"Si los cristianos creyeran en la salvación, tendrían más cara de salvados" (Nietzsche)

24 de Mayo, domingo de Pentecostés

Jn 7, 37-38

El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó:
-Quien tenga sed acuda a mi a beber: quien crea en mí. Así dice la Escritura: De sus entrañas manarán ríos de agua viva

Pentecostés conmemora los orígenes de la Iglesia y el inicio de la misión apostólica a todas las tribus, lenguas, pueblos y naciones, que nace con vocación de universalidad: "todos los oímos contar, en nuestras lenguas, las maravillas de Dios" (Hch 2, 11). Ya Jesús lo había anunciado a sus discípulos cuando en su aparición en el Cenáculo les dijo: Id por todo el mundo proclamando la Buena Nueva a toda la Humanidad" (Mc 16, 15).

En la película francesa de Philippe de Chauveron Dios mío ¿pero qué te hemos hecho? las cuatro hijas del matrimonio Verneuil, católico y tradicional, se van a casar con un musulmán, un judío, un chino y un negro católico. Éste último confiesa su catolicidad (καθλικὄς "universal") diciendo: "En mi casa no hay blancos ni negros, sólo personas".

Pedro insiste en que por la resurrección de Jesús de entre los muertos, hemos  nacido de nuevo para una esperanza viva. Y por eso debemos alegrarnos con gozo indecible (1P 1, 3-9). La alegría es el estado natural de los cristianos, y debe estar acompañada de música y danzas, como sugiere Éxodo 15 y otros muchos textos de la Biblia. En el traslado del Arca de la Alianza a Jerusalén, el rey David "iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino. Así iban David y los israelitas llevando el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas" (2 Sam 6, 14-15)

En Zaragoza se canta y baila ante la Virgen del Pilar en Gigantes y Cabezudos –cielo y tierra-, de Manuel Fdez Caballero. Y en La Dolores, de Tomás Bretón, La Gran Jota. Un ruso, Nikolái Rimski Kórsakov, compuso a modo de concierto, La Obertura de la Gran Pascua Rusa, sobre temas litúrgicos tomados en su mayoría de la Iglesia ortodoxa, a pesar de considerarse a sí mismo no creyente, e incluyendo textos del Salmo 68 y Mateo 16.

La alegría es el estado natural de los cristianos. Con ella en el zurrón del alma resulta fácil ser "Misioneros de la alegría". Jesús la vino a traer a todos y para siempre. San Pablo termina su primera Carta a los Tesalonicenses recordándoles que el don de la alegría  debe caracterizar a todos los cristianos.

En el Ángelus del tercer domingo de Adviento de 2014, el Papa Francisco nos decía que Jesús vino a traer la alegría a todos y para siempre. "Si los cristianos creyeran en la salvación, tendrían más cara de salvados", dijo  Nietzsche. Y menos cara de funeral, tradujo el Papa.

Es llegada la hora del alumbramiento: de dar a luz la luz, que siempre es fuente de gozo; para quien la da y quien la recibe. Recia comunidad de vida nueva, elixir de solera en odres nuevos a ritmo de La Séptima de Brückner.

SCHERZO VIVACE

La orquesta estremecida se despierta.
-¡Qué pasmo! ¡Qué alucine renovado!-
Rítmico obstinato de las trompas
de vitalidad pleno.

Recia comunidad de vida nueva
plena de fe y de música sonora
escrita en partituras brücknerianas
del más puro Evangelio.

El ritmo demoníaco del bajo,
envuelto en balanceos sosegados,
se ha tornado divino:
elixir de solera en odres nuevos.

(SOLILOQUIOS, Ediciones Feadulta)

Vicente Martínez