino un rincón en la montaña, con tierra negra y fértil,

un puñado de semillas y unas manos fuertes

labradas en el barro y en el viento.

 

No les dejo el fuego ya prendido

sino señalado el camino que lleva al bosque

y el atajo a la mina de carbón.

 

No les dejo el agua servida en los cántaros,

sino un pozo de ladrillo, una laguna cercana,

y unas nubes que a veces llueven.

 

No les dejo el refugio del domingo en la Iglesia,

sino el vuelo de mil palomas, y el derecho a buscar en el cielo,

en los montes y en los ríos abiertos.

 

No les dejo la luz azulosa de una lámpara de metal,

sino un sol inmenso y una noche llena de mil luciérnagas.

 

No les dejo un mapa del mundo, ni siquiera un mapa del pueblo,

sino el firmamento habitado por estrellas,

y unas palmas verdes que miran a occidente.

 

No les dejo un fusil con doce balas,

sino un corazón, que además del beso sabe gritar.

 

No les dejo lo que pude encontrar,

sino la ilusión de lo que siempre quise alcanzar.

 

No les dejo escritas las protestas, sino inscritas las heridas.

No les dejo el amor entre las manos,

sino una luna amarilla, que presencia cómo se hunde

la piel sobre la piel, sobre un campo, sobre un alma clara.

No les dejo mi libertad sino mis alas.

 

No les dejo mis voces ni mis canciones,

sino una voz viva y fuerte, que nadie nunca puede callar.

Y que ellos escriban, ellos sus versos,

Como los escribe la madrugada cuando se acaba la noche.

Que escriban ellos sus versos;

por algo, no les dejo mi libertad sino mis alas..."

 

MIERCOLES 2 DE JULIO DE 2014

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EL AMOR ES DIFÍCIL.
Tomado de www.pastoralsj.org

Todos buscamos amor. Aun sin saberlo. Incluso quien se desengaña, sigue añorando el encuentro, el abrazo, la aceptación y la acogida incondicional. Es tan consustancial a nosotros como respirar, comer o imaginar. Con ese nombre llamamos a Dios. Y definimos las relaciones más importantes de nuestra vida. Y, sin embargo, el amor es complicado, quizás porque nosotros lo somos.

EL AMOR ES DIFÍCIL - EQUILIBRIOS AFECTIVOS

A veces podemos ser muy fríos. Otras veces excesivamente intensos. Va con carácter, con momentos y circunstancias. Y el amor necesita encontrar su lugar. Porque a veces puede convertirse en exigencia, en invasión, en cadena. Quieres apresar al otro, poseer, y se generan dependencias terribles. Los celos, en la relación de pareja, o en la amistad, son uno de los peores demonios que muerden a la gente. También puede ocurrir lo contrario. Blindarse contra el otro, querer mantener a toda costa la propia independencia, la propia seguridad, no hacerte vulnerable por temor a ser herido. Y, en consecuencia, guardarte siempre tu propio espacio al que nadie puede acceder. Pero, a veces, el amor necesita dar entrada al otro en las facetas más importantes de la vida. El amor de Dios no apresa, pero está cerca. No invade, pero quiere entrar en la propia vida. Y puede ser un modelo para lo que cada uno vivamos en el día a día.

¿Hacia dónde oscilas tú, cuando de amar se trata?

¿Eres más posesivo? ¿Más distante?

¿Se te ocurren otros desequilibrios o equilibrios posibles en el amor?

EL AMOR ES DIFÍCIL - EL AMOR TIENE DÍAS MALOS

«Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré» (Cant 3, 2)

No siempre todo son días de vino y rosas. Parece que hablar de 'amor' es hablar de buenos sentimientos, encuentros, amistad, pasión, pareja, correspondencia... Pero la verdad es que amar es, también, estar dispuestos a pasar por épocas difíciles, por momentos en que hay quien ama más y quien responde menos. El propio Dios se lamenta, en algunos pasajes bíblicos preciosos, a través de los profetas, por el desamor de su pueblo. Amar es, también, estar dispuestos a luchar por los otros, para recuperar a quienes queremos. Es estar dispuestos a sortear obstáculos, a lidiar con problemas, a perdonar, a dejar que cicatricen algunas heridas...

¿Cómo lidias tú con la dificultad del amor?

 

JUEVES 3 DE JULIO DE 2014

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DON DE SABIDURÍA. Catequesis del Papa Francisco del día Miércoles 9 de abril de 2014

La sabiduría es la gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios. Es ver el mundo, ver las situaciones, las ocasiones, los problemas, todo, con los ojos de Dios. Algunas veces vemos las cosas según nuestro gusto o según la situación de nuestro corazón, con amor o con odio, con envidia... No, esto no es el ojo de Dios.

La sabiduría es lo que obra el Espíritu Santo en nosotros a fin de que veamos todas las cosas con los ojos de Dios. Y obviamente esto deriva de la relación íntima que nosotros tenemos con Dios, de la relación de hijos con el Padre. Y el Espíritu Santo, cuando tenemos esta relación, nos da el don de la sabiduría. Cuando estamos en comunión con el Señor, el Espíritu Santo es como si transfigurara nuestro corazón y le hiciera percibir todo su calor y su predilección.

El Espíritu Santo, entonces, hace «sabio» al cristiano. Esto, sin embargo, no en el sentido de que tiene una respuesta para cada cosa, que lo sabe todo, sino en el sentido de que «sabe» de Dios, sabe cómo actúa Dios, conoce cuándo una cosa es de Dios y cuándo no es de Dios; tiene esta sabiduría que Dios da a nuestro corazón. El corazón del hombre sabio en este sentido tiene el gusto y el sabor de Dios. ¡Y cuán importante es que en nuestras comunidades haya cristianos así! Todo en ellos habla de Dios y se convierte en un signo hermoso y vivo de su presencia y de su amor. Y esto es algo que no podemos improvisar, que no podemos conseguir por nosotros mismos: es un don que Dios da a quienes son dóciles al Espíritu Santo.

Dentro de nosotros, en nuestro corazón, tenemos al Espíritu Santo. Si escuchamos al Espíritu Santo, Él nos enseña esta senda de la sabiduría, nos regala la sabiduría que consiste en ver con los ojos de Dios, escuchar con los oídos de Dios, amar con el corazón de Dios, juzgar las cosas con el juicio de Dios, a hablar con las palabras de Dios. Por ello, debemos pedir al Señor que nos dé el Espíritu Santo y que nos dé el don de la sabiduría, y así, con esta sabiduría, sigamos adelante, construyamos la familia.

