DEUTERONOMIO 4, 32-40
DeuteronomioPregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿Hubo jamás desde un extremo a otro del cielo palabra tan grande como ésta? ¿Se oyó semejante?
¿Hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?
¿Algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo extendido, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo por vosotros en Egipto?
Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahveh es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.
Guarda los preceptos y los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que Yahveh tu Dios te da para siempre.
Para releer el comentario de José E. Galarreta, pinche aquí