Acción de gracias

Hoy, al igual que todos los días de nuestra vida,

debemos darte las gracias, Padre Dios,

por nuestra propia existencia y el inmenso milagro de vida

que has derramado a nuestro alrededor.

Gracias, Padre santo, por inspirar tu Espíritu

a tantas buenas personas que cuidan de los hermanos enfermos, minusválidos, moribundos,

Gracias por las que han alterado su vida,

para servir lejos de su hogar a sus prójimos.

Bendito seas, Padre, por tantos hombres y mujeres,

que acaso sin aparentar que hacen algo extraordinario

dan cada día su cariño a los demás

y saben compartir lo que son

y lo poco o mucho que tienen.

Por todos ellos te damos gracias

y proclamamos tu gloria

cantando este himno a tu santidad.

Memorial de la Cena del Señor

Padre de bondad, gracias una vez más por Jesús,

hombre cabal, en el que te has dignado

darte a conocer y revelarte a la humanidad.

Sabemos por Jesús,

porque fue siempre fiel reflejo de tu pensamiento,

que aprecias no a quien sólo da lo que le sobra,

sino a quien es capaz de compartir generosamente

su vida y sus bienes.

Sabemos por Jesús que no te agradan

quienes se muestran ansiosos por los primeros puestos

y buscan las reverencias de los demás.

Sabemos por Jesús que la persona, cualquiera que sea,

ha de estar siempre por encima de las normas

y nos enseñó a orar en confianza, con humildad.

Sabemos por Jesús que lo más importante

es que toda la humanidad participe unida y con ilusión

en tu proyecto, en hacer un mundo más justo y humano.

Jesús plasmó sus enseñanzas en su propia vida.

Invocación al Espíritu de Dios

Aquí estamos, Padre Dios, y te pedimos humildemente

que nos infundas tu Espíritu de amor, el espíritu de Jesús.

No permitas que quienes nos llamamos cristianos

y seguidores de Jesús,

desvirtuemos por más tiempo con ritos y formalismos

su auténtico mensaje.

Tenemos que demostrar que le seguimos

por nuestras obras de misericordia

y decirles a todos que el proyecto de tu Reino

no es exclusiva cristiana,

que el mensaje que nos dio Jesús de tu parte

es para toda la humanidad,

para todos los seres humanos

sin excepción de raza, cultura o religión.

Hemos de sentirnos

verdaderamente hermanos de todos, ricos y pobres,

cristianos, judíos, musulmanes, budistas,

creyentes y no creyentes,

y todos juntos elevar hasta Ti

nuestras plegarias de agradecimiento y bendición.

AMÉN.