HACIA LA PLENITUD HUMANA
Víctor Daniel BlancoMETANOIA, ESTILOS DE VIDA EN CONVERSIÓN, CUARESMA.
El jueves, día 21 de este mes, estuve en una conferencia de José Eizaguirre, autor del libro "Una vida sobria, honrada y religiosa", en la que nos hablaba de "Estilos de vida en conversión". En otro foro, ayer, me han estado bombardeando con dos palabras "Metanoia y Ayuno" como el trasunto de este momento litúrgico que estamos viviendo: "La Cuaresma". En mi interior, al hilo de todo esto, surge un eco tranquilo y esperanzador, una inquietud constante que a bordo de una nueva conciencia trata de encontrar caminos hacia algo que suena a definitivo y que viene a ser el compendio y resumen de toda esta movida, el camino hacia una "Plenitud humana" encarnada en Jesús.
Todas estas palabras entrecomilladas están conectadas, son lo viejo y lo nuevo. Nuevas palabras que en un lenguaje del siglo XXI me están marcando un camino y abriendo una perspectiva por la que pueda brotar con toda su fuerza ese espíritu que creemos habita en nosotros, y palabras viejas que con su solera han podido mantener un edificio con miles de años de antigüedad.
En el principio fue la palabra y lo será también al final, si es que existe un principio y existe un final, porque la palabra es la medida del espíritu y el espíritu no tiene medida. Siempre nos quedará la palabra.
Esta crisis en que nos encontramos metidos es algo providencial, tenía que ocurrir, no podía haber ocurrido de otra manera y es lo mejor que nos ha podido suceder. Esta crisis es una llamada continua hacia un cambio de vida, un cambio de mente, un cambio de paradigma, una "metanoia" que nos ponga a tono con una nueva humanidad y en marcha hacia una plenitud humana.
Una nueva humanidad, con una gestación difícil, "Cuaresmática", que nos va a obligar a ayunar de muchas cosas, porque los nuevos estilos de vida en conversión -si queremos apuntar a una plenitud humana- no pueden compaginarse con los modos de vida de la situación actual.
En estos momentos mueren de hambre 40.000 personas cada día. Es la consagración del "Homo homini lupus". Un ochenta por ciento de la humanidad esclavizada por el otro 20 por ciento. Un montón de gente muriendo para que nosotros vivamos. Esto tiene que cambiar y el nuevo paradigma es "Homo homini Deus". Un concepto asequible de divinidad asimilado a esa plenitud humana con la que Jesús, uno con el Padre, se nos mostró a lo largo de su vida.
Los nuevos estilos de vida en conversión pasan por unos nuevos modos de comportamiento en los que todo lo que nos rodea no nos es ajeno, ni podemos escondernos de ello para no poder percibirlo, porque con esa nueva conciencia vemos que todo está relacionado y nada nos es ajeno.
Este "Homo homini Deus" nos convierte en Providencia para los demás. Somos las manos de Dios, los pies de Dios, las entrañas de Dios, por ello nuestra vida y nuestro modo de actuar tendrá que ser más espiritual, más abierto a nuestras energías más profundas, fuente de un nuevo proceder que será mucho más sensible a los problemas del mundo y a la cercanía a los necesitados.
Para esa nueva humanidad, nuestra vida tendrá que decrecer para poder compartir con los demás lo que nosotros tenemos, ser más sencilla, encontrar nuevos modos de satisfacción y fomentar unas relaciones humanas de mucha más calidad, empezando por los más próximos y siguiendo por todos los demás sin hacer ninguna diferencia entre unos y otros.
Tenemos que empezar a "ayunar" desde ya. Ayuno de nuestro ego, desapego de todas esas vanidades que tanto nos cuestan y ayuno de todo lo que nos sobra y no necesitamos para nada.
Los necesitados están ahí y nosotros somos los más necesitados porque no podremos llegar a esa plenitud humana si no somos capaces de ayunar, adelgazar nuestra vida y compartir lo que tenemos.
Esta Cuaresma nos marca un camino, un camino de Pasión que ya estamos viviendo en estos momentos de crisis y una Resurrección que no podrá ser para nosotros solos: o nos encarnamos todos en una nueva humanidad o este mundo será una experiencia fallida.
Víctor Daniel Blanco