 

VIERNES 4 DE JULIO DE 2014

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DON DEL ENTENDIMIENTO. Catequesis del Papa Francisco del día Miércoles 30 de abril de 2014

No se trata de una cualidad intelectual natural, sino de una gracia que el Espíritu Santo infunde en nosotros y que nos hace capaces de escrutar el pensamiento de Dios y su plan de salvación. ¿Qué significa esto? Que el Espíritu nos va haciendo partícipes del designio de amor con el que teje nuestra historia. El entendimiento nos permite comprender cada vez más las palabras y acciones del Señor y percibir todas las cosas como un don de su amor para nuestra salvación. El Espíritu Santo, con este don, abre nuestros ojos dando de este modo una nueva luz de esperanza a nuestra existencia.

 

LUNES 7 DE JULIO DE 2014

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DON DE CONSEJO. Catequesis del Papa Francisco del día Miércoles 7 de mayo de 2014

Hemos escuchado en la lectura del pasaje del libro de los Salmos que dice: «El Señor me aconseja, hasta de noche me instruye internamente» (cf. Sal 16, 7). Y este es otro don del Espíritu Santo: el don de consejo. Sabemos cuán importante es, en los momentos más delicados, poder contar con las sugerencias de personas sabias y que nos quieren. Ahora, a través del don de consejo, es Dios mismo, con su Espíritu, quien ilumina nuestro corazón, de tal forma que nos hace comprender el modo justo de hablar y de comportarse; y el camino a seguir. ¿Pero cómo actúa este don en nosotros?

En el momento en el que lo acogemos y lo albergamos en nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza inmediatamente a hacernos sensibles a su voz y a orientar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras intenciones según el corazón de Dios. Al mismo tiempo, nos conduce cada vez más a dirigir nuestra mirada interior hacia Jesús, como modelo de nuestro modo de actuar y de relacionarnos con Dios Padre y con los hermanos.

El consejo es el don con el cual el Espíritu Santo capacita a nuestra conciencia para hacer una opción concreta en comunión con Dios, según la lógica de Jesús y de su Evangelio. De este modo, el Espíritu nos hace crecer interiormente, nos hace crecer en la comunidad y nos ayuda a no caer en manos del egoísmo y del propio modo de ver las cosas. Así el Espíritu nos ayuda a crecer y también a vivir en comunidad.

Para conservar este don es muy importante la oración. Rezar con nuestras palabras. Decir al Señor: «Señor, ayúdame, aconséjame, ¿qué debo hacer ahora?». Y con la oración hacemos espacio, a fin de que el Espíritu nos aconseje sobre lo que todos debemos hacer.

En la intimidad con Dios y en la escucha de su Palabra, poco a poco, dejamos a un lado nuestra lógica personal, impuesta la mayoría de las veces por nuestras cerrazones, nuestros prejuicios y nuestras ambiciones, y aprendemos, en cambio, a preguntar al Señor: ¿cuál es tu deseo?, ¿cuál es tu voluntad?, ¿qué te gusta a ti? De este modo madura en nosotros una sintonía profunda, casi connatural en el Espíritu y se experimenta cuán verdaderas son las palabras de Jesús que nos presenta el Evangelio de Mateo: «No os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros» (Mt 10, 19-20).

El Señor no nos habla sólo en la intimidad del corazón, nos habla sí, pero no sólo allí, sino que nos habla también a través de la voz y el testimonio de los hermanos. Es verdaderamente un don grande poder encontrar hombres y mujeres de fe que, sobre todo en los momentos más complicados e importantes de nuestra vida, nos ayudan a iluminar nuestro corazón y a reconocer la voluntad del Señor.

Que el Espíritu infunda siempre nos colme de su consolación y de su paz. Pedid siempre el don de consejo.

 

MARTES 8 DE JULIO DE 2014

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DON DE FORTALEZA. Catequesis del Papa Francisco del día Miércoles 14 de mayo de 2014

Hoy pensemos en lo que hace el Señor: Él viene siempre a sostenernos en nuestra debilidad y esto lo hace con un don especial: el don de fortaleza.

Hay una parábola, relatada por Jesús, que nos ayuda a captar la importancia de este don. Un sembrador salió a sembrar; sin embargo, no toda la semilla que esparció dio fruto. Lo que cayó al borde del camino se lo comieron los pájaros; lo que cayó en terreno pedregoso o entre abrojos brotó, pero inmediatamente lo abrasó el sol o lo ahogaron las espinas. Sólo lo que cayó en terreno bueno creció y dio fruto (cf. Mc 4, 3-9; Mt 13, 3-9; Lc 8, 4-8). Como Jesús mismo explica a sus discípulos, este sembrador representa al Padre, que esparce abundantemente la semilla de su Palabra. La semilla, sin embargo, se encuentra a menudo con la aridez de nuestro corazón, e incluso cuando es acogida corre el riesgo de permanecer estéril. Con el don de fortaleza, en cambio, el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa. Es una gran ayuda este don de fortaleza, nos da fuerza y nos libera también de muchos impedimentos.

Hay también momentos difíciles y situaciones extremas en las que el don de fortaleza se manifiesta de modo extraordinario, ejemplar. Es el caso de quienes deben afrontar experiencias particularmente duras y dolorosas, que revolucionan su vida y la de sus seres queridos. La Iglesia resplandece por el testimonio de numerosos hermanos y hermanas que no dudaron en entregar la propia vida, con tal de permanecer fieles al Señor y a su Evangelio. También hoy no faltan cristianos que en muchas partes del mundo siguen celebrando y testimoniando su fe, con profunda convicción y serenidad, y resisten incluso cuando saben que ello puede comportar un precio muy alto. También nosotros, todos nosotros, conocemos gente que ha vivido situaciones difíciles, numerosos dolores. Pero, pensemos en esos hombres, en esas mujeres que tienen una vida difícil, que luchan por sacar adelante la familia, educar a los hijos: hacen todo esto porque está el espíritu de fortaleza que les ayuda. Cuántos hombres y mujeres —nosotros no conocemos sus nombres— que honran a nuestro pueblo, honran a nuestra Iglesia, porque son fuertes: fuertes al llevar adelante su vida, su familia, su trabajo, su fe. Estos hermanos y hermanas nuestros son santos, santos en la cotidianidad, santos ocultos en medio de nosotros: tienen el don de fortaleza para llevar adelante su deber de personas, de padres, de madres, de hermanos, de hermanas, de ciudadanos. ¡Son muchos! Demos gracias al Señor por estos cristianos que viven una santidad oculta: es el Espíritu Santo que tienen dentro quien les conduce. Y nos hará bien pensar en esta gente: si ellos hacen todo esto, si ellos pueden hacerlo, ¿por qué yo no? Y nos hará bien también pedir al Señor que nos dé el don de fortaleza.

