Hoy celebramos que nuestro buen Dios es Padre, es Hijo y es Aliento. Todo su ser es Amor en comunidad. Esta es la identidad creyente: amor en fraternidad. Oremos.

Padre bueno, que seamos amor y aliento para los demás.

• Te recordamos, Padre, desde el Papa Francisco al último de los creyentes, concédenos la gracia de vivir en armonía, siendo testimonio de la vida y el amor de tu Hijo Jesús.

Padre bueno, que seamos amor y aliento para los demás.

• Te presentamos, Padre, nuestras realidades familiares, que nuestros hogares sean espacios donde la fraternidad, la acogida y la apertura a los demás sea posible.

Padre bueno, que seamos amor y aliento para los demás.

• Te presentamos, Padre, a los que tienen la responsabilidad de gobernar en nuestro país e instituciones, que la responsabilidad de su tarea sea siempre buscar un mejor clima de convivencia y bienestar para todos.

Padre bueno, que seamos amor y aliento para los demás.

• Te ofrecemos, Padre, el trabajo de tantos hombres y mujeres que se esfuerzan cada día por hacer posible la justicia y la paz en el mundo; que su entrega sea fecunda y mejore nuestra convivencia.

Padre bueno, que seamos amor y aliento para los demás.

• Te recordamos, Padre, a los que no tienen trabajo, a los que no tienen qué comer, a los que no tienen dónde vivir, a los que se sienten sin dignidad, que el aliento amoroso que nos regalas nos lleve a implicarnos en la transformación de este mundo.

Padre bueno, que seamos amor y aliento para los demás.

Te damos gracias, Padre, porque nos basta con mirar hacía tu pequeña comunidad de amor para saber qué esperas y quieres para nosotros: que vivamos como hermanos queriéndonos y ayudándonos.

Vicky Irigaray