Hermanos, el final de la Iglesia y de la Humanidad es "la ciudad perfecta", donde no hay llanto ni muerte, porque reina Dios en todo y en todos. Oremos.

Jesús, que nuestra vida sea reflejo de la tuya.

Padre bueno, que nuestra Iglesia tome conciencia de la necesidad urgente que tiene de inclinarse hacia los más pobres, de hacer una opción radical por la Buena Noticia que es el Evangelio.

Jesús, que nuestra vida sea reflejo de la tuya.

Padre bueno, te recordamos te recordamos a los millares de misioneros, de cooperantes que siembran humanidad, de religiosos y seglares comprometidos en la ayuda de los hombres, educando, investigando, curando.

Jesús, que nuestra vida sea reflejo de la tuya.

Padre bueno, que cada uno de nosotros nos impliquemos en hacer posible una sociedad y un mundo más justo, más fraterno, más al estilo del Reino de tu hijo Jesús.

Jesús, que nuestra vida sea reflejo de la tuya.

Padre bueno, que todos los hombres y mujeres que sufren encuentren en nuestras comunidades parroquiales y religiosas una escucha atenta, una acogida cálida y un deseo sincero de ser ayuda.

Jesús, que nuestra vida sea reflejo de la tuya.

Padre bueno, que todos los niños que, en este mes de Mayo, van a participar por primera vez del Banquete de la Eucaristía, encuentren en Jesús el amigo fiel, que desea su bien y quiere acompañarles en su vida.

Jesús, que nuestra vida sea reflejo de la tuya.

Padre bueno, te damos las gracias por nuestra querida Iglesia: la comunidad de todos los que torpemente queremos seguir a tu hijo Jesús, que sea escuela de solidaridad, fraternidad y paz. Te damos las gracias por tu hijo Jesús.

Vicky Irigaray