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Libro de la biblia

* Cita biblica

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Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

PAN EUCARÍSTICO

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Acción de gracias


Humildemente, confiadamente,

como recomendados de tu hijo Jesús,

nos dirigimos a ti, Dios y Padre nuestro.

Queremos ser conscientes

de la trascendencia de nuestras palabras,

porque, aun reconociendo nuestra infinita pequeñez,

creemos que realmente nos escuchas.

Lo primero que queremos decirte, Señor,

es que te agradecemos la vida

que nos has dado y disfrutamos.

Sabemos que nos amas

más de lo que nuestra mente es capaz de percibir.

Gracias, Padre.

Y aunque no necesites nuestras alabanzas,

queremos demostrarte nuestro cariño y agradecimiento

con este canto de bendición

que entonamos juntos todos tus hijos.

 

Himno (J.E.Galarreta)


Te damos gracias, Padre santo

por Jesús, tu pan, tu vino

por quien te hemos conocido,

por quien sabemos vivir,

por quien mantenemos la esperanza,

por quien podemos sentirnos como hermanos.

 

Te damos gracias porque hace muchos años

que le conocemos, le queremos, le seguimos.

Te damos gracias porque sin Él

nuestra vida no sería lo que es.

Te damos gracias porque es para nosotros

luz para el camino,

alimento para el trabajo,

ilusión para el futuro.

 

Te damos gracias porque la fuerza de tu Espíritu

le hizo Pastor, Semilla, Agua, Fuego, Vino, Pan,

Te damos gracias porque la fuerza de tu Espíritu

le hizo pobre, humilde, valeroso, compasivo.

Te damos gracias porque gracias a Él

nuestra vida de tierra se transforma

y nos hacemos Hijos,

trabajamos en tu Reino,

y sabemos esperar y perdonar.

 

Te damos gracias, Padre,

por Jesús, tu Hijo, nuestro Señor.

Amén.

 

OFRENDAS


Padre nuestro, Madre nuestra y de todas las criaturas:

nos sentimos invitados a compartir con todos

nuestra vida, generosamente,

siguiendo el ejemplo de Jesús,

y te ofrecemos pan y vino,

frutos de la Tierra y de nuestro trabajo,

y con ellos nuestros esfuerzos y mejores deseos,

para agradecerte cuanto nos das

y prometerte fidelidad y entrega completa

a tu proyecto, a tu sueño, a tu reino.

Por tu hijo Jesús, nuestro Señor y hermano. Amén.

 

Todos, dirigiendo las manos sobre el pan el vino del altar


Te pedimos, Padre santo,

que la fuerza de tu Espíritu

consagre este pan y este vino,

para que no solo sean alimentos del cuerpo,

sino que alimenten y hagan crecer

nuestra vida interior, la verdadera vida,

esa misma vida y ese espíritu

que Jesús siempre manifestó.

 

Memorial de la Cena del Señor


Verdaderamente es justo y obligado darte las gracias

porque nos has dado como hermano y guía

a Jesús de Nazaret.

Estamos reunidos, como tantos otros domingos,

alrededor de una mesa,

pero hoy cobra un sentido especial

por ser la fiesta solemne de la eucaristía.

Queremos ser más conscientes, hoy más que nunca,

de su verdadero sentido.

No esperamos en este momento, ningún milagro,

nadie va a pronunciar palabras mágicas.

Sólo estamos rememorando la última cena

que celebró Jesús con sus amigos.

Cuando él trató de enseñarles

cómo debían entregarse al servicio de los demás

les dejó una imagen muy gráfica y fácil de reproducir,

la de un pan partido

y repartido en trozos a cada amigo

o la de una copa de vino de la que todos bebieron.

 

Al despedirse de sus discípulos y amigos

la víspera de su muerte,

nos pidió que nos reuniéramos en torno a una mesa,

y nos invitó a compartir

un trozo de pan y una copa de vino,

en memoria de su vida solidaria

y en la esperanza de una nueva humanidad.

 

Tomando un pan

y mientras lo partía y repartía, les fue diciendo:

Comed todos de él, porque esto soy yo.

Siguiendo su ejemplo

tomamos este pan, lo partimos

y nos lo ofrecemos unos a otros,

como signo de nuestro compromiso social

y voluntad de servicio.

 

Este pan partido y compartido es Jesús

y nos sentimos reflejados en él

todos sus discípulos y discípulas.

 

Luego tomó una copa de vino

y mientras se la pasaba les decía:

Tomad y bebed todos de ella,

porque esta es mi vida, es mi sangre,

que será derramada por todos.

 

Movidos por el mismo Espíritu de Jesús,

brindamos y compartimos esta copa de vino.

Este vino es la vida de Jesús,

alegre, compasiva y fraterna.

Es la vida de Jesús

que corre en nuestras venas,

como primicia y sacramento

de un mundo nuevo.

 

Creemos que Jesús está con nosotros,

que lo hacemos presente

reuniéndonos en su nombre

y siguiendo su ejemplo,

hasta que, un día, todas las criaturas

seamos un gran Cristo con él y en él. Amén.

 

COMUNIÓN


Venid y comamos, hermanas y hermanos.

Venid y bebamos con humildad y gratitud,

con toda confianza.

Este es el pan del camino,

éste es el vino de la vida.

Es Jesús

que nos invita, nos fortalece y nos cura.

 

Invocación al Espíritu de Dios


Jesús no fue hombre de ritos.

Cuando nos dijo "haced esto en mi memoria",

no quiso instituir ningún acto de culto,

sino invitarnos a imitar su entrega a los demás.

Este es el significado de lo que acabamos de realizar.

Jesús quiere que recordemos su vida, hasta su muerte,

poniendo al servicio de los demás

todo lo que somos, nuestra vida.

Celebrar una eucaristía nos incita a comprometernos

a ser promotores de unidad y de armonía

entre los hermanos.

Te prometemos que este va a ser

nuestro principal objetivo en la vida.

Dios Padre que estás en el cielo y en todos nosotros,

te damos gracias una vez más

por cuanto haces de continuo

por todos los hombres de buena voluntad.

Bendito seas, Padre santo, queremos honrarte

como mejor sabemos,

y agradecerte que Jesús

haya formado parte de nuestra historia.

Por él y en su compañía

brindamos con orgullo en tu honor.

AMÉN.

 

PADRENUESTRO


Padre nuestro, que estás en todos nosotros,

bendito sea tu nombre.

Queremos hacer en todo tu voluntad

para que se haga realidad tu proyecto de mundo.

Enséñanos a compartir lo que nos diste,

que aprendamos de Ti a perdonar de corazón

y danos fuerza para superar las dificultades

y hacer que reine el bien en el mundo,

amén.

 

Rafael Calvo

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