No hay que pensar que el don de fortaleza es necesario sólo en algunas ocasiones o situaciones especiales. Este don debe constituir la nota de fondo de nuestro ser cristianos, en el ritmo ordinario de nuestra vida cotidiana. Como he dicho, todos los días de la vida cotidiana debemos ser fuertes, necesitamos esta fortaleza para llevar adelante nuestra vida, nuestra familia, nuestra fe. El apóstol Pablo dijo una frase que nos hará bien escuchar: «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Flp 4, 13). Cuando afrontamos la vida ordinaria, cuando llegan las dificultades, recordemos esto: «Todo lo puedo en Aquel que me da la fuerza». El Señor da la fuerza, siempre, no permite que nos falte. El Señor no nos prueba más de lo que nosotros podemos tolerar. Él está siempre con nosotros. «Todo lo puedo en Aquel que me conforta».

Queridos amigos, a veces podemos ser tentados de dejarnos llevar por la pereza o, peor aún, por el desaliento, sobre todo ante las fatigas y las pruebas de la vida. En estos casos, no nos desanimemos, invoquemos al Espíritu Santo, para que con el don de fortaleza dirija nuestro corazón y comunique nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y a nuestro seguimiento de Jesús.

 

MIERCOLES 10 DE JULIO DE 2014

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DON DE CIENCIA. Catequesis del Papa Francisco del día Miércoles 21 de mayo de 2014

Cuando se habla de ciencia, el pensamiento se dirige inmediatamente a la capacidad del hombre de conocer cada vez mejor la realidad que lo rodea y descubrir las leyes que rigen la naturaleza y el universo. La ciencia que viene del Espíritu Santo, sin embargo, no se limita al conocimiento humano: es un don especial, que nos lleva a captar, a través de la creación, la grandeza y el amor de Dios y su relación profunda con cada creatura.

Cuando nuestros ojos son iluminados por el Espíritu, se abren a la contemplación de Dios, en la belleza de la naturaleza y la grandiosidad del cosmos, y nos llevan a descubrir cómo cada cosa nos habla de Él y de su amor. Todo esto suscita en nosotros gran estupor y un profundo sentido de gratitud. Es la sensación que experimentamos también cuando admiramos una obra de arte o cualquier maravilla que es fruto del ingenio y de la creatividad del hombre: ante todo esto el Espíritu nos conduce a alabar al Señor desde lo profundo de nuestro corazón y a reconocer, en todo lo que tenemos y somos, un don inestimable de Dios y un signo de su infinito amor por nosotros.

En el primer capítulo del Génesis, precisamente al inicio de toda la Biblia, se pone de relieve que Dios se complace de su creación, subrayando repetidamente la belleza y la bondad de cada cosa. Al término de cada jornada, está escrito: «Y vio Dios que era bueno» (1, 12.18.21.25): si Dios ve que la creación es una cosa buena, es algo hermoso, también nosotros debemos asumir esta actitud y ver que la creación es algo bueno y hermoso. He aquí el don de ciencia que nos hace ver esta belleza; por lo tanto, alabemos a Dios, démosle gracias por habernos dado tanta belleza. Y cuando Dios terminó de crear al hombre no dijo «vio que era bueno», sino que dijo que era «muy bueno» (v. 31). El Señor nos quiere mucho. Debemos darle gracias por esto. El don de ciencia nos coloca en profunda sintonía con el Creador y nos hace participar en la limpidez de su mirada y de su juicio. Y en esta perspectiva logramos ver en el hombre y en la mujer el vértice de la creación, como realización de un designio de amor que está impreso en cada uno de nosotros y que hace que nos reconozcamos como hermanos y hermanas.

Al mismo tiempo, el don de ciencia nos ayuda a no caer en algunas actitudes excesivas o equivocadas. La primera la constituye el riesgo de considerarnos dueños de la creación. La creación no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni, mucho menos, es una propiedad sólo de algunos, de pocos: la creación es un don maravilloso que Dios nos ha dado para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con gran respeto y gratitud. La segunda actitud errónea está representada por la tentación de detenernos en las creaturas, como si éstas pudiesen dar respuesta a todas nuestras expectativas. Con el don de ciencia, el Espíritu nos ayuda a no caer en este error.

Pero quisiera volver a la primera vía equivocada: disponer de la creación en lugar de custodiarla. Debemos custodiar la creación porque es un don que el Señor nos ha dado, es el regalo de Dios a nosotros; nosotros somos custodios de la creación. Cuando explotamos la creación, destruimos el signo del amor de Dios. Destruir la creación es decir a Dios: «no me gusta». Y esto no es bueno: he aquí el pecado.

El cuidado de la creación es precisamente la custodia del don de Dios y es decir a Dios: «Gracias, yo soy el custodio de la creación para hacerla progresar, jamás para destruir tu don». Esta debe ser nuestra actitud respecto a la creación: custodiarla, porque si nosotros destruimos la creación, la creación nos destruirá.

Esto debe hacernos pedir al Espíritu Santo el don de ciencia para comprender bien que la creación es el regalo más hermoso de Dios.

 

JUEVES 11 DE JULIO DE 2014

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DON DE PIEDAD. Catequesis del Papa Francisco del día Miércoles 4 de junio de 2014

Hoy queremos detenernos en un don del Espíritu Santo que toca el corazón de nuestra identidad y nuestra vida cristiana: se trata del don de piedad.

Es necesario aclarar que este don indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con Él, un vínculo que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión con Él, incluso en los momentos más difíciles y tormentosos.

Este vínculo con el Señor no se debe entender como un deber o una imposición. Es un vínculo que viene desde dentro. Se trata de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos dona Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo, de alegría. Por ello, ante todo, el don de piedad suscita en nosotros la gratitud y la alabanza. Es esto, en efecto, el motivo y el sentido más auténtico de nuestro culto y de nuestra adoración. Cuando el Espíritu Santo nos hace percibir la presencia del Señor y todo su amor por nosotros, nos caldea el corazón y nos mueve casi naturalmente a la oración y a la celebración. Piedad, por lo tanto, es sinónimo de auténtico espíritu religioso, de confianza filial con Dios, de esa capacidad de dirigirnos a Él con amor y sencillez, que es propia de las personas humildes de corazón.

