En Jesús vemos al hombre lleno de Dios, entregado a salvarnos, hasta la muerte. El pan y el vino son los signos de esa entrega, elegidos por el mismo Jesús. En esos signos recordamos su entrega y renovamos la nuestra. Oremos.

Padre, que seamos pan y vino para los demás.

· Padre, que la Iglesia nos recuerde constantemente que la Eucaristía es la asamblea de los cristianos en la que celebramos nuestra fe, nuestra unidad y compromiso de proclamar la Buena Noticia de Jesús con nuestras vidas.

Padre, que seamos pan y vino para los demás.

· Padre, que la escucha de tu Palabra y la fracción del pan hagan de cada uno de nosotros signo vivo y cercano de tu Hijo Jesús junto a los más desfavorecidos.

Padre, que seamos pan y vino para los demás.

· Padre, Eucaristía significa también fraternidad, que entre todos hagamos posible la fraternidad universal, un mundo justo e igualitarios para todos.

Padre, que seamos pan y vino para los demás.

· Padre, te recordamos a todos los hombres y mujeres que mueren de hambre en el mundo, que la celebración de esta Eucaristía despierte nuestra conciencia y seamos capaces de privarnos para posibilitar la vida de otros.

Padre, que seamos pan y vino para los demás.

· Padre, en este día en que celebramos el día del amor fraterno que no nos conformemos con hacer nuestra aportación en la colecta sino que, además, salgamos de esta celebración dispuestos a un mayor compromiso y más eficaz en el servicio del Reino.

Padre, que seamos pan y vino para los demás.

Padre, en este día celebramos el amor que tú nos tienes, visible en el cuerpo y la sangre de tu Hijo Jesús. Concédenos la gracia de ser, al estilo de Jesús, presencia constructora de tu Reino. Te damos las gracias por mediación de tu Hijo Jesús.

Vicky Irigaray