ENTRE LA PROVIDENCIA Y LA INQUIETUD DE CADA DÍA
Florentino UlibarriSé que la vida vale más que el alimento
aunque éste tenga lábel y sea exquisito;
y que el vestido, a pesar de modas y modistos,
es sólo complemento de nuestro cuerpo.
Sé que los lirios del campo no hilan
y son hermosos y dignos de elogio;
y que la hierba, aun siendo tanta y tan barata,
tiene un color que enamora y descansa.
Sé que los pájaros ni siembran ni siegan
ni almacenan en las estaciones buenas,
y, sin embargo, no les falta el alimento
ni otras cosas para sus cantos y fiestas.
Sé que Salomón fue un hito de grandeza.
y que otros reyes y señores siguen sus pasos,
pero ninguno gana en colorido y belleza
a las flores que surgen en praderas y campos.
Sé que para ti soy valiosa y única
pues llevo tu aliento y seña en mis entrañas,
pero no comprendo tu evangelio
y termino rota y volviendo cada día a tu fragua.
Sé que por mucho que me preocupe
no logro añadir un palmo a mi estatura
ni una hora al tiempo de mi vida,
y sigo tropezando en la misma piedra.
Sé que nadie puede estar al servicio de dos amos
que quieren corazones enteros,
por eso nos inventamos el divorcio
y los compromisos no duraderos.
Sé que en toda historia, al final, pugnas
Tú con el dinero, y no puede haber acuerdo,
pues ambos tenéis intereses opuestos
y queréis que seamos vuestros.
Sé que no hay que preocuparse por el mañana,
pues a cada día le basta su propio afán.
Sé que Tú eres el sereno de mis noches y días,
Y a pesar de todo hay días que duermo mal.
Yo, que deseo y busco lo esencial,
a veces me siento desorientado y perdido
en este mundo en el que vivo
y que solo me ofrece señales de ello.
Por eso, a pesar del consejo evangélico,
me preocupo, agobio y y rebelo,
y solo descanso y me entrego a tus brazos
cuando me has vencido y pones en tu regazo.
Florentino Ulibarri