Si el don de piedad nos hace crecer en la relación y en la comunión con Dios y nos lleva a vivir como hijos suyos, al mismo tiempo nos ayuda a volcar este amor también en los demás y a reconocerlos como hermanos. Y entonces sí que seremos movidos por sentimientos de piedad —¡no de pietismo!— respecto a quien está a nuestro lado y de aquellos que encontramos cada día. ¿Por qué digo no de pietismo? Porque algunos piensan que tener piedad es cerrar los ojos, poner cara de estampa, aparentar ser como un santo. Esto no es el don de piedad. El don de piedad significa ser verdaderamente capaces de gozar con quien experimenta alegría, llorar con quien llora, estar cerca de quien está solo o angustiado, corregir a quien está en el error, consolar a quien está afligido, acoger y socorrer a quien pasa necesidad. Hay una relación muy estrecha entre el don de piedad y la mansedumbre. El don de piedad que nos da el Espíritu Santo nos hace apacibles, nos hace serenos, pacientes, en paz con Dios, al servicio de los demás con mansedumbre.

Queridos amigos, en la Carta a los Romanos el apóstol Pablo afirma: «Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: "¡Abba, Padre!"» (Rm 8, 14-15). Pidamos al Señor que el don de su Espíritu venza nuestro temor, nuestras inseguridades, también nuestro espíritu inquieto, impaciente, y nos convierta en testigos gozosos de Dios y de su amor, adorando al Señor en verdad y también en el servicio al prójimo con mansedumbre y con la sonrisa que siempre nos da el Espíritu Santo en la alegría. Que el Espíritu Santo nos dé a todos este don de piedad.

 

VIERNES 12 DE JULIO DE 2014
EL MUNDIAL COMO OPORTUNIDAD. Por Javier Montes sj

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Cada cuatro años, fiel a su cita, llega el mundial de fútbol, y todo parece detenerse cuando el balón comienza a rodar en cada partido. Pero no todo son luces. En las semanas previas hemos sabido también de muchas sombras: el excesivo gasto en Brasil para levantar nuevos estadios mientras sus ciudadanos carecen de una educación o un sistema de salud de calidad; las corruptelas de la FIFA, con su presidente a la cabeza; el aumento de la prostitución en las ciudades donde se juega el mundial, con menores también como víctimas; y muchos se quejan de que estas semanas toda la atención se centra en estos hombres pateando un balón con con todos los problemas que estamos sufriendo.

Pero inevitablemente, hasta los que no somos muy "futboleros", nos ponemos nerviosos cuando comienza el partido de nuestro país, nos pegamos el berrinche cuando perdemos -y más si es con paliza incluida-, nos alegramos con la derrota de aquellos viejos rivales, disfrutamos del buen fútbol y celebramos con amigos las victorias.

El mundial no puede ser un narcótico que nos haga olvidar los problemas reales o que adormezca la lucha por la justicia. De hecho puede ser incluso una oportunidad. Ojalá los jugadores y entrenadores aprovecharan su tirón popular para ayudarnos a crecer como sociedad, que las voces proféticas de nuestro entorno sigan gritando las injusticias en cada partido y que todos los que disfrutamos del deporte crezcamos en conciencia social y compromiso.

 

LUNES 14 DE JULIO DE 2014

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DON DE TEMOR DE DIOS. Catequesis del Papa del MIÉRCOLES 11 DE JUNIO DE 2014

El temor de Dios no significa tener miedo de Dios: ¡no, no es eso! Sabemos bien que Dios es Padre y que nos ama y quiere nuestra salvación y siempre perdona: ¡siempre! ¡Así que no hay razón para tener miedo de Él!

El temor de Dios, en cambio, es el don del Espíritu que nos recuerda lo pequeños que somos delante de Dios y de su amor, y que nuestro bien consiste en abandonarnos con humildad, respeto y confianza en sus manos. ¡Esto es el temor de Dios: este abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere tanto!

1. Cuando el Espíritu Santo toma morada en nuestro corazón, nos da consuelo y paz, y nos lleva a sentir cómo somos, es decir, pequeños, con aquella actitud - tan recomendada por Jesús en el Evangelio – de quien pone todas sus preocupaciones y sus esperanzas en Dios y se siente envuelto y apoyado por su calor y protección, ¡igual que un niño con su papá!

Y es éste el sentimiento: es lo que el Espíritu Santo hace en nuestros corazones: nos hace sentir como niños en los brazos de nuestro papá. En este sentido, entonces, comprendemos bien cómo el temor de Dios en nosotros toma la forma de la docilidad, de gratitud y de alabanza, llenando nuestro corazón de esperanza.

Muchas veces, de hecho, no alcanzamos a comprender el designio de Dios, y nos damos cuenta que no podemos asegurarnos, por nosotros mismos, la felicidad y la vida eterna. Es precisamente ante la experiencia de nuestras limitaciones y de nuestra pobreza, cuando el Espíritu Santo nos consuela y nos hace sentir que la única cosa importante es ser guiado por Jesús en los brazos de su Padre.

2. Es por eso que necesitamos tanto este don del Espíritu Santo. El temor de Dios nos hace tomar conciencia de que todo viene de la gracia y que nuestra verdadera fuerza reside sólo en seguir al Señor Jesús y dejar que el Padre puede derramar sobre nosotros su bondad y su misericordia. Abrir el corazón para que la bondad y la misericordia de Dios lleguen a nosotros. Esto hace el Espíritu Santo con el don del temor de Dios: abre los corazones. Corazón abierto para que el perdón, la misericordia, la bondad, las caricias del Padre lleguen a nosotros. Porque nosotros somos hijos infinitamente amados.

3. Cuando estamos llenos del temor de Dios, entonces tendemos a seguir al Señor con humildad, docilidad y obediencia. Pero esto no con una actitud resignada y pasiva, incluso con lamento, sino con el estupor y la alegría, la alegría de un hijo que se reconoce servido y amado por el Padre.

Por lo tanto, ¡el temor de Dios no nos hace cristianos tímidos, remisivos, sino que genera en nosotros coraje y fuerza! ¡Es un don que nos hace cristianos convencidos, entusiastas, que no se quedan sometidos al Señor por miedo, sino porque están conmovidos y conquistados por su amor! Ser conquistados por el amor de Dios: ¡y esta es una cosa bella! Dejarse conquistar por este amor de Papá: ¡que nos ama tanto! Nos ama con todo su corazón.

