María se fiaba de Dios, quería vivir abierta, dispuesta, a la voluntad de Dios. Nosotros también queremos vivir su misma disposición pero reconocemos que nos cuesta y que necesitamos que Dios mismo nos enseñe cómo.

Padre Dios, enséñanos a vivir como María.

• Nos acordamos hoy de todas nuestras madres, le damos gracias a Dios por cada una de ellas, por todo lo que de ellas hemos recibido y le pedimos que les cuide y les bendiga.

Padre Dios, enséñanos a vivir como María.

• Traemos a nuestra oración a todas las mujeres que pronto serán madres, que su próxima maternidad sea siempre motivo de alegría y acierten a transmitir los valores evangélicos a sus hijos.

Padre Dios, enséñanos a vivir como María.

• Presentamos a todas las mujeres que sufren por maltrato, separación, soledad o enfermedad, que encuentren en todos nosotros acogida, comprensión, delicadeza y cariño.

Padre Dios, enséñanos a vivir como María.

• Soñamos con una sociedad más igualitaria, donde el hombre y la mujer sean considerados y valorados de la misma manera, que cada uno de nosotros seamos instrumentos de igualdad y fraternidad.

Padre Dios, enséñanos a vivir como María.

• Por todos nosotros que nos hemos reunido a celebrar esta eucaristía, que Dios Padre nos conceda el don de vivir al estilo de María: con el corazón abierto y en servicio permanente hacía los demás.

Padre Dios, enséñanos a vivir como María.

Gracias Padre porque escuchas nuestra oración. Gracias por María, por su fidelidad y su entrega. Enséñanos a vivir con un corazón agradecido, recordándonos unos a otros las maravillas que haces en nosotros. Te lo pedimos por María.

Vicky Irigaray