Hermanos, a veces tenemos la tentación de entender como sacramento la ceremonia del casamiento. Es el estado matrimonial el que es el sacramento, lugar de ver a Dios, presencia del amor encarnado. Oremos.

Dios bueno, queremos amarnos como tú nos amas.

· Padre, que la legislación de nuestra iglesia contemple y proponga caminos para que la vida humana y cristiana sea posible cuando el ideal del amor fracasa en la convivencia conyugal.

Dios bueno, queremos amarnos como tú nos amas.

· Padre, que todos los hombres y mujeres divorciados no tengan que sufrir la exclusión eclesial, sino todo lo contrario: encuentren en nosotros respeto y acogida incondicional.

Dios bueno, queremos amarnos como tú nos amas.

· Padre, que los creyentes no permanezcamos impasibles ante la tragedia de los refugiados, que abramos nuestro corazón, nuestro espíritu y nuestras posibilidades para acogerles y proporcionarles un presente y un futuro digno y en paz.

Dios bueno, queremos amarnos como tú nos amas.

· Padre, que todos los niños y jóvenes de nuestra comunidad parroquial a punto de iniciar la catequesis y el catecumenado, crezcan conociendo y valorando la vida con y desde Jesús.

Dios bueno, queremos amarnos como tú nos amas.

· Padre, que en este nuevo curso pastoral que estos días estamos iniciando apostemos y nos empeñemos en ser una comunidad cada día más fraterna y evangélica.

Dios bueno, queremos amarnos como tú nos amas.

Padre, tú sabes que la ley sin espíritu es opresión. Tú no eres el juez que aplica y exige el precepto, tú eres nuestro salvador y deseas que vivamos libres y en paz. Te damos las gracias por mediación de tu hijo Jesús.

Vicky Irigaray