Pero, ¡estemos atentos, eh! porque el don de Dios, el don del temor de Dios es también una "alarma" frente a la pertinacia del pecado. Cuando una persona vive en el mal, cuando blasfema en contra de Dios, cuando explota a los otros, cuando los tiraniza, cuando vive solamente para el dinero, para la vanidad o el poder o el orgullo, entonces el Santo temor de Dios nos alerta: ¡atención! Con todo este poder, con todo este dinero, con todo tu orgullo, y con toda tu vanidad, ¡no serás feliz!

Nadie puede llevarse consigo al otro mundo ni el dinero, ni el poder, ni la vanidad, ni el orgullo: ¡nada! Solamente podemos llevar el amor que Dios Padre nos da, las caricias de Dios aceptadas y recibidas por nosotros con amor. Y podemos llevar lo que hemos hecho por los otros. ¡Atención, eh! No pongan esperanza en el dinero, en el orgullo, en el poder, en la vanidad: ¡esto no puede prometernos nada!

Pienso, por ejemplo, en las personas que tienen responsabilidad sobre los otros y se dejan corromper: pero ¿ustedes piensan que una persona corrupta será feliz en el otro mundo? ¡No! Todo el fruto de su corrupción ha corrompido su corazón y será difícil ir hacia el Señor.

Pienso en aquellos que viven de la trata de personas y del trabajo esclavo: ¿ustedes piensan que esta gente tiene en su propio corazón el amor de Dios, uno que trafica con personas, uno que explota las personas con el trabajo esclavo? ¡No! No tienen temor de Dios. Y no son felices. No lo son.

Pienso en los que fabrican armas para fomentar las guerras: pero piensen ¡qué trabajo es éste! Estoy seguro que, si yo hago ahora la pregunta:¿cuántos de ustedes son fabricantes de armas? Nadie, nadie. Porque ésos no vienen a escuchar la palabra de Dios. Ellos fabrican la muerte, son mercaderes de muerte, que hacen esta mercancía de muerte.

Que el temor de Dios les haga comprender que un día todo termina y que deberán rendir cuentas a Dios.

Queridos amigos, el Salmo 34 nos hace rezar así: "Este pobre hombre invocó al Señor: él lo escuchó y los salvó de sus angustias. El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles y los libra" (v. 7-8).Pidamos al Señor la gracia de unir nuestra voz a la de los pobres, para acoger el don del temor de Dios y podernos reconocer, junto a ellos, revestidos por la misericordia y el amor de Dios, que es nuestro Padre, nuestro Papá. Así sea.

 

MARTES 15 DE JULIO DE 2014

Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo. Frases para cambiar vidas.

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Autor: Abraham Lincoln Abraham

Lincoln fue uno de los más queridos y respetados presidentes de los Estados Unidos. Su biografía es bien conocida, desde su humildísimo nacimiento a su asesinato en un teatro a manos de un actor, pasando por la guerra civil estadounidense y su decisiva intervención para abolir la esclavitud en su país. Pero quizá no tan conocida es una carta que escribió al profesor de su hijo en el año 1830. A pesar de que esta carta fue escrita ¡hace casi hace 200 años!, sigue siendo una inspiración y parece que fue escrita ayer mismo.

«Querido profesor, él tendrá que aprender que no todos los hombres son justos, ni todos son sinceros, pero por favor dígale:

"Que para cada villano hay un héroe"...

"Que para cada egoísta hay también un líder dedicado";

enséñele, por favor, que para cada enemigo habrá también un amigo; enséñele que vale más una moneda ganada que una moneda encontrada.

Enséñele a perder, pero también enséñele a saber gozar de la victoria; apártelo de la envidia y dele a conocer la alegría profunda de la sonrisa silenciosa.

Hágalo maravillarse con los libros, pero déjelo perderse con los pájaros en el cielo, las flores en el campo, los montes y los valles.

En los juegos con los amigos, explíquele que la derrota honrosa vale más que la victoria vergonzosa, enséñele a creer en sí mismo, igual solo que contra todos.

Enséñele a ser amable con los amables y severo con los rudos; enséñele a no entrar nunca en el tren simplemente porque los otros entraron. Enséñele a escuchar a todos, pero a la hora de la verdad a decidir solo.

Enséñele a reír cuando esté triste y explíquele que a veces los hombres también lloran.

Enséñele a ignorar las multitudes que reclaman sangre y a luchar solo contra todos si él cree que tiene la razón.

Trátelo bien, pero no lo mime, pues solo la prueba del fuego hace el verdadero acero; déjelo tener el coraje de ser impaciente y la paciencia de ser corajudo.

Transmítale una fe sublime en el creador y fe en él mismo, pues solo así podrá tener fe en los hombres.

Yo sé que estoy pidiendo mucho, pero vea lo que pueda hacer, querido profesor

Abraham Lincoln, 1830.

 

MIERCOLES 16 DE JULIO DE 2014

13

ESTO TAMBIÉN PASARÁ - Fábula

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

- No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje.

- Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje (el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey).

- Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el anillo.

- Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino.

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso. Simplemente decía:

- Esto también pasará.

Mientras leía estas palabras sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes. Él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en la carroza y le dijo:

- Apreciado rey, le aconsejo leer nuevamente el mensaje del anillo.

- ¿Qué quieres decir? -preguntó el rey.

- Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta.

- No estoy desesperado y no me encuentro en una situación sin salida.

- Escucha – dijo el anciano – este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas.

- También es para situaciones placenteras.

- No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.

- No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo bueno era tan transitorio como lo malo.

Maestro: todas las situaciones (agradables y desagradables) son transitorios; pasarán y harán lugar para algo nuevo. Encontrarás la paz si logras tomar distancia de estas situaciones y si las aceptas como parte de la dualidad de la naturaleza.

 

JUEVES 17 DE JULIO DE 2014

14

PUEDES MÁS DE LO QUE PIENSAS. Tomado de www.pastoralsj.org

A veces te sientes incapaz. De tantas cosas. De sacar adelante proyectos. De resolver un problema. De superar una prueba. A veces paladeas el fracaso. En una relación, en un examen, en un trabajo... y eso te hace dudar. Dudas de tu valía, de tu capacidad, de tu poder. Y te vas sepultando bajo frases de rendición: «es que no puedo»; «si yo no valgo»; «con el talento que tienen otros»; «nunca seré capaz...» ¡Te engañas! Puedes más de lo que piensas. Todos tenemos dentro fuerza (en la debilidad más absoluta). Y capacidades escritas en nuestra entraña. Tenemos talentos que han de dar mucho fruto. Lo importante es no olvidar los motivos, no perder los sueños, no abandonar las metas, y saber hacia dónde caminamos. Dios, y su evangelio, nos pone un buen paisaje ante los ojos.

