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Libro de la biblia

* Cita biblica

Idioma

Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

PELOTAS DIFÍCILES

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Hace muchos años, cuando mi hijo menor jugaba en las categorías más pequeñas del fútbol infantil, me regaló un comentario que quedó resonando en mí. “Prefiero jugar con Mati que con Facu... Porque Facu me tira la pelota donde yo estoy. En cambio Mati la patea a donde yo voy a estar”.

Unos años después, en un encuentro en su colegio, la frase volvió a aparecer, y quedó asociada irremediablemente al relato de Caná y a la palabra ‘provocación’. Compartí varias veces esta historia oralmente; hoy, día de la Madre en mi país, retorna y pide ser escrita...

´Provocar´ significa “llamar para hacer salir hacia adelante”. Designar con un nombre que aún no es, que anticipa lo que será e invita a más. Creo que eso es lo que María hizo en las bodas... y lo entiendo como un núcleo de la vocación materna: llamar al hijo “antes de su hora”, con un nombre que lo está esperando. Empujar o, mejor todavía, seducir a la vida para que se estire un poco más, para que alargue el tranco y llegue a esa jugada difícil, inesperada. Con la complicidad de la confianza en lo ‘inédito viable’, que desafía las fronteras de la fe en uno mismo. Ver lo que se asoma, las flores que llegarán en el retoño aún insignificante, y apostar a ese despliegue aunque nadie más lo vea. Mirada creyente del hijo que se siente impulsado por esa exageración, por el desborde de la abundancia, por ese modo de creer en la primavera en pleno deshielo.

La historia vuelve hoy, entrelazada con Mc 10, 35-40. La promesa es ser parte de la marcha, del dolor/amor de un pueblo que busca. Sangre y agua, cáliz entregado, desparramo de fecundidad que riega, renovación de los ciclos, vueltas espiraladas. Bautismo pascual. Tu respuesta al pedido de Santiago y Juan: los invitás al movimiento...

Ése es el regalo: la confianza en el círculo vida-muerte-vida que nos mantiene fluyendo, no encajonados en la quietud. No quisiera quedarme sentada, como no creo, Jesús, que estés apoltronado en un sitial que aprisiona, sino andando. No te veo inmóvil, dejándote atrapar por las jerarquías, sino colándote eternamente donde sea necesario pro/vocar la vida.

Esa actitud te pido para este tiempo de mi maternidad, y para estos tiempos de la humanidad: que permanezcamos en la cancha y no en las tribunas, menos todavía en el palco. Y que podamos tirarnos la pelota lejos, unos a otros, a ese punto donde forzando un poco la carrera podemos llegar y que facilita el avance del equipo...

 

Sandra Hojman

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