PUEDES MÁS DE LO QUE PIENSAS - ¿POR QUIÉN?

A veces nos preguntamos el porqué. Por qué hacemos las cosas, con qué motivos, qué pretendemos. Pero no es tan frecuente preguntarnos por quién hacemos las cosas. Y muchas veces es el por quién lo que importa. Muchas veces actuamos teniendo en mente a otras personas. Para gustar, para responder, para molestar o para ayudar... Por nuestros padres, hijos, amigos, amores. Por Dios. Por los pobres. Por los conocidos. Por los desconocidos. ¿A quién buscamos llegar, con nuestras palabras y gestos? ¿Para quién 'actuamos'?

Y tú, ¿por quién haces las cosas? ¿A quién tienes en cuenta? ¿Quién hay fuera de ti, por quien quieras caminar, vivir, luchar?

PUEDES MÁS DE LO QUE PIENSAS - LA MÚSICA DE FONDO

Una cosa es lo que va por fuera. Van por fuera gestos, muecas, acciones, palabras, silencios. Pero lo importante es lo que late en lo hondo. Es como una corriente subterránea que, sin verse, alimentase la tierra que al fin dará fruto. Pues aunque no siempre la oigamos, tenemos dentro una música eterna, inmortal, que es humana y es de Dios. Está hecha de deseos, de una búsqueda y una pregunta. Está hecha de intuiciones. Y de descubrimientos. Retumba, incluso si no la oímos. Y a veces nos damos cuenta. Es nuestro motor, nuestra energía, es el Espíritu en nosotros.

Hay algo que te sostenga, siempre? ¿Son, tal vez, preguntas, búsquedas, inquietudes?

 

VIERNES 18 DE JULIO DE 2014
LA FLOR MAS BELLA. Fábula.

15

Se cuenta que allá por el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país iba a ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, debía antes casarse. Sabiéndolo, decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a su casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:

- "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura"-

Y la hija respondió:

- "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz"

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:

- "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella den- tro de seis meses será escogida como mi esposa y futura emperatriz de China".

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse por el resultado.

Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.

Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó:

- "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles".

Cuenta Conmigo. Jorge Bucay

 

LUNES 21 DE JULIO DE 2014
LOS ZAPATOS

16

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones.

Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.

El alumno dijo al profesor:

Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre.

Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres.

Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.

Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.

Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió

a mirar.

Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda.

Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre.

El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de

lágrimas.

Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras

hecho una broma?

El joven respondió:

Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir.

 

MARTES 22 DE JULIO DE 2014

17

LOS TRES CONSEJOS

Una pareja de recién casados era muy pobre y vivía de los favores de un pueblito del interior. Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa:

"Querida yo voy a salir de la casa, voy a viajar bien lejos, buscar un empleo y trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida mas cómoda y digna. No se cuanto tiempo voy a estar lejos, solo te pido una cosa, que me esperes y mientras yo este lejos, seas fiel a mi, pues yo te seré fiel a ti."

Así, siendo joven aun. Camino muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda.

El joven llego y se ofreció para trabajar y fue aceptado. Pidio hacer un trato con su jefe, el cual fue aceptado tambien. El pacto fue el siguiente:

"Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo encuentre que debo irme , el señor me libera de mis obligaciones: Yo no quiero recibir mi salario. Le pido al señor que lo coloque en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. El día que yo salga. uds. me dará el dinero que yo haya ganado."

Estando ambos de acuerdo. Aquel joven trabajo durante 20 años, sin vacaciones y sin descanso. Después de veinte años se acerco a su patrón y le dijo:

"Patrón, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi casa."

El patrón le respondió: "Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo, solo que antes quiero hacerte una propuesta, esta bien?
 Yo te doy tu dinero y tu te vas, o te doy tres consejos y no te doy el dinero y te vas.
 Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta."
 El pensó durante dos días, busco al patrón y le dijo: "QUIERO LOS TRES CONSEJOS"
 El patrón le recordó: "Si te doy los consejos, no te doy el dinero."
Y el empleado respondió: "Quiero los consejos"
EL patrón entonces le aconsejo:
 1. "NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. Caminos mas cortos y desconocidos te pueden costar la vida.
 2. NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL, pues la curiosidad por el mal puede ser fatal.
 3. NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, pues puedes arrepentirte demasiado tarde.
 Después de darle los consejos, el patrón le dijo al joven, que ya no era tan joven, así:
 "AQUÍ TIENES TRES PANES, dos para comer durante en viaje y el tercero es para comer con tu esposa cuando llegues a tu casa."
 El hombre entonces, siguió su camino de vuelta, de veinte años lejos de su casa y de su esposa que el tanto amaba. Después del primer día de viaje, encontró una persona que lo saludo y le pregunto: "Para donde vas?"
 El le respondió: "Voy para un camino muy distante que queda a mas de veinte días de caminata por esta carretera."
 La persona le dijo entonces: "Joven, este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegaras en pocos días".
 El joven contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo,
 "NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. CAMINOS MAS CORTOS Y DESCONOCIDOS TE PUEDEN COSTAR LA VIDA" Entonces se alejó de aquel atajo y volvió a seguir por el camino normal. Dos días después se enteró de otro viajero que había tomado el atajo, y lo asaltaron, lo golpearon, y le robaron toda su ropa. Ese atajo llevaba a una emboscada!
Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a la vera de la carretera. Era muy tarde en la noche y parecía que todos dormían, pero una mujer malencarada le abrió la puerta y lo atendió Como estaba tan cansado, tan solo le pagó la tarifa del día sin preguntar nada, y después de tomar un baño se acostó a dormir. De madrugada se levantó asustado al escuchar un grito aterrador. Se puso de pié de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir hacia donde escuchó el grito. Cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo. " NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL PUES LA CURIOSIDAD POR EL MAL PUEDE SER FATAL" Regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le pregunto si no había escuchado un grito y el le contesto que si lo había escuchado. El dueño de la posada de pregunto: Y no sintió curiosidad?
 El le contesto que no. A lo que el dueño les respondió: Ud. ha tenido suerte en salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una mujer maleante con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale a enterarse de qué está pasando, lo mata, lo entierra en el quintal, y luego se esfuma.
 El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa .
Después de muchos días y noches de caminata.. ya al atardecer, vio entre los árboles humo saliendo de la chimenea de su pequeña casa, camino y vio entre los arbustos la silueta de su esposa. Estaba anocheciendo, pero alcanzo a ver que ella no estaba sola. Anduvo un poco mas y vio que ella tenia en sus piernas, un hombre al que estaba acariciando los cabellos. Cuando vio aquella escena, su corazón se lleno de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiro profundo, apresuro sus pasos, cuando recordó el tercer consejo. "NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, PUES PUESDES ARREPENTIRTE DEMASIADO TARDE" Entonces se paro y reflexiono, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decision. Al amanecer ya con la cabeza fría, el dijo: "NO VOY A MATAR A MI ESPOSA".
Voy a volver con mi patrón y a pedirle que me acepte de vuelta. Solo que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fui fiel a ella."
 Se dirigió a la puerta de la casa y toco. Cuando la esposa le abre la puerta y lo reconoce, se cuelga de su cuello y lo abraza afectuosamente.
 El trata de quitársela de arriba, pero no lo consigue.
 Entonces con lagrimas en los ojos le dice: "Yo te fui fiel y tu me traicionaste...
 Ella espantada le responde: "Como? yo nunca te traicione, te espere durante veinte años.
 El entonces le pregunto: "Y quien era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde?
 Y ella le contesto: "AQUEL HOMBRE ES NUESTRO HIJO. Cuando te fuiste , descubrí que
 estaba embarazada. Hoy el tiene veinte años de edad. Entonces el marido entro, conoció, abrazo a su hijo y les contó toda su historia, en cuanto su esposa preparaba la cena. Se sentaron a comer el ultimo pan juntos. DESPUÉS DE LA ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO, CON LAGRIMAS DE EMOCIÓN, el partió el pan y al abrirlo, se encontró todo su dinero, el pago de sus veinte años de dedicación.

Muchas veces creemos que los atajos "quemar etapas" y nos ayudan a llegar mas rápido , lo que no siempre es verdad..
 Muchas veces somos curiosos, queremos saber de cosas que ni nos dan respeto y no nos traen nada de bueno
 Otras veces reaccionamos movidos por el impulso, en momentos de rabia, y después falta y tardíamente nos arrepentimos...
 Espero que tu, así como yo, no te olvides de estos consejos No te olvides tampoco de CONFIAR (aunque tengas muchos motivos para desconfiar)
 Recordemos que todo es bueno en la vida solo hay que saberlo aprovechar.

 

MIERCOLES 23 DE JULIO DE 2014

18

En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión:

-Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero para una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre si:

-Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿Cómo descubrirlo?.

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión tomada:

-Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.

La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?

En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:

-¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.

-¿Cómo?, preguntaron todos.

-Es simple... dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.

El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!

El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!

El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de si mismo, y está preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado El Rey de los Animales.

Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú.

Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.

Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.

La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡Tu Todavía Estas Creciendo!

Autor Anónimo

 

JUEVES 24 DE JULIO DE 2014

19

EL RATON Y LA RATONERA

Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete.. Pensó, luego, qué tipo de comida podía haber allí..
Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera (Trampa para Ratones). Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos:

"Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!"

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levanto la cabeza y
dijo:"

Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted,
más no me perjudica en nada, no me incomoda."

El ratón fue hasta el cordero y le dice: "Hay una ratonera en la casa, una ratonera!" ... "Discúlpeme Sr. Ratón, más no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones."

El ratón se dirigió entonces a la vaca! ., y la vaca le dijo "Pero acaso, estoy en peligro? Pienso que no" dijo la vaca.

Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a
la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado.

En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra
venenosa. La cobra picó a la mujer.

El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre.
Todo el mundo sabe que para alimentar alguien con fiebre, nada mejor que una sopa. El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente
principal: la gallina.

Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mató el cordero. La mujer no mejoró y acabó muriendo.

El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir! los gastos
del funeral.

La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema

y creas que como no es tuyo, no le prestas atención..........

piénsalo dos veces".

 

VIERNES 25 DE JULIO DE 2014

20

EL PEREGRINO

-Que dirección tomaste peregrino?

-Vengo por las sendas de la Ley, Hermano.

-Por cuantas encrucijadas has pasado?

-Cinco veces tuve que detenerme para descubrir hacia donde ir. a lo largo del recorrido recibí muchas invitaciones y generosas promesas para ingresar por vías secundarias. Sin embargo, no las acepté, pues en el pasado conocí el sabor amargo del desvío. Aprendí hermano, que para seguir el Camino de la Ley tendría que tener humildad y fe, tendría que entregarme al Supremo. También aprendí, con el sufrimiento y con el dolor, que sin perseverancia ni sinceridad no podría emprender tan osado viaje.

Camino sin igual: estrecho como es, por poco que me distraiga, puedo extraviarme; rectilíneo, en le horizonte oculta su principio y su fin. A cada paso, aporta un nuevo aprendizaje, una tarea y una prueba. He vivido mis días transitándolo, y por ellos le doy gracias al Supremo.

-Se perfectamente que dices la verdad. Ahora que pasaste por las cinco grandes pruebas (la soberbia, la lasitud, la mentira, el hurto sutil (o el uso incorrecto de la energía) y la cobardía.) y que también te mantuviste fiel en medio de los pequeños desafíos, llegarás a un nuevo estrecho portal; al cruzarlo, una gran estrella se te revelará y, con su luz transparente, iluminará tu senda ......

Trigueirinho

 

LUNES 28 DE JULIO DE 2014

21

EL SABIO Y EL FILOSOFO

He oído una historia de dos hombres que se perdieron en el bosque una noche muy oscura. Era un bosque muy peligroso, lleno de animales salvajes, muy denso y rodeado de oscuridad. Uno de los hombres era un filósofo y el otro era un místico. De repente estalló una tormenta, las nubes se abrían y había grandes relámpagos. El filósofo miraba al cielo, el místico mantenía la vista en el camino. En ese momento hubo un relámpago y el sendero se iluminó delante de ellos. El filósofo miró al relámpago y se preguntó: "¿Qué está pasando?", perdiendo así el camino.

Tú estás perdido en un bosque aún más denso que el de esta historia. La noche es más oscura. A veces viene un relámpago: debes mirar al sendero. Chuan Tzu es un relámpago, Buda es un relámpago, yo soy un relámpago. No me mires a mí, mira al sendero. Si me miras a mí, perderás tu oportunidad, porque el relámpago no se volverá a repetir. Sólo dura un momento, y los momentos en los que la eternidad penetra en el tiempo son muy escasos; son como relámpagos. Y cuando empieces a vivir, las cosas ordinarias adquieren una belleza extraordinaria. Cosas pequeñas - la vida consiste en cosas pequeñas - pero cuando les aportas la cualidad de un amor intenso y apasionado se transforman, se vuelven luminosas.

 

MARTES 29 DE JULIO DE 2014

22

LA CONCENTRACIÓN Y LA PIEDAD

Un joven, preso de la amargura acudió a un monasterio en Japón y le expuso a un anciano maestro:

- Querría alcanzar la iluminación, pero soy incapaz de soportar los años de retiro y meditación. ¿Existe un camino rápido para alguien como yo?

-Te has concentrado a fondo en algo durante tu vida? preguntó el maestro.

- Solo en el ajedrez, pues mi familia es rica y nunca trabajé de verdad.

El maestro llamó a un monje. Trajeron un tablero de ajedrez y una espada afilada.

- Ahora vas a jugar una partida muy especial de ajedrez. Si pierdes te cortaré la cabeza con esta espada; y si por el contrario ganas, se la cortaré a tu adversario.

Empezó la partida. El joven sentía

las gotas de sudor recorrer su espalda, pues estaba jugando la partida de su vida. El tablero se convirtió en el mundo entero. Se identificó con él y formó parte de él. Empezó perdiendo, pero su adversario cometió un desliz. Aprovechó la ocasión para lanzar un fuerte ataque, que cambió su suerte. Entonces miró de reojo al monje.

Vió su rostro inteligente y sincero, marcado por años de esfuerzo. Evocó su propia vida, ociosa y banal... y de repente se sintió tocado por la piedad. Así que cometió un error voluntario y luego otro... Iba a perder.

Viéndolo, el maestro arrojó el tablero al suelo y las piezas se mezclaron.

-No hay vencedor ni vencido -dijo-. No caerá ninguna cabeza.

Se volvió hacia el joven y añadió: -Dos cosas son necesarias: la concentración y la Piedad. Hoy has aprendido las dos.

 

MIERCOLES 30 DE JULIO DE 2014

23COMPARTAMOS LA LUZ

Hu-Song, filosofo de Oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia:

"... Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada . Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así compartiendo la llama con todos la caverna se iluminó".

Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song:

¿Qué nos enseña, maestro, este relato?
Y Hu-Song contestó : Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer.

"El compartir nos enriquece en lugar de hacernos mas pobres"
"Los momentos más felices son aquellos que hemos podido compartir"


Que Dios nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen por nuestro lado.

La verdadera amistad. Es flor, que se siembra con honestidad se riega con afecto y crece a la luz de la comprensión

Si una vela enciende a otra, y así pueden llegan a brillar miles de ellas.

De igual modo si iluminas tu corazón con amor, puede que ilumines a otro corazón,

así se pueden llegar iluminar a miles de corazones con amor.

 

JUEVES 31 DE JULIO DE 2014

24

LOS OTROS

Los otros forman parte tan importante de nuestro día a día... a veces ni me doy cuenta, pero están muy presentes, cerca o lejos, callados o hablando, amigables o complicados, y con ellos voy viviendo y aprendiendo muchas de las cosas más importantes de la vida. Por eso hoy quiero rezar trayéndolos a la oración, y trayendo algunas actitudes que forman parte de lo bueno y lo malo en la relación con los otros, para pedir a Dios que sea maestro para mí, en su forma de tratar con los otros.

CONVIVENCIA. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos (Jn 15,13)

Los otros pueblan mis días. Desde la mañana a la noche. En casa, en clase, en el estudio, en el trabajo. Son familia, amigos, conocidos, desconocidos... Son personajes de las noticias o protagonistas de mi día a día. Y en el roce diario se va trenzando un tapiz lleno de color y memorias. Señor, te pido por las gentes de mi día a día, especialmente por aquellos con quienes en estos tiempos me toca compartir más.

TEMOR. "¡Ánimo! No temáis" (Mt 14,22-33)

Señor, a veces tengo miedo. Miedo a meter la pata, a decir algo inconveniente, a ser malentendido, a resultar hiriente... y por eso a menudo hablo de menos o callo de más.

AMOR. "Cómo el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor" (Jn 15,9)

Es el sentimiento más complejo. ¿Cómo definirlo en dos líneas? No puedo. Pero me es tan necesario como respirar. Querer y ser querido. Una mezcla de confianza, abandono en el otro, libertad, risa, emoción, cotidianeidad. Tú dices que nos amas, radicalmente, sin condiciones ni límites. Enséñame a querer a tu manera.

JUICIO. No juzguéis y no
seréis juzgados; no condenéis y no
seréis condenados. Perdonad y seréis
perdonados (Lc 6,37)

A veces es duro. Otras sutil. En ocasiones despiadado. En otras, objetivo. Pero, si te soy sincero, casi siempre innecesario. Es mejor no juzgar mucho, no comparar, no exigir demasiado, no pretender poner metas imposibles al otro. Enséñame a aceptar, desde esa misma misericordia tan tuya. A ofrecer más abrazos y menos diagnósticos, a intentar
comprender y no corregir. A disfrutar
con el otro como es.

INDIFERENCIA. Maestro, ¿quién es mi prójimo? (Lc 10,29)

Podemos ser ciegos unos a otros. Dejar de lado. Ignorar. O sencillamente, no comprender. No comprender las heridas, las inseguridades, los problemas del otro... o que no me importen. Señor, dame un corazón interesado por los demás. Que me importe su vida, me inquieten sus tormentas y me alegren sus fiestas.

NECESIDAD. Ahora bien, los miembros son muchos, el cuerpo es uno. No puede el ojo decir a la mano: No te necesito; ni la cabeza a los pies: No los necesito (1 Cor 12,20- 21)

A veces una palabra, un gesto, un guiño, una broma o un reproche, son justo lo que necesito. Necesito a los otros, para compartir el trabajo o el descanso, para saberme, con ellos, en casa, para acometer, juntos, proyectos increíbles. Para no convertirme en islote en un océano de incomunicación. Enséñame, Señor, a confiar